BARRIO A BARRIO | Anaga

Desespero en Anaga: los vehículos aparcan ahora en un carril de la carretera

La colocación de las biondas de madera en el margen derecho del acceso al interior del Parque Rural impide estacionar en el falso arcén y ahora se hace en plena calzada

Este es ahora el aspecto habitual en la carretera de Anaga: ahora los vehículos aparcan dentro de la carretera.

Este es ahora el aspecto habitual en la carretera de Anaga: ahora los vehículos aparcan dentro de la carretera. / El Día

Humberto Gonar

Humberto Gonar

«La mejoría, a peor». Así de contundente se muestran los vecinos de Anaga cuando denuncian, con desespero, el caos que se vive un día sí y otro también en la carretera de acceso al Parque Rural, en especial por Las Canteras, a su paso por la Cruz del Carmen.

En el pasado mandato del presidente Pedro Martín al frente del Cabildo Insular, los propios residentes reclamaron la colocación de biondas de madera en el margen derecho de la vía de acceso al interior de Anaga para impedir que los vehículos estacionaran en el falso arcén que quedaba libre entre la calzada y la zona donde comenzaba el monte, ya que los turismos, en su mayoría alquilados por turistas, ocupaban la mitad de la vía, lo que suponía un riesgo porque impedía el tránsito de guaguas, invadía parte de uno de los dos carriles y la situación se tornaba en insostenible y arriesgada cuando la visibilidad mengua por las condiciones meteorológicas adversas.

Sin acuerdo entre el entonces director insular de Carreteras y la consejera de Medio Ambiente, se procedió a la colocación de las referidas biondas. Fue el último acto de servicio de la anterior responsable de Medio Ambiente, que desde su departamento asumió el compromiso de atender la demanda de los vecinos.

Una vez instaladas en los últimos dos meses las referidas barreras de protección en el margen derecho de la carretera, desde la zona de la Cruz del Carmen hasta la subida, es imposible estacionar como era uso y costumbre, lo cual no ha supuesto un problema para los conductores que, sin pensárselo, ahora dejan abandonados sus coches de alquiler invadiendo el carril de subida; aparcado en plena calzada.

La situación se ha tornado en insostenible en las últimas semanas y ha ido a peor. Lo que comenzó como un hecho puntual se ha instalado como costumbre cada vez que hay un exceso de visitantes a este paraíso de Santa Cruz y La Laguna que tiene las limitaciones de espacio propias de un territorio vegetal que está protegido como Reserva de la Biosfera.

En el mes de diciembre la propia presidenta del Cabildo, Rosa Dávila, dio instrucciones para tomar cartas en el asunto y desbloquear el caos en el tráfico. Incluso tanto el consejero insular de Carreteras, Dámaso Arteaga, como la nueva titular de Medio Natural, Blanca González, se reunieron con los dirigentes vecinales en una cumbre para establecer soluciones a corto, medio y largo plazo. Se da la paradoja de que la carretera insular, siento titularidad del Cabildo, no cuenta con efectivos policiales propios para regular ni aplicar medidas desde los cuerpos de seguridad, sino que depende de la Policía de Santa Cruz y La Laguna y en ese ámbito, al ser insular, es competencia de la Guardia Civil.

Se prometió un plan de movilidad, que está por desarrollar, y se anunció mayor coordinación con los ayuntamientos afectados y los efectivos policiales, advirtiendo incluso la posibilidad de implicar a la Policía Autonómica. Otra de las limitaciones del Cabildo es que tampoco cuenta con grúas que faciliten la retirada de vehículos.

La realidad se ha impuesto. LO que para unos vecinos era la solución, con la colocación de las biondas de madera, se ha tornado en un mal mayor. Ahora los turistas, en su mayoría, estacionan en plena calzada con el riesgo que supone en una Anaga con bruma y vehículos que bajan desde el interior rumbo a La Laguna. 

Y por si fuera esto poco, los residentes advierten del caos, que va a más, en la zona de la Cruz del Carmen, donde se colapsa en la búsqueda de estacionamiento una vez se han realizado obras de mejora y sin nadie que regule la zona. A la espera de estacionamiento y maniobras en la zona del interior del mirador, se forma la cola que a veces ha llegado hasta la entrada de El Batán.

Para este enero se anunció una nueva reunión con el Cabildo para hacer un seguimiento; los vecinos ven que el caos se ha instalado en la carretera y temen que cualquier día ocurra una tragedia.