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Pueblos verdes y costas ‘fantasma’: la adaptación de las Islas al clima futuro

Las ciudades tenderán a tener más superficie arboladas para mitigar el calor, mientras que las viviendas a primera línea de playa desaparecerán

La playa de Las Teresitas abarrotada. Carsten W. Lauritsen

Las ciudades del futuro en Canarias estarán plagadas de zonas verdes que ayuden a mitigar el intenso calor provocado por el aumento de las temperaturas. Las costas se convertirán en zonas fantasma, pues la mayor parte de la población que ahora vive allí tendrá que ser reubicada para evitar los riesgos asociados al aumento del nivel del mar. Canarias es una de las regiones que más sufrirá el cambio climático y, por esta razón, uno de los ejes fundamentales en los que se centran las estrategias del Ejecutivo canario es el de la adaptación.

La adaptación al cambio climático es transversal, por lo que afectará tanto a la ciudadanía como a las empresas. Si estas medidas no se ponen en marcha, los costes serán inabarcables.

La costa es el punto de partida de las medidas de adaptación. En Canarias se han identificado 47 puntos negros que van a exigir «un cambio en el planeamiento» por el aumento del nivel del mar, como adelanta el consejero de Transición Ecológica, José Antonio Valbuena. De ahí que no descarte que las 5.000 personas afectadas por este motivo tengan que ser reubicadas. Esta situación también generará que algunas carreteras se vean afectadas por lo que habrá que «modificar los trazados». La desertificación y la sequía son otros de los problemas a los que se enfrenta Canarias. Para mitigar el impacto se pondrán en marcha políticas de reforestación, que se unirán a las de creación de «bosques en las ciudades». Esto permitirá mantener una temperatura adecuada en esos entornos.

El Ejecutivo no descarta tener que reubicar a más de 5.000 personas que viven en las costas

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En este apartado también entra en juego la eficiencia energética de los edificios. Las casas del futuro deben mitigar y al mismo tiempo adaptarse a las nuevas condiciones. Con un buen diseño, «se podría evitar el gasto de energía al mismo tiempo que se aísla la vivienda» para evitar problemas de salud asociados a las altas temperaturas y ahorrar energía. Para la arquitecta, Araceli Reymundo, el 60% de los problemas de confort a los que se enfrentarán las viviendas del futuro podrían solucionarse con «una orientación hacia el sur». El otro 40% tiene que ver con el aislamiento térmico. Sin embargo, Reymundo considera que, para incentivar esta última medida, se deberían modificar la forma de subir nota en los certificados de eficiencia energética.

Pero si algo va a tener que adaptarse será el turismo. La actividad económica más importante de Canarias también corre el riesgo de sufrir los efectos del cambio climático. Un reciente estudio de la ULL, muestra que las zonas del sur dejarán de ser confortables durante los meses de verano. «El modelo de sol y playa ya no será posible a mediados de siglo por el aumento de temperatura», explica la física atmosférica de la Universidad de La Laguna (ULL), Silvia Alonso, que insiste en que esto puede llevar a los turistas a «no sentirse cómodos» en Islas. Por tanto, los gestores del turismo también tendrán que tener en cuenta que la crisis climática también les puede afectar.

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