La Guardia Civil da por desmantelada una red dedicada al cultivo de marihuana en la sierra de Cádiz gracias a la operación "Tharak", que se ha saldado con once detenidos y que ha servido también para localizar a los presuntos autores de varios disparos que hirieron a varios agentes.

En un comunicado, la Guardia Civil ha ofrecido los detalles de esta operación que se desplegó por la comarca gaditana -en Bornos, Arcos y Villamartín -el pasado 17 de noviembre, donde se realizaron ocho registros domiciliarios simultáneos, que derivaron en diez detenidos, a los que se ha sumado otro arresto el pasado día 19.

Durante los registros los agentes se han incautado de casi 50.000 euros en efectivos, más de siete kilos de cogollos de marihuana listos para su distribución, varias armas, numerosos teléfonos móviles y abundante documentación.

Con estos arrestos, la Guardia Civil da por desarticulada esta organización a cuyos integrantes se les imputan tres delitos de homicidio en grado de tentativa, atentado contra los agentes de la autoridad, tenencia ilícita de armas, contra la salud pública y pertenencia a organización criminal.

La investigación ha sido realizada por los guardias civiles del equipo de Policía Judicial de arcos y se inició tras producirse unos disparos contra tres agentes el pasado mes de septiembre cuando trataban de irrumpir en una plantación de marihuana en la zona de Tarajal, en el Coto de Bornos.

Los tres guardias civiles fueron recibidos a disparos y requirieron de diversas intervenciones quirúrgicas y períodos de baja médica para recobrar su actividad normal.

Las indagaciones estaban centradas se centró en una organización local, vieja conocida para los agentes, dedicada a la exportación de grandes cantidades de cogollos de marihuana por toda la geografía nacional, y que ya en el mes de junio de 2018 fuera detenida en el marco de operación Guanaco.

Como eran expertos en el manejo de las armas por una larga afición a la caza, había de forma permanente varios miembros de la organización fuertemente armados con varias escopetas de caza, y la consigna de emplearlas contra cualquiera que se acercase a las mismas.

Las investigaciones de los guardias civiles también permitieron conocer que, tras producirse el ataque a los agentes, los miembros de la organización se deshicieron de varias de las armas empleadas lanzándolas al pantano, que fueron recuperadas por los guardias civiles del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas, GEAS.

El juzgado número dos de Arcos se ha hecho cargo de la instrucción y autorizó los registros domiciliarios del pasado 17 de noviembre.

El último componente de la organización que se encontraba huido y oculto, fue localizado dos días después.

El juzgado ha decretado el ingreso en prisión preventiva sin posibilidad de fianza para seis de los detenidos y la libertad con cargos a la espera de la celebración del juicio para los cinco restantes.