La crisis económica supone "una nueva situación" para la integración de los inmigrantes, que obliga a "desarrollar nuevas estrategias" para que la población que siempre ha vivido en Canarias "no piense que los que han venido representan una carga para la sociedad, sino, han aportado parte del bienestar del que disfrutamos ahora". El profesor de Geografía Humana y director del Observatorio de la Inmigración de Tenerife (Obiten), Vicente Zapata, instó ayer en la Universidad de Verano de Adeje a "reforzar los esfuerzos e iniciativas y generar nuevas ideas para profundizar en los procesos de integración".

Zapata se refirió a los municipios tinerfeños de Adeje, Arona, Granadilla o San Migual como lugares en los que "se ha avanzado en la buena dirección". "Hemos vivido una década importante de inmigración muy diversa, fundamentalmente de carácter laboral, y las características de la sociedad de acogida y las condiciones que existían en estos municipios, en los cuales una muy buena parte de la población se ha podido colocar profesionalmente, ha hecho que no surjan conflictos importantes", explicó el geógrafo.

"Para que exista integración, es necesario reforzar el dialogo intercultural, ya que a través de él, se podrá profundizar en una mayor cohesión social que permita construir una nueva sociedad", dijo Vicente Zapata, para quien "se debe plantear el reforzamiento de los procesos de integración, que deben contemplar la acción conjunta de los nuevos habitantes, pero también de las personas que de alguna forma han vivido siempre en estas localidades", señaló en alusión a las localidades tinerfeñas antes mencionadas.

Zapata insistió en la importancia de "entender a la sociedad desde un punto de vista integral, atendiendo todas sus dimensiones". En este sentido, indicó que "las personas que han llegado poco a poco han traído fuerza de trabajo, pero también han traído unos elementos culturales e identitarios, ideas, experiencias y capital humano que han aportado".

"Es importante que no perdamos esos elementos positivos para construir una sociedad entre todos: tanto los que han venido de fuera como los que ya estábamos aquí", argumentó el director del Observatorio de la Inmigración.

Zapata urgió a buscar nuevas ideas que "ayuden a aproximar a ambos grupos humanos para que al final seamos un solo grupo que se identifique con su territorio y que, de alguna forma, luche por ese territorio en el que ha decidido vivir". Ese recorrido, precisó, no se realiza espontáneamente: "hay que colaborar desde le punto de vista social, técnico, profesional, político e institucional".

El riesgo del ocio nocturno

Según el profesor de Psicología Social de la Universidad de La Laguna Juan Martínez Torvisco, el ocio nocturno es "un hecho puente" entre la drogodependencia y la violencia que puede afectar especialmente a los jóvenes. El ponente aclaró que no es su intención "demonizar" un sector empresarial lícito que da trabajo a muchas personas y que la mayoría disfruta sanamente, pero recordó que se asocia a fenómenos que pueden generar conflictos, como el botellón o el ruido, o que son directamente peligrosos, como peleas, actos de vandalismo y abuso de sustancias tóxicas. Torvisco es el director del curso de la Universidad de Verano de Adeje "Las drogodependencias y su relación con la violencia", que se imparte a lo largo de esta semana. En su primera conferencia, aportó datos de un estudio del Instituto de Tecnologías Educativas sobre los riesgos que se asocian al ocio nocturno. El principal es que existe poca conciencia entre los jóvenes de los riesgos que entraña el abuso de drogas. También se cita en ese texto la facilidad para conseguir sustancias estupefacientes en esos ámbitos, o la escasa implicación de los padres en actividades de prevención. Otros peligros señalados en ese estudio se refieren a las actitudes de tolerancia y normalización ante sustancias como alcohol y tabaco que se dan en la sociedad.