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Gestionar el bosque, la mejor arma para evitar los megaincendios

Gestionar el bosque, la mejor arma para evitar los megaincendios

La principal moraleja extraída del grave incendio sufrido en el macizo de pinsapos, alcornoques, pinos y castaños que arropa la Costa del Sol es la importancia de invertir en gestión forestal, aunque esto no sea ningún secreto para los agentes de Medioambiente de los montes andaluces, los bomberos forestales y la propia ciudadanía que sigue viviendo del campo.

En el caso del incendio de Sierra Bermeja, cuando el fuego aún no estaba extinguido, el director del centro operativo regional del Infoca, Juan Sánchez, sentenció tajante ante las preguntas de los medios que «ahora mismo, nadie está preparado para minimizar riesgos» frente a los incendios de sexta generación. Por tanto, la clave para combatirlos no está en adquirir más medios humanos y materiales, sino que los esfuerzos deben centrarse en la prevención, apostando por los aprovechamientos del entorno rural. Ahí es donde entran en juego prácticas tradicionales como la silvicultura, la ganadería extensiva, la apicultura, la extracción de madera, leña y corcho, la recolección de setas y trufas o de hierbas aromáticas, medicinales y otras fibras, etcétera. A través de estas actividades, no solo se obtienen recursos económicos para la población (que actualmente sigue buscando las oportunidades en el entorno urbano), sino que se contribuye al control y limpieza del entorno rural. Para ello, las administraciones públicas deberían ofrecer ayudas y líneas de subvención que contribuyan a que el trabajo en el campo sea rentable y asumible. «El campo tiene que estar utilizado, necesitamos a la gente en la zona rural, siempre que se preserve el medio natural. Hace falta fomentar todo eso. Y, por supuesto, gastar recursos en cortafuergos», reconoció la consejera de Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, Carmen Crespo, desde el mismo puesto de Alto Mando Avanzado durante las labores de control del incendio en Sierra Bermeja. Otro concepto de la gestión del territorio que contribuye a frenar la propagación de los grandes incendios forestales es la organización del paisaje en mosaico, esto es, que coexistan zonas de conservación medioambiental y masas de bosque silvestre donde no quepan los aprovechamientos forestales, junto a áreas destinadas, por ejemplo, al cultivo sostenible o el pastoreo. La entidad WWF resume esta idea como la conjugación de «un tejido productivo con la conservación de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático». Además, la vuelta al trabajo del campo no solo representa una oportunidad para poner freno a los graves incendios de sexta generación que ya han llegado a España y que amenazan con seguir proliferando. Este cambio en el modelo de vida sería una herramienta en la lucha contra la despoblación y los graves problemas que arrastran los pueblos pertenecientes a la llamada España vaciada.

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