El cuervo canario, que rozó la extinción a principio de siglo, ha logrado resurgir sin ningún tipo de ayuda en menos de 20 años. La subespecie afincada en las Islas ( Corvus corax canariensis) no había acogió demasiado bien los cambios de la sociedad canaria y a principios de siglo, había desaparecido casi por completo en algunas islas. Desde mucho antes, una alta mortalidad estaba acabando con ellos y las razones iban desde el uso abusivo de pesticidas y otros venenos, hasta la merma de la ganadería o el estrépito cambio de registro de la agricultura en las Islas, que prefirió empezar a explotar monocultivos de tomate y plátano. La acción humana provocó que cada vez fuera más raro ver aparecer ese característico plumaje negro en zonas recreativas y que progresivamente menos ejemplares decidieran crear un nido. A principios de siglo solo seis parejas sobrevivían en Tenerife, hoy el C orvus corax canariensis ha sextuplicado su número sin esperar a que el ser humano que le persiguió y hurtó sus espacios tomara medidas para garantizar que no llegara a desaparecer.

Son algunos de los resultados de un reciente estudio llevado a cabo por los ornitólogos Manuel Siverio, Felipe Siverio y Beneharo Rodríguez, afiliados al Grupo de Ornitología e Historia Natural de las islas Canarias (GOHNIC), publicado la revista científica Ostrich en el que realizan un seguimiento y valoración del estado de esta especie en Tenerife. En el estudio titulado Increasing numbers of a threatened insular population of the Common Raven Corvus corax, los investigadores señalan que, a pesar de lo sorprendente que resulta este crecimiento de ejemplares de cuervo en la isla, no se debe olvidar que son animales con "carácter oportunista", que pueden alimentarse de prácticamente "todo". EEn este sentido, el haber habilitado en Teno un muladar -un tipo de comedero- donde los cuervos podían acceder para comer, pudo procurar algún beneficio para los cuervos, especialmente para aquellos que no estaban criando. Sin embargo, los ornitólogos señalan que, pese a una utilidad momentánea, la instalación de este recurso en una zona con muchos territorios de cría (como es el caso de Teno) es contraproducente dado que la alborotada conducta de los cuervos no reproductores, los que mayormente acuden al comedero, afectaría al normal proceso de nidificación de las parejas consolidadas. Los resultados del estudio publicado por este grupo de investigación muestran cómo ha sido la evolución de la población de cuervos en Tenerife. La isla ha pasado de contar tan solo con 12 parejas y unas 30 aves no reproductoras en 2009 "a 28 parejas y un mínimo de 50 aves en 2016", como señalan los expertos. "A estas alturas estimamos que podrían ser más", explica el ornitólogo Manuel Siverio. De hecho, unas recientes observaciones casuales realizadas hasta 2019 por los ornitólogos sugieren "que la población ha seguido creciendo" hata unas 37 parejas en toda la isla. Echando la vista atrás, se puede comprobar que Canarias siempre ha sido uno de los lugares favoritos para el cuervo común, y concretamente, su subespecie canaria. Y es que Tenerife, por ejemplo, a mediados de 1980, contaba con al menos 75 parejas. Un número que se redujo súbitamente en tan solo tres décadas.

En peligro de extinción

Esta tendencia negativa, como explica el investigador Felipe Siverio, también firmante de este artículo "ha sido bastante similar en el resto de las islas, quizá con la excepción de El Hierro y Fuerteventura". De hecho, el descenso abrupto y dramático de ejemplares obligó a la Administración insular a catalogar a la población canaria de cuervos como en peligro de extinción.

La situación que atravesaba el cuervo preocupaba enormemente a los investigadores. Su desaparición no solo supondría la pérdida de una especie, sino un grave perjuicio para el ecosistema. Y es que la extinción de cualquier especie de vertebrado supone una reacción en cadena que tiene el potencial suficiente como para interferir en procesos ecológicos cruciales. En este caso, la extinción del cuervo podría haber provocado la progresiva desaparición del cedro en la alta montaña de Tenerife, concretamente en Las Cañadas del Teide. "Los cuervos son grandes dispersores de semillas y, por ello, a más ejemplares desaparezcan, menos posibilidad tendrán estas especies vegetales para desarrollarse con éxito", advierte Manuel Siverio. Esto es lo que está sucediendo, por ejemplo, tras la progresiva desapareción del lagarto gigante en las Islas y que ha sido estudiado por diversos investigadores de las Islas.

Dado que no se ha realizado ningún tipo de acción para conservar a este animal, la recuperación de la especie ha sido muy desigual en la isla. Según el estudio, la mayoría de las aves se han asentado en el Parque Rural de Teno, donde no solo encuentran los acantilados y zonas inhóspitas en las que tanto les gusta vivir en pareja, sino que también es donde encuentran suficientes recursos para alimentarse. De hecho, de las 28 parejas contabilizadas en toda la isla, 23 estaban afincadas en este enclave. "Con este nuevo número de parejas a nivel insular, el crecimiento anual de la población nidificante desde 2009 ha sido del 12,8%".

A pesar de la visible recuperación de la especie, los investigadores consideran que el cuervo no está libre de riesgos. Los ornitólogos insisten en que aún existen "numerosos peligros de origen antrópico" en la isla, entre los que destacan las electrocuciones (44% entre 2015 y 2018), la colisión con edificios y otras estructuras (38,9%), la muerte por inanición (11,1%) y el envenenamiento (5,6%), según la información cedida por el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre La Tahonilla (Cabildo de Tenerife).

El riesgo acecha

Estos resultados "dejan entrever el importante papel que han jugado las electrocuciones y colisiones con tendidos eléctricos en la demografía de esta especie", indican los investigadores que reclaman medidas de conservación más concretas y adaptadas a las idiosincrasias del animal. Los investigadores esperan que la situación del cuervo siga mejorando hasta alcanzar el esplendor de otros tiempos, pero como remarcan, eso no se conseguirá con la simple y frágil acción de la naturaleza.