Esta semana pasada participó en el Ocean Film Festival en Tenerife, ¿cómo cree que ayudan este tipo de iniciativas a la conservación?
Es maravilloso que se generen espacios como este en el que se de cita a personas sensibilizadas con esta problemática que quieran buscar soluciones. Tenemos esta oportunidad para encontrarnos, compartir información y educar a la sociedad. Y esto es muy importante. Una parte importante de la conservación marina pasa por la educación de la sociedad. Porque si no conocen la problemática ni las posibles soluciones, difícilmente vamos a poder cambiarlo.
¿Como valoraría la situación de los cetáceos en Canarias?
No voy a entrar en valoraciones. Es complicado. Los cetáceos están mal a nivel global y no es que en Canarias lo estemos haciendo peor. Tenemos un problema de conservación de estas especies por problemas pasados, presentes y futuros. Ha habido época ballenera, ahora tenemos contaminación por plásticos, acústica e interacción con pesquerías y nos viene el cambio climático con una proyección futura de cambios para muchas especies. Los problemas de conservación a los que se enfrentan los cetáceos son graves en la mayor parte de los casos, y algunos permiten se pueden gestionar en el espacio y en el tiempo como por ejemplo, la contaminación acústica.
Ha trabajado mucho en ese tipo de contaminación ¿cómo afecta el ruido a los cetáceos?
El ruido submarino es un contaminante acústico, puede ser de muchos tipos. Afecta a los cetáceos porque son muy sensibles al sonido. Lo utilizan para orientarse, para comunicarse y para navegar. El ruido proviene de las embarcaciones, pero también por generar por explosiones submarinas, prospecciones sísmicas en busca de petróleo, extracción de minerales o maniobras militares. Yo en concreto he estado trabajando con el ruido de las embarcaciones recreativas de Whale Watch o avistamiento de cetáceos, que es un tipo concreto.
¿Qué se está haciendo para evitarlo?
El problema es que estas embarcaciones hacen ruido, y ese ruido molesta a los cetáceos. Además, en el caso de Tenerife, se pasan mucho tiempo junto a los animales que acaban los 365 días del año rodeados de ruido. Nosotros estamos investigando y ofreciendo resultados científicos para demostrar a partir de qué nivel estos animales reaccionan con cambios y alteraciones en el comportamiento que puede tener en su balance energético y, por tanto, en su supervivencia. Estamos ofreciendo soluciones con vistas a que, en un futuro, se puedan establecer los criterios de ruido submarino adecuados para estos barcos de avistamiento de cetáceos porque a nivel mundial no se ha hecho y es importante hacerlo.