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Carmen López Subdirectora del IGN

«La investigación es indispensable para mejorar nuestros servicios públicos de vigilancia»

«De la erupción ha surgido una base de datos que va a ser elemento de estudio durante décadas», indica la subdirectora del IGN

Carmen López, en las dependencias del Instituto Geográfico Nacional. E. D.

Carmen López ostentará una nueva subdirección científica en el Instituto Geográfico Nacional (IGN). Su objetivo es establecer sinergias para mejorar la vigilancia volcánica y sísmica.

Es usted la primera mujer subdirectora del Instituto Geográfico Nacional (IGN), ¿cuáles son sus sensaciones?

Esperemos que no sea una excepción, y que haya muchas más. Ya es hora de que ocurriera. No soy la primera en ocupar un puesto de mando, porque en la secretaría general siempre ha habido una mujer, Mónica Groba. Somos un centro pequeño, y esta subdirección ha surgido para reforzar el área de geofísica, por tanto es nueva. Nuestra función pasa por garantizar un servicio esencial, que es la vigilancia y alerta de fenómenos geológicos. Por tanto, nuestro objetivo es mejorar la vigilancia y el conocimiento de los tsunamis y de los volcanes.

¿Cómo ha cambiado la presencia femenina en el centro desde que usted entró?

Yo entré como becaria y por aquel entonces había mucha presencia masculina. Las mujeres ostentaban puestos de secretaría. Hoy en día no sé la proporción exacta, pero hay muchas más.

¿La crisis volcánica de La Palma ha sido un aliciente para poner en marcha esta nueva subdirección?

Creo que se ha puesto de manifiesto con varias crisis recientes, entre ellas, La Palma. El Instituto Geográfico Nacional (IGN), asume las competencias en vigilancia volcánica en 2004. En 2011, con la crisis volcánica submarina de El Hierro pusimos a prueba la estructura y en la erupción de La Palma hemos mostrado ese compromiso que tenemos con la vigilancia volcánica.

¿Cuáles son los objetivos de esta nueva subdirección?

Nuestro objetivo principal es el reforzamiento de las redes. Queremos utilizar los recursos y sistema de vigilancia ya existente para dar un salto de calidad como servicio público. Queremos crear un grupo de trabajo con distintas instituciones y administraciones que tengan encomendadas labores de vigilancia para coordinarnos. Desde el Gobierno de España se ha encomendado al MITMA, y este al IGN, la elaboración de un plan nuevo de vigilancia sísmica, volcánica y de otros fenómenos geofísicos, de aquí a cuatro años. Lo haremos en ese grupo de trabajo, porque partimos de una base excelente en cuanto a nuestras instalaciones pero necesitamos coordinarnos con los demás. Asimismo, con ellos queremos avanzar en el conocimiento sísmico-volcánico y en la investigación.

¿Este grupo de trabajo funcionaría como un Pevolca pero a nivel nacional?

No exactamente, porque no incluiría nada de protección civil. Aquí se trata de coordinar los recursos de vigilancia y las redes. La optimización de los recursos nos permite mejorar en muchos niveles, tanto en redes de vigilancia como en pronósticos.

¿Por qué es tan importante que el enfoque para este tipo de fenómenos se abarque desde distintos puntos de vista?

Es un fenómeno muy complejo y cada uno puede aportar su granito de arena con la información científica de la que dispone para ampliar esa pequeña ventana por la que vemos el fenómeno. Estos procesos tienen muchas escalas y nosotros solo tenemos las gafas de las redes de vigilancia. Por eso debemos unirnos con todas las instituciones, para compartir y mejorar las técnicas. Tenemos que tener la mente abierta, realizar un enfoque multidisciplinar y aplicar todo el conocimiento disponible.

¿El IGN puede investigar?

Sí, claro y también pueden solicitar proyectos de investigación a otras instituciones. La parte buena del Instituto Geográfico Nacional es que tenemos una partida en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) asignada a la vigilancia. Este montante se destina a la instalación y servicio de nuestras estaciones que requieren unas labores previas de investigación. Otra parte se destina a los recursos humanos, que son funcionarios del Estado. Pero debemos tener en cuenta que el servicio público se sustenta sobre un mejor conocimiento científico. Por eso tenemos algunos proyectos propios y, aunque no es la prioridad del centro, sabemos que la ciencia es indispensable para mejorar.

¿Diría que el salto ha sido mayor ahora que en El Hierro?

El acceso a los datos en El Hierro fue muy dificultoso. Se nos hizo complicado recuperar muestras. Ahora ha sido distinto. Tenemos la experiencia de los más involucrados a pie de colada y esto es una lección aprendida. Pero la emergencia no ha acabado. Aunque nos encontremos en nivel 1 de riesgo, el Pevolca sigue activado y aún existen peligros post-eruptivos.

Ahora que hace mención a esos peligros, ¿qué ocurre en La Bombilla y Puerto Naos?

Para entenderlo primero debemos saber lo que está ocurriendo bajo la tierra. El magma contiene mucho dióxido de carbono (CO2). Cuando la erupción termina lo hace porque el magma no tiene suficiente fuerza como para salir a la superficie, así que empieza a enfriarse. En ese enfriamiento emite gases que se cuelan por la red de fracturas de la isla, que es por donde tienen más fácil salir a superficie. Puerto Naos y La Bombilla tiene una topografía en forma de hoya que no permite la limpieza del aire, algo que tiene relación, además, con una mezcla de fenómenos, como son el viento, la presión y las mareas. Eso está provocando que el CO2 que emerge en esos puntos lo haga en niveles tóxicos. El problema del CO2 es que es un gas pesado, que no se huele ni se ve. Normalmente se puede quedar en el suelo, pero si no tiene forma de airearse, va subiendo y puede llegar a la altura de la cadera o la nariz en niveles que no son compatibles con la vida. De hecho, estamos encontrando muchos animales muertos en la zona. Es un riesgo inasumible. El magma está enfriándose y va a tardar muchos años en hacerlo, y aún no vemos una tendencia clara de que la emisión de gases se debilite desde que acabó la erupción.

¿Cómo ha cambiado el papel de la mujer en esta última erupción?

Ha sido un cambio enorme en relación al papel de las mujeres. La visibilidad ha sido mucho mayor, y creo que es porque la sociedad está preparada para verlo reflejado, pues tiene mayor madurez y aceptación. Además, la presencia femenina en los comités científicos ha añadido cordialidad y consenso en la discusión científica.

En estas últimas semanas nos hemos despertado con nueva actividad en el Teide, ¿qué significa?

Los últimos enjambres reflejan que el entorno del Teide-Pico Viejo está activo. Lo que hemos visto es actividad sismo-volcánica, con terremotos muy pequeños, que nos recuerda que Tenerife es una isla volcánicamente activa. Este tipo de actividad la venimos registrando desde que nuestras redes de vigilancia se volvieron más densas. Pero hay registros de los años 80, en campañas de microsismicidad, en la que se registran fenómenos similares a estos. En todo caso, no hay parámetro que indique que esto pueda ser el comienzo de un proceso eruptivo a corto plazo, pero hay que estar atentos. Y sobre todo entender y tener en cuenta el lugar en el que vivimos y que convivimos con este tipo de fenómenos.

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