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Una mujer compraagua y papelhigiénico, ayer, en unsupermercado deTenerifeE. D.

Las fuertes lluvias adelantan la compra del mes de las familias canarias

Las alertas surten efecto y los isleños se dan prisa para llenar las alacenas y quedarse en casa

«Se ha notado mucha más gente comprando de la que sería normal un sábado por la mañana». Sara es una de las dos cajeras que ayer trabajaron en un súper del barrio de La Vera, en el Puerto de la Cruz. No fueron las únicas empleadas del sector de la alimentación que tuvieron una jornada matutina más ajetreada de lo habitual para tratarse de un sábado. Los avisos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y del Gobierno de Canarias hicieron efecto en las familias, que adelantaron las compras en previsión de lo que pueda pasar hoy. Los domingos, ya se sabe, hay menos establecimientos abiertos, y en muchos casos hay que desplazarse con el coche para comprar, algo que hoy está prohibido ante la amenaza de Hermine. De hecho, si la mañana de ayer fue de mucho tránsito en tiendas, supermercados y centros comerciales, más lo fue la jornada del viernes, cuando la población ya estaba sobre aviso de la que se le venía encima al Archipiélago. Por eso muchos de quienes no pudieron comprar el viernes y lo dejaron para el sábado por la mañana se encontraron con que faltaban algunos productos en los lineales. Lógico ante un incremento repentino de los clientes. ¿Cuál fue la compra estrella? En el norte de Tenerife, como explica Lina, clienta del súper en que trabaja Sara, las velas. Algo que no tiene tanto que ver con Hermine en concreto como con el hecho de que «cada vez que caen cuatro gotas» –recuerda Lina–, «se va la luz». Y esta vez no son solo cuatro gotas, así que siempre será mejor prevenir que curar.

«Sí se notó, se notó sobre todo el viernes y también ayer por la mañana», expone Alfredo Medina, secretario general de la Asociación de Medianas y Grandes Empresas de Distribución de Canarias (Asodiscan), sobre ese mayor trajín de estos días. Eso sí, esta vez había una causa más que justificada para adelantar la compra, con lo que a diferencia de otras ocasiones, no hubo especulación. El ejemplo más reciente de esto último se produjo cuando hubo problemas con el aceite de girasol, un producto residual en las alacenas de la grandísima mayoría de las familias canarias. El caso es que la media de ventas de este tipo de aceite por unidad de consumo –por familia– es muy pequeña, pero eso no evitó que cuando se comenzó a hablar de desabastecimiento hubiera quienes se llevaron de golpe 20 litros. Y ello por no recordar el efecto papel higiénico de los primeros días y semanas de la pandemia de la covid, cuando en países de medio mundo, de España a Hong Kong, el papel se agotó en muchas tiendas, hasta el punto de fue necesario limitar las ventas para evitar el acopio. «Esta vez las compras no han sido especulativas, sino anticipativas», precisa Medina. Dicho de otro modo: en esta ocasión tenía toda la lógica del mundo, claro, adelantar la visita al súper, con lo que también es lógico que no hubiera abundancia de determinados productos en según qué establecimientos. En cualquier caso, y como expone el presidente de la Asociación de Supermercados de las Islas Canarias (Asuican), Alonso Fernández, hubo «absoluta tranquilidad» en los establecimientos de la región, y por supuesto «ni hay ni habrá estos días falta de ningún artículo» en el Archipiélago. «Ya lo hemos demostrado sobradamente en otras ocasiones», agrega Fernández.

Además, a la alerta por fuertes lluvias se unieron otros dos factores que dieron lugar no ya a que la visita al súper se adelantase, sino incluso a que muchos compraran más de lo habitual a fin de mes. ¿Cuáles fueron esos dos factores añadidos? Por un lado, la suspensión de las clases del lunes; por otro, que la visita de Hermine se dé precisamente a fin de mes. Ocurre que muchas familias que se desplazaron a la tienda o al centro comercial para evitar salir el fin de semana aprovecharon para hacer la compra del mes. El lunes los pequeños de la casa no irán al cole o al instituto, así que mejor tener llenas las estanterías y la nevera. Y también hay que recordar que ayer cobraron los pensionistas, así que todo se combinó para que Sara y demás trabajadores del sector de la alimentación vivieran un viernes y una mañana de sábado de especial movimiento.

¿Cuánto pueden haberse incrementado las ventas los días 23 y 24, ayer y anteayer, respecto de lo que habría sido normal de no ser por la amenaza de Hermine? De momento no hay datos oficiales, pero una encuesta improvisada en varios establecimientos de Santa Cruz de Tenerife sitúa el aumento en torno al 30%. Un 30% más de ventas que, no obstante, se compensará a la baja en los próximos días, ya que todas esas familias que adelantaron la compra del mes no volverán a hacerla, lógicamente, hasta finales de octubre o principios de noviembre.

Al margen de los supermercados, hipermercados y ultramarinos, también hubo otro tipo de negocio que tuvo en la mañana de este sábado más trabajo por culpa de Hermine: las ferreterías y las grandes superficies destinadas al bricolaje y la construcción. No en vano, y como ocurre siempre que hay alguna inclemencia meteorológica –sobre todo cuando se trata de la primera tras el verano, como es el caso–, toca renovar el camping gas.

Las pilas, las velas y el ‘camping’ gas


Ayer y el viernes, con Hermine cada vez más cerca, fueron días de buscar el camping gas en muchas de las viviendas del Archipiélago. Y velas, también velas. La inestabilidad del sistema eléctrico de la región, más si cabe en Tenerife, ha dejado un historial de apagones –incluidos los llamados ceros energéticos– sin parangón con los episodios ocurridos en ninguna de las restantes Comunidades Autónomas. Así que a fuerza de estar horas y horas sin luz, las familias canarias nunca han podido dejar de comprar las clásicas velas de toda la vida. Ni eso ni olvidarse de renovar el camping gas. Como ocurre a la vuelta de las vacaciones de verano, cuando llegan las primeras lluvias fuertes, ayer tocó comprar velas. Por si acaso. | M.Á.M.

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