Guardias civiles de Tráfico detectaron a 83 personas que conducían con una tasa de alcohol por encima de la establecida en varios controles desarrollados con motivo de los Carnavales En esa cantidad se suman tanto las infracciones administrativas, aquellas situadas entre los 0,25 y los 0,60 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, como los delitos (aquellos que superan el nivel de 0,60). También localizaron a 15 personas que conducían bajo los efectos de las drogas, según los datos ofrecidos por la Jefatura Provincial de Tráfico.

Además, identificaron a siete personas que circulaban sin tener el permiso de conducir. La inmensa mayoría de las denuncias por alcoholemia fueron detectadas en la jornada del pasado martes, precisamente la noche de bailes del Carnaval que contó con más afluencia de personas.

Este año han aumentado los resultados positivos de alcohol y consumo de sustancias estupefacientes. En los diferentes días en que se llevaron a cabo estos dispositivos, se ha detectado un incremento de las denuncias por los efectos de la ingesta de bebidas alcohólicas, pero el crecimiento ha sido más importante todavía en las actas por la presencia de diversas drogas en los conductores. Una de las razones es que en esta edición los agentes del Instituto Armado han realizado un número más elevado de pruebas, en la medida en que, de forma paralela, también han contado con más medios para efectuarlas.

Menos tráfico

Y eso después de que la suspensión de los actos para la noche del sábado y la madrugada del domingo se notara de manera significativa en la densidad de tráfico en las autopistas del Norte y del Sur, así como en las cifras de denuncias y el nivel de agresividad de los conductores. Uno de estos dispositivos se llevó a cabo en el kilómetro 20 de la autopista TF-1, en sentido a Santiago del Teide, a la altura del acceso a Arafo. En el transcurso de la madrugada y la mañana del domingo 23 de febrero, fueron cortados los tres carriles de la vía y todos los conductores debieron desviarse hacia la rotonda que permite acceder a Arafo y al polígono industrial del Valle de Güímar.

En las primeras cuatro horas del dispositivo tomaron parte siete patrullas y un total de 14 agentes y mandos de los destacamentos de Icod de los Vinos, La Laguna, Granadilla de Abona y del Subsector de Tráfico de Tenerife. En dicho operativo estaba concentrado la inmensa mayoría de los recursos disponibles por dicho cuerpo de seguridad en la Isla, con excepción de dos patrullas más que realizaban servicios por si hubiera alguna emergencia, accidente de gravedad o auxilios por averías.

Lorena Coello Hernández fue una de las dos primeras motoristas de Tráfico en el Archipiélago. Lleva 15 años en el Instituto Armado y 13 en la especialidad que garantiza la seguridad en las vías. Desde su punto de vista, a pesar de los datos, "la gente está más concienciada" de la importancia de no consumir drogas o alcohol si tienen que ponerse al volante, entre otras cosas por la información que transmiten los medios de comunicación sobre cómo afectan los excesos la hora de sufrir accidentes con consecuencias graves para la integridad física individual, así como el daño moral al entorno cercano.

Coello también resalta los valores que se transmiten en las charlas que se imparten en colegios, institutos o autoescuelas. Otro de los agentes que toma parte en el operativo manifiesta que en los últimos 10 años también percibe una mayor colaboración de los ciudadanos que son parados para realizarle una u otra prueba. En cualquier caso, "siempre hay cierto inconformismo, ya que a nadie le gusta que le toquen el bolsillo". Este tipo de dispositivos, denominados "macrocontroles" se realizan en determinadas fechas, como pueden ser las Navidades, Carnavales, Semana Santa y algunas fiestas patronales, como pueden ser la celebración de San Roque en Garachico, la romería de Tegueste o El Socorro, en Güímar.

Después de las cinco de la madrugada, en el acceso a Arafo se constata la importante influencia que tuvo en la circulación la suspensión oficial de los actos del sábado por la noche y la madrugada del domingo pasados en Santa Cruz por la alerta por vientos. Y de hecho, a esa hora, empezaban a coincidir quienes regresaban disfrazados, y algo defraudados del Carnaval, y los ciudadanos que se dirigían a sus puestos de trabajo.

"No había viento"

Uno de los jóvenes que fueron desviados a un descampado de tierra por dar positivo en la primera prueba (más de 0,25 miligramos de alcohol por litro de aire espirado) explicó que "en Santa Cruz había calima, pero no había viento ni música". En la misma línea se expresa una chica que fue sancionada por circular bajo la influencia de sustancias estupefacientes. Las personas seleccionadas para someterlas al llamado "narcotest" se introducen en la boca un reactivo a la saliva y después este se coloca en un instrumento de "criptografía de gases". Si en esta máquina se registra un resultado positivo al consumo de alguna droga, la muestra se introduce en un tubo de ensayo, que se precinta y se envía con un número de registro a laboratorios situados en Madrid o en Santiago de Compostela. La propuesta de sanción se realiza si en ese segundo análisis se confirma el consumo de una o varias sustancias estupefacientes. Hasta las seis de la madrugada del domingo, solo dos conductores arrojaron resultados positivos en la autopista del Sur.

Un joven circulaba con tres amigos en un Peugeot 106. No arrojó positivo ni en alcohol ni drogas. Sin embargo, circulaba sin permiso de conducir, después de haber perdido todos los puntos, así como sin seguro ni haber superado la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Por dichas infracciones puede hacer frente a una multa de unos 1.500 euros. Y deberá matricularse en un curso en una de las autoescuelas autorizadas para intentar recuperar los primeros dos puntos.

Uno de los encargados de parar vehículos es el sargento Miguel Ángel Rodríguez, que reconoce que en estas situaciones también se da la picaresca. "Algunos taxistas encienden la luz, para simular que van realizando un servicio, porque así piensan que no les vamos a parar". Sin embargo, este mando confirma que sí se les realiza la prueba también. Y es que si para un particular el mínimo de la alcoholemia positiva se sitúa en 0,25 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, para un conductor profesional (de taxis o guaguas, por ejemplo), ese parámetro baja a 0,15. Otro de los mandos que tomó parte en el operativo durante varias noches seguidas fue el capitán del Subsector de Tráfico de Santa Cruz de Tenerife, Tomás Sendón, que está recién llegado a la Isla. Trata con una gran educación a cualquier conductor y recuerda que en la madrugada del domingo Titsa anuló servicios y "eso obliga a coger más el coche" a quienes acudieron al Carnaval. En cualquier caso, incidió en que "hay menos tráfico que en otras noches".