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Fundación Cajacanarias | Foro 'Migrantes'

Los expertos reclaman rutas legales para la inmigración para evitar la crisis humanitaria

El Foro sobre Migración, organizado por la Fundación CajaCanarias, reflexiona sobre la actual situación de Canarias a quince años de la crisis migratoria de 2006

Debate sobre migración en el Espacio Cultural de CajaCanarias de Santa CruzMaría Pisaca

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En un año en el que no han parado de llegar cayucos a las Islas, en el que se han tenido que tomar medidas apresuradas para hacer frente al fenómeno, en el que el debate sobre migración se ha puesto sobre la mesa en el ámbito político y social, resulta indispensable reflexionar sobre la situación que vive Canarias, las respuestas que se han adoptado y proponer posibles soluciones. La Fundación CajaCanarias presentó ayer su primer ciclo de foros de debate, centrado en las migraciones, en el que participaron Judith Sunderland, directora asociada de la división para Europa y Asia Central de Human Rights Watch, Sara Prestianni, responsable de Migración y Asilo en la oficina de Bruselas de Euro Med Droits y el periodista especializado en migraciones Nicolás Castellano, además del director general de la Fundación CajaCanarias, Alfredo Luaces. Por la tarde, tuvo lugar la primera sesión, A la orilla de un nuevo naufragio humanitario, y hoy a las 19:00 se celebrará la segunda, Relatos desde la frontera: la visión necesaria.

El debate retoma las conclusiones del foro Enciende África, celebrado hace quince años, en plena crisis de los cayucos. “Después del 2006, pensábamos que nunca más volveríamos a ver algo igual y míranos”, son las palabras de Nicolás Castellano, que destacó que Canarias es lugar de salida, tránsito y llegada del flujo migratorio, por lo que hay que “volver a poner el conocimiento en el centro del debate que se insufla con opiniones con intereses políticos”.

La situaciones, aunque diferenciadas en países de origen y circunstancias, no dejan de tener puntos comunes. Prestianni recordó que, por ese entonces la valla fronteriza con Marruecos se subió de tres a seis metros y, ahora, de seis a diez. Atendiendo a este dato propuso que podría ser una de las causas de la afluencia de la ruta marítima. Además, también señaló las similitudes en las actuaciones del Gobierno que en ambos casos “intentó firmar pactos de devolución, en 2006 con Gambia y Senegal y, ahora, con Marruecos, Mauritania y Senegal”.

Sin embargo, los retornos no son fáciles, Sunderland destacó la dificultad de organizar vuelos de regreso, por las gestiones necesarias con los países de transito o de salida, que provocan que los viajes “no salgan como los países esperan y generen bloqueos”. El impedimento del movimiento acarrea una sobrecarga en el Archipiélago que ha hecho necesario el establecimiento de macrocampamentos, que, según Sunderland, “nunca pueden salir bien, porque son respuestas de emergencias y es muy fácil olvidar a las personas y sus derechos”. Además, destacó que “entre más grande es el campamento, menos humano”.

“Sabemos que ha habido períodos de bloqueo de personas con todos los papeles, aunque lo hayan intentado explicar de otra manera”, afirmó Sunderland, quien también se refirió a la situación de muchas mujeres migrantes que esperan durante meses para que les realicen pruebas de ADN para comprobar su maternidad. “Hay que agilizar el proceso y promover alternativas para la acogida y la integración del individuo en la sociedad”, declaró Prestianni.

El fenómeno migratorio y el bloqueo de los migrantes no es un problema que afecta solo al Archipiélago, sino que existen similitudes con otros territorios en Italia y en Grecia, como Lesbos, con una respuesta similar: mantener a los recién llegados o, en las islas en las que toman tierra, por lo menos, en el país de primera acogida. Esta situación pone a comunidad internacional y a la Unión Europea en el centro del problema. “Los bloqueos se realizan para llevar a cabo una política de devolución”, explicó Prestianni, sin embargo, la solución pasaría por elaborar planes de acogida que fomenten la integración, “pero eso hay que hacerlo en conjunto con la Unión Europea, que es donde los migrantes tienen oportunidades”.

En contra de lo propuesto, la respuesta de Europa no ha distado más de esta medida. De hecho, en septiembre de 2020 se presentó una propuesta para modificar el Pacto Europeo, que es el marco legislador y político bajo el que se establecerá la próxima política de migración y asilo a nivel europeo y, según Prestianni, fomentará la tensión y los bloqueos, circunstancia que afecta directamente a los países en primera frontera como España, Francia y Grecia. “Estos territorios deberían unirse para hacer un frente y luchar contra esta propuesta”, defendió Prestianni, quien también destacó la importancia de cambiar el Reglamento de Dublín, para facilitar el libre tránsito de migrantes, aunque reconoció lo lejos que están de llegar a ese objetivo.

Establecer una ruta segura y legal es la solución que plantean tanto Prestianni como Sunderland, la única forma de evitar que la gente muera en el mar, y que “los países de las orillas dejen de instrumentalizar a las personas”, en palabras de Prestianni. Además, esto fomentaría la integración de las personas y la solicitud de asilo internacional. En el caso específico de Canarias, la cifra de individuos que solicitan este amparo es muy baja porque, según explicó Prestianni, para iniciar este trámite las personas tienen que sentirse seguras y querer quedarse en el lugar que lo solicitan y en las Islas, con el bloqueo, no se da esa situación. Además, Sunderland añadió que muchos de los migrantes que llegan no reúnen las condiciones para pedir asilo internacional, pero que sí pueden quedarse en el país por otras causas como reencontrarse con familiares o circunstancias de vulnerabilidad específica, por lo que recalcó la importancia de analizar el caso individual de cada persona.

La acogida, además de un hecho humanitario, supone un beneficio para los países receptores, así lo afirmó Sunderland, que destacó la necesidad de incorporar población migrante a las sociedades europeas, porque “es bueno para nuestras economías y nosotros nos hacemos viejos”. Por ello es necesaria la coordinación entre países y la introducción de la reflexión en el debate, que “ha tomado un cariz absurdo y racista, que se aprovecha del miedo y la preocupación de la gente para generar actuaciones xenófobas”.

El libre movimiento de las personas es un derecho recogido en el artículo 13 de la Declaración Internacional de los Derechos Humanos, frente a los intereses políticos y económico. Poner al individuo en el centro del problema es indispensable, porque, como señaló Nicolás Castellano, “a veces parece que importan más las fronteras que las personas”.

En el debate de esta tarde intervendrán Helena Maleno, periodista e investigadora especializada en migraciones y trata; Javier Bauluz, primer periodista español en recibir un Pulitzer de Periodismo por su trabajo en Ruanda; Awa Diop Pathe Ndiaye, presidenta de la asociación de senegaleses DIAPO Tenerife; Charles Autheman, consultor independiente sobre medios de comunicación y migración; y Abubakar Konate, presidente de la Asociación de Malienses de Tenerife, llegado en patera a Fuerteventura a los trece años.

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