Abogados y graduados sociales denuncian las condiciones en las que deben esperar estos profesionales, sus clientes y los testigos para acceder a los juicios en la Jurisdicción de lo Social en la Avenida Tres de Mayo, en Santa Cruz de Tenerife. Con las necesarias medidas de prevención adoptadas para evitar la expansión del Covid-19, quienes son citados para una vista deben esperar en el exterior de dicha sede judicial e, incluso, en la acera de la citada vía, sin asientos y al sol durante varias horas.

El pasado miércoles, el decano del Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Niederleytner, mantuvo un encuentro con la directora general de Relaciones con la Administración de Justicia, Marta Bonnet, y, entre otras cosas, le planteó la necesidad de buscar alternativas a la actual situación que se genera en la planta baja del edificio Filadelfia. Según Niederleytner, Bonnet le aseguró que iba a estudiar el asunto. En la capital tinerfeña los siete juzgados de lo Social están repartidos en dos sedes. En el edificio El Cabo están los órganos número uno y siete. Y los otros cinco juzgados se hallan en el ya mencionado edificio Filadelfia, donde se registran las quejas.

La llamada del auxilio judicial

El problema se inició el pasado 8 de junio, con el reinicio de los juicios. Una afectada por las actuales circunstancias es Cristina Pulido, que es graduada social y, junto a su padre, Miguel, gestiona una asesoría de asistencia jurídica laboral a trabajadores. Según esta profesional, cada día hay una veintena de señalamientos. Y varios de los órganos citan con una agenda previa al parón generado por el estado de alarma. Antes de la actual crisis sanitaria, abogados, graduados sociales, clientes y testigos disponían de sala de espera. Sin embargo, ahora todos tienen que esperar en la calle a ser llamados por el auxilio judicial desde la puerta principal para acceder, uno a uno, a cada juicio. Como explica Pulido, en el exterior no hay ni un toldo abierto, ni asientos. Y, a veces, quienes deben aguardar en esas circunstancias son personas de más de 60 años o con algún tipo de enfermedad.

Como ejemplo, el martes de la pasada semana, Cristina y su padre fueron citados a las diez y veinte de la mañana. Más de tres horas después, todavía no los habían llamado para entrar a la vista. Y es que, además del tiempo que dura cada juicio, el personal de limpieza debe desinfectar cada superficie que haya sido tocada por las personas que acceden a cada sala. Desde su punto de vista, los colectivos profesionales se encuentran "muy desencantados" y por parte de los funcionarios se debería plantear la celebración de juicios de otra manera, como realizar menos señalamientos cada jornada.

Pasillo sin ventilación exterior

El decano del Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife reconoce que le han llegado quejas por la situación y estima que esas condiciones no se pueden permitir. Según Niederleytner, en la citada sede judicial existe un pasillo grande, donde se concentran todas las salas de vistas y que carece de ventilación exterior. "Hacer esperar a la gente ahí sería poco saludable", señala. "Y no hay otros espacios en los que se pueda esperar y, a la vez, guardar la debida distancia de seguridad", matiza. Según este portavoz de los letrados, "desde el Colegio estamos intentando buscar alguna solución con los responsables de la Dirección General de Relaciones con la Administración de Justicia del Gobierno de Canarias; pero no es un asunto sencillo". Es decir, que en las mencionadas dependencias, por su configuración y distribución interna, resulta difícil compaginar las medidas de prevención sanitaria con una mínima comodidad de operadores jurídicos y usuarios. Por el contrario, indica Niederleytner, en el edificio El Cabo cada día celebra juicios un único juzgado y, además, existe un hall amplio en el que las personas citadas para las vistas pueden esperar y mantener la distancia social.

El pasado jueves, otra abogada, que prefiere mantener su anonimato, esperaba en el exterior del edificio Filadelfia. Desde su punto de vista, "parece un poco denigrante", sobre todo porque en la acera o en la zona común del edificio están algunas personas enfermas o en silla de ruedas. "Las medidas de distancia social sí se cumplen en el interior, pero no en el exterior", donde las personas permanecen juntas, hablando por grupos y a la espera de ser llamadas por el auxilio judicial. Plantea que los juicios pueden señalarse a lo largo de más días, para que los ciudadanos no tengan que esperar tanto. Pero también defiende que se puede ampliar la jornada laboral o bien aplicar medios tecnológicos para celebrar las vistas por videollamada, "aunque los recursos de la Administración de Justicia son limitados".

El decano del Colegio de Graduados Sociales de Santa Cruz de Tenerife, Carlos Bencomo, afirma que "se trata de una situación lamentable y propia del tercer mundo". "Está claro que somos conscientes de la necesidad de extremar las precauciones", apunta, "pero lo que no puede ser es que testigos, clientes o profesionales tengamos que esperar por fuera, al sol". Lamenta que en la entrada principal de esta sede judicial existen toldos, que deberían abrirse en su totalidad.

Tiempo de espera

Según Bencomo, si quienes acuden a la celebración de los diferentes juicios mantuvieran la obligada distancia social, ocuparían toda la acera y no escucharían al auxilio judicial en el momento en que los llame. Afirma que en el interior existen espacios inhabilitados y recuerda la importancia de que funcionarios y autoridades judiciales cumplan con las horas de cita para los juicios. En su caso, el pasado jueves fue citado "para una vista a las once y veinte y entré a la una menos cinco".

Para Bencomo, a la hora de acceder al Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife también se producen retrasos. Critica que el servicio de seguridad "no es ágil a la hora de llevar el control de acceso, estoy seguro de que es así porque cumplen órdenes". En cuanto a este edificio, lamenta que no exista una cola específica para los abogados o graduados sociales que acuden a presentar escritos, lo que evitaría tanta aglomeración de personas en la puerta principal.