'Forastera'
Había llegado hoy a La Gomera; quería darse prisa; llevaba el furgón de la empresa con todo lo necesario, el plaguicida y los equipos de protección para la fumigación. La finca de hoy le traía buenos recuerdos. Solía acompañar a su padre a fumigarla cuando era niño. Se ponían un pañuelo en la cara porque él decía que no era bueno inhalar estos productos…
Era una finca en un barranco del pueblo de Hermigua, plantada de uva forastera, muy delicada y cotizada tras el azote de las plagas del verano. Se colocó el equipo de protección protestando por el calor y la pena que todavía le aplastaba el pecho. Comenzó calle a calle y el sonido de su mochila al sulfatar le fue ronroneando y suavizando la tristeza. Pensó que la muerte de su padre, como la de muchos otros, había servido para algo. Ahora se sentían protegidos y seguros.