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Dos canarios viajan 3.700 kilómetros en furgón para llevar ayuda a Ucrania

Francisco Molina y José Manuel Ramírez llevan 1,5 toneladas de material donado a la asociación Karuna Maspalomas

José Manuel Ramírez y Francisco Molina, este lunes durante un descanso a 60 kilómetros de la ciudad polaca de Medyka.

«Nuestro objetivo es entrar en Ucrania para llevar la ayuda humanitaria a quienes más la están necesitando porque muchas ONG no están entrando al país». Francisco Molina y José Manuel Ramírez tienen clara cuál es su meta y se van a acercar a ella todo lo posible. Y para eso han recorrido 3.700 kilómetros por carretera en una furgoneta que partió desde Maspalomas, llegó a Huelva y desde allí atravesó la península para llegar a Ucrania pasando por Francia, Alemania y Polonia. Confiesan que no tienen miedo ante la situación provocada por la invasión rusa, pero por sus cuerpos sí que pasa esa sensación de inquietud generalizada ante lo desconocido. «¿Miedo? No, más bien tenemos mucha incertidumbre porque no sabemos lo que nos vamos a encontrar. Sabemos que no vamos a encontrarnos muertos porque no vamos a acercarnos a las zonas que están bombardeando las tropas rusas, pero sí sabemos que vamos a ver a mucha gente herida, niños llorando y mujeres huyendo desesperadamente», cuenta José Manuel.

José Manuel Ramírez y Francisco Molina, este lunes durante un descanso a 60 kilómetros de la ciudad polaca de Medyka. LP/DLP

Ambos son de San Bartolomé de Tirajana y han realizado este viaje para acercar al país toda la ayuda donada por vecinos de este municipio, las farmacias Mercurio y de San Agustín y la comunidad ucraniana a la Asociación Karuna Maspalomas, que preside el propio Francisco Molina. En una furgoneta que «se está portando bien», en palabras de Francisco en un vídeo que ha lanzado en redes sociales, los dos canarios llevan hasta Ucrania 1,5 toneladas de material sanitario, mantas y sacos de dormir. «Vamos a intentar ayudar en la desesperación que tienen muchas personas, aunque sabemos que no todo se arregla con medicamentos», relata José Manuel mientras Francisco va al volante y él disfruta de su turno de descanso.

Inicialmente el viaje lo preparaba solamente Francisco después de recibir infinidad de donaciones en la asociación Karuna Maspalomas, pero una oportuna llamada de José Manuel hizo que éste se sumase al periplo a su vuelta de un viaje a Austria. Se dejaron ver en Madrid y colgaron el teléfono.

«Está siendo un viaje muy emocionante; hemos visto mucha solidaridad en el camino», cuentan

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Fue el pasado jueves 10 de marzo cuando Francisco cargó la furgoneta en un barco con destino a Huelva, desde donde inició un largo viaje por carretera en el que, después de recoger a José Manuel en Madrid, juntos han atravesado tres países además de España: Francia, Alemania y Polonia. «La intención es llegar este lunes a la ciudad fronteriza polaca de Medyka, donde hay un campo de refugiados; vamos a ver qué situación nos encontramos ahí y luego continuaremos nuestro camino hacia otro punto más cerca de la frontera con Ucrania porque nuestro objetivo es entrar en el país con la ayuda de un contacto que conseguimos a través de un enlace de miembros de la comunidad ucraniana residente en Gran Canaria», explica José Manuel.

Furgón donde los dos canarios trasladan ayuda humanitaria para los ucanianos. LP/DLP

Los movimientos que finalmente lleven a cabo estos dos canarios solidarios dependerán de los escenarios que se vayan encontrando en el camino. «Los ucranianos necesitan ayuda dentro de su propio país porque los que han conseguido cruzar las fronteras ya están siendo atendidos por distintas ONGy ciudadanos de los países fronterizos, pero los que aún están dentro no, porque no todo el mundo es capaz de entrar en el país», relata mientras continúan haciendo el viaje en carretera. Eso sí, lo harán en función de cómo evolucione el escenario bélico. «Queremos evaluar qué tipo de ayuda hace falta realmente para pedirla con mayor exactitud», añade José Manuel.

Además de la ayuda que llevan hasta Ucrania en forma de material sanitario y mantas para mitigar el frío, Francisco y José Manuel intentarán ayudar «todo lo posible» a todas las personas que se encuentren en el camino, bien acercándolos a la frontera, bien desplazando hasta Gran Canaria a personas refugiadas o buscando otras ayudas para, por ejemplo, fletar una guagua o comprar billetes de avión.

Los dos canarios barajan volver a la isla con refugiados a bordo de su furgoneta

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3.700 kilómetros por carretera se notan en el cuerpo, pero pese a ello estos dos canarios están muy bien de ánimos. «De ánimos estamos al 100%, sinceramente, durante el camino nos vamos informando a través de la prensa de cómo evoluciona el conflicto, pero vamos con muchas ganas de echar una mano».

Lo más duro del viaje, cuentan, están siendo las condiciones meteorológicas que se han ido encontrando en el camino, además del importante desembolso económico que están haciendo a título personal. «Está siendo un viaje costoso porque el combustible está a 2,30 euros el litro y cada vez que llenamos el depósito se nos van unos 140 euros», cuenta. Para hacer este viaje apenas han recibido ayuda económica alguna más allá de una aportación del Cabildo para sufragar los gastos del viaje en barco hasta Huelva. «No tenemos ayudas, pero cuando lleguemos al destino y veamos la situación queremos lanzar una campaña de recaudación de fondos». La intención es volver a casa la próxima semana y tomar el barco de Huelva a Gran Canaria el 26 de marzo, aunque eso dependerá de la situación y las decisiones que vayan tomando.

A pesar de la dureza del camino, para ellos está siendo «muy emocionante» porque se van encontrando con personas que también realizan ese viaje en coches o camiones para intentar sacar de Ucrania al mayor número de personas posible. «Estamos viendo mucha solidaridad en este viaje», relatan.

Meses después de que la asociación Karuna Maspalomas llevase ayuda a los afectados por el volcán de La Palma, Francisco Molina y José Manuel Ramírez se han lanzado a un viaje en el que absolutamente todo es incierto salvo una cosa: la ayuda humanitaria que ellos llevan sí que llegará sana y salva. Y en eso destacan cómo se han volcado los vecinos de San Bartolomé de Tirajana con esta asociación. «Necesitamos más cooperación, que no nos olviden nunca porque por desgracia habrán más desastres venideros». 

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