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El Instrumento NIRPS en el que ha participado el IAC.nicolas blind (eso)

El IAC crea el sistema de visión de un nuevo cazador de planetas

El instrumento NIRPS permitirá encontrar planetas similares a La Tierra que orbiten estrellas pequeñas o poco luminosas

"Un nuevo cazador de planetas despierta". Con esta frase de una epicidad equiparable a la del título de un filme de ciencia ficción, el Observatorio Europeo Austral (ESO) ha dado a conocer su nuevo juguete, un instrumento capaz de ver estrellas muy pequeñas y frías -las más comunes en nuestro Sistema Solar- y que será clave en la búsqueda de nuevos planetas similares a La Tierra y cercanos a nosotros.

Esta nueva herramienta, llamada Near InfraRed Planet Searcher (o NIRPS), ha sido desarrollada por varias entidades científicas internacionales entre las que se encuentra el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Los científicos colaboradores canarios han sido los responsables de diseñar e instalar el haz de fibras que permite a este instrumento "ver" la luz que emana de estas estrellas de una manera más pura y estable.

"Es algo similar a lo que hace la cornea cuando enfoca la luz", resume Jonay González, investigador del IAC y miembro científico de NIRPS. Este sistema de fibras es "muy novedoso", pues gracias a la forma en la que está dispuesto permite corregir los problemas de observación. "Si la luz de la estrella que incide en el aparato es heterogénea, esta fibra la transformará en una señal uniforme", explica González. Esto permitirá que el espectro de la estrella se puedan tener una lectura más sencilla y que las medidas tengan "menos ruido".

No es la primera vez que el IAC está a cargo de una instalación similar. Este mismo sistema de "haz de fibra" se utilizó también en el espectógrafo instalado en el instrumento Expresso del Very Large Telescope. El IAC, de hecho, es especialista en este tipo de sistemas y, por esta razón, entró en el consorcio para diseñar NIRPS.

El sistema canario de fibras permitirá reducir el ruido que genera la luz de la estrella

Este proyecto lleva más de un lustro en marcha. En 2016, el consorcio científico - liderado por las universidades de Ginebra y Montreal - decidió que era el momento de crear un aparato que pudiera ampliar el rango de visibilidad de las estrellas desde La Tierra. La idea era complementar las tareas que lleva a cabo desde 2003 el instrumento HARPS - también cazador de planetas- , ubicado en el telescopio de 3,6 metros de la ESO (ubicado en Chile), que desde entonces se dedica a buscar estrellas en el espectro de rango visible. NIRPS, por su parte, está diseñado para ver aquellos astros más fríos y que "brillan más en el espectro infrarrojo", como explica el científico del IAC, Alejandro Mascareño. Por lo tanto, ambos instrumentos podrán funcionar como "hermanos" en este telescopio que ya lleva 45 años en escrutando el espacio.

El instrumento centrará su búsqueda en los planetas rocosos, objetivos clave para entender cómo se forman y evolucionan este tipo de objetos celestes, y en los que es más probables que se pueda desarrollar vida. NIRPS buscará exoplanetas mediante el método de la velocidad radial. Cuando un planeta orbita alrededor de una estrella, su atracción gravitatoria hace que esta se "tambalee" ligeramente. "Es un movimiento rítmico, y el resultado es similar al de una partitura", resalta Mascareño.

Las estrellas que aspira a estudiar son aquellas entre dos y diez veces más pequeñas que el Sol

Con la medición de estos sutiles cambios en la luz de la estrella ( de apenas un metro por segundo), el instrumento NIRPS ayudará a medir la masa del planeta, además de otras de sus propiedades, como su órbita. Las estrellas que aspira a conocer más a fondo son aquellas entre dos y diez veces más pequeñas que el Sol y con hasta 3.000 grados menos de temperatura que el Astro Rey. "La idea es ver más planetas similares a los que hemos encontrado en el sistema de Próxima Centauri", resume González.

El instrumento sigue en fase de pruebas, aunque los científicos son optimistas con los resultados que están obteniendo. "Todos los planes se están cumpliendo", asegura González, por lo que es posible que en marzo de 2023 estos investigadores ya tengan la luz verde para empezar la caza de planetas como La Tierra.

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