Hubo un tiempo en el que hablar de comida de hotel suponía un desprecio, pero al paso de los años, a caballo con la creciente evolución del renglón turístico, esa afirmación se ha ido quedando obsoleta. Este restaurante, inquilino del Silken Atlántida, es un vivo ejemplo y también la firme certeza de las enormes posibilidades que atesora el recetario canario a partir de la técnica y el gusto, y con la frescura de un equipo joven.
Hace ya un tiempo que la expresión peyorativa comida de hotel ha quedado bastante desfasada. Valga un argumento: los restaurantes canarios que lucen estrellas Michelin están asociados a este tipo de establecimientos y buena parte de los mejores chefs de las Islas también ofician en estos alojamientos. Sin duda, el impulso y el desarrollo creciente del sector turístico han contribuido a realzar unos espacios que representan la primera toma de contacto del visitante con la gastronomía: el auténtico sabor de la ciudad.
El restaurante SOOK (acrónimo de Silken Cook) habita en las instalaciones del Hotel Silken Atlántida de la capital tinerfeña –asomado a la avenida Tres de Mayo esquina con la calle Áurea Díaz Flores–, en una zona que bulle por el tránsito constantes de personas en el ir y venir a los centros comerciales, también por la presencia de los vecinos en esta área residencial de nueva planta o de quienes desarrollan su jornada laboral por los alrededores.
A pie de calle, la entrada a SOOK ya descubre un ambiente abierto y luminoso, un espacio funcional –además de algo informal–, que combina a la perfección con su particular propuesta gastronómica urbana: menú ejecutivo de lunes a viernes (días laborables y en horario de almuerzo), que se renueva semanalmente y ofrece la posibilidad de elegir entre un primero, plato principal y postre (al precio de 14,90 euros), más la carta del Gastrobar, bien surtida y sugerente, a la altura de las cuatro estrellas del establecimiento.
A comienzos del próximo año, los Reyes Magos traen de regalo una terraza exterior, la pieza que faltaba para darle otro aire a esta propuesta gastronómica
Formado en la escuela del IES La Candelaria y hecho a la mano del maestro Juan Carlos Clemente, el chef Domingo Álvarez elabora platos de la cocina tradicional canaria, que interpreta con su toque particular, un valor añadido y señal inequívoca de su compromiso con el producto local, de proximidad, dinamizador de una economía de ida y vuelta.
Así, las alusiones al recetario isleño se suceden: croquetas de almogrote; aguacate en tempura; queso asado con mojo y miel de palma; ensalada de cherne a punto de sal con vinagreta de plátano o la de lentejas de Lanzarote con curry; también un tataki de atún embarrado con parmentier de batata; bacalao encebollado con papas bonitas; ropa vieja de conejo en salmorejo; la carne fiesta o un canelón de cabra estofado sobre su queso majorero marcado en plancha... Y en el capítulo dulce, yogur de cabra con galleta María; plátano de Canarias en tempura con helado; una interpretación del barraquito y de las ambrosías Tirma... Técnica, gusto y sabor, y con la frescura de un equipo joven.
Además, SOOK se distingue por llevar a sus platos aquellos productos canarios distinguidos con premios, como nuestros excelentes quesos, vinos, aceites de oliva virgen o mieles, reivindicando asimismo las señas de identidad que representan el cochino negro, el salmón de Uga o el caviar gomero, entre otros.
¡Ah! Y a comienzos del próximo año, los Reyes Magos traerán como regalo una terraza exterior, la pieza que faltaba para darle otro aire a esta propuesta gastronómica: el sabor de la ciudad a pie de calle.