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«No queremos un puente Zurita más bonito, sino más seguro»

Los vecinos reclaman la instalación de mamparas o que se eleven los muros para evitar intentos de suicidios: desde abril ha habido dos, de los que uno se consumó el lunes

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Reclamaciones para un puente Zurita más seguro María Pisaca

Vecinos y comerciantes se muestran consternados después del suicidio de un joven de 19 años registrado a las dos de la tarde del pasado lunes. «Ya fue el colmo. Llamé al 1-1-2 y me puse en contacto con el secretario de la asociación de vecinos La Alboreda porque tenemos que tomar medidas», cuenta Ángeles, del bazar El Trébol, punto de venta de loterías y apuestas del estado.

«Llevo aquí once años con el negocio y hay me atrevería a decir que se han registrado un caso por año, o tal vez más; en alguna oportunidad se ha quedado en un intento y en otras se ha consumado». «Yo nunca me asomo y además tengo muchas barreras delante que le impiden ver qué ocurre fuera de mi establecimiento. Solo sé que salió el señor de al lado de la tienda corriendo para ayudar; yo llamé al 1-1-2 y me pidieron descripción de cómo estaba el chico, pero yo no lo había visto. Llegó un chico joven, tal vez un hermano o amigo de la víctima, y un sanitario que tal vez iba en el tranvía y se bajó para auxiliar». «De forma inmediata cerraron la calle; la realidad es que cuando se alerta al 1-2-2 siempre acude enseguida».

«Al rato empezamos a oír unos gritos desgarradores, creo que de la madre». Es el testimonio de Ángeles que días después, y con el pesar y el dolor de esta experiencia, pide ayuda a las autoridades para que se adopten medidas. «Hace cuatro meses ocurrió un caso similar, solo que el joven se quedó pensativo y lo primero que hicimos los vecinos fue detenerlo. Hay una crisis social muy dura que afecta a los jóvenes», admite la titular de bazar El Trébol.

Jesús Triana, de La Alboreda

El secretario de la Asociación de Vecinos La Alboreda, en la que se integran los seis mil residentes de los barrios Uruguay, Las Acacias y Salamanca, recuerda que precisamente en el último tagoror del distrito Centro Ifara participó un representante de su colectivo en el que advirtieron de dos problemas en el puente Zurita: el ancho de lo que llaman acera, junto a la obra cerrada de Socas, desde hace 17 años –frente a la antigua oficina del paro–, que impide no solo el tránsito de una silla de rueda, sino de una madre con su carrito o de una persona de complexión ancha. El otro asunto defendido en el tagoror, la colocación de barreras de seguridad para intentar poner fin a los suicidios, o intentos.

«La respuesta que nos dieron desde el tagoror fue el compromiso de reforzar la luz y mejorar la estética del puente. Pero nosotros no queremos un puente más bonito, sino más seguro», enfatiza Jesús Triana. Fruto de un arduo trabajo realizado a finales del pasado año para conocer las preocupaciones de los vecinos y residentes de la zona, se estableció la hoja de ruta, «y la inseguridad lidera las inquietudes», reitera el dirigente vecinal. «Lanzamos un grito de auxilio y si la solución pasa por colocar una barrera que obligue a pensar a quien lo va a intentar, que se coloque; que se adopten las soluciones que sean precisas, pero esto no puede ni debe continuar así», reclama Ángeles, del bazar El Trébol, con el total respaldo del secretario del colectivo vecinal. Jesús Triana pone en valor la aportación de los empresarios: «son el mejor radar de la sociedad».

Mención aparte merecen, hace constar esta empresaria, aquellos que ante el suceso echan mano de su móvil para hacerse un selfie o grabarlo. «¡Hasta dónde vamos a llegar!», se pregunta indignada, para recordar el caso de una joven de 15 años, antes unos días antes de que se decretara el confinamiento por la pandemia del covid.

Carmen, empresaria: «Un intento y un suicidio en cuatro meses»

Junto al bazar de Ángeles, Carmen abrió su establecimiento dedicado a la confección y arreglos de ropa. Recuerda el primero que presenció. «Fue una joven que llegó al muro del puente mientras estaba hablando por teléfono y llorando», que finalmente desistió en su empeño.

En 2021, según conoce porque vive también por la zona de Salamanca, dos chicas de 13 o 14 años también intentaron a acabar con su vida; una lo consumó y la otra desistió. «Estar aquí y ver esto no es plato de buen gusto; esto es un panorama desolador y es necesario que se adopten las medidas necesarias: como si eso pasa por subir los muros o colocar una mampara para que evite el primer intento», reitera Carmen.

En su conversación con Jesús Triana, asegura que en los últimos cinco años se han registrado más de un caso cada doce meses. «Recuerdo que se logró coger a un chico que también quería intentarlo hace unos cuatro años», a lo que el secretario de la asociación La Alboreda agradece la bondad ciudadana que reaccionan y salen en auxilio de quien intenta acabar con su vida. «Hay humanidad». Para los residentes en la zona del puente Zurita es necesario que se instale una mampara como ocurrió en el puente Javier de Loño, un poco más arriba, cerca del Hospital Psiquiátrico.

Elizabeth, de la frutería: «El ejemplo de Javier de Loño»

Elizabeth, que gestiona la frutería que se localiza frente al puente Zurita, asegura que «en cinco años se han registrado diez intentos de suicidios, de los cuales se consumaron en cinco casos».

«En el particular del puente que se localiza junto al Hospital Psiquiátrico, allí colocaron las mamparas –en el año 2018– porque solo en una semana hubo diez incidencias de estas características. A eso se sumó una recogida de firmas, lo que apuntala los anhelos de los vecinos del puente Zurita por poner fin a esta agonía que no le ven una salida inmediata. «Allí incluso recuerdo que instalaron una primera valla de latón, y luego las cambiaron con la mampara transparente», explica.

Pablo Gutiérrez, psicólogo sanitario: «La solución, un plan de salud mental»

Se da la circunstancia de que este psicólogo sanitario estaba de prácticas en los centros sanitarios de la zona del Puente Javier de Loño desde 2015 a 2017, por aquella época no había valla de protección.

«Recuerdo que los psicólogos de la Unidad de Salud Mental sí firmaron varios documentos que se remitieron a Sanidad pidiendo soluciones»; solo en un período de nueve meses –en 2017– se llegaron a registrar más de doce intentos en Javier de Loño, explica. Y otro dato: «la gran mayoría de las personas que se venían inmersas en esta circunstancias no tenían nada que ver con ser pacientes del Hospital Psiquiátrico».

Los escritos de los expertos más la presión social llevaron a las autoridades a que se colocaran las vallas de protección en el puente próximo al Hospital Psiquiátrico. En su opinión, «desde esta instalación se han reducido considerablemente los intentos autolíticos en esta zona».

El propio Pablo Gutiérrez recuerda cómo vivió en el año 2017, estando aún de prácticas y antes de la colocación de mampara, un suceso similar. «Estábamos aún de práctica. Escuchamos mucho barullo y volvimos a entrar el centro sanitario. Nos encontramos que había un coche y su conductor, que iba acompañado, paró el coche, se bajó y se tiró. Tal cual».

«La solución pasa por un plan de salud mental; la mampara evita el primer impulso»

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Ya titulado como psicólogo clínico, cuando se le pregunta a Pablo Gutiérrez si la solución al suicidio para por la instalación de las mamparas en el puente, este profesional del mundo de la salud mental explica que «las mamparas son un medio de contención, son una tirita. En estos años han tenido eficacia en el puente de Javier de Loño porque se han disminuido considerablemente, «pero la solución real es un plan de prevención y actuación frente al suicidio a través de Salud Mental».

«La persona que quiere acabar con su vida busca otro sitio u otro modo o alternativa; es cierto que cuando va al sitio se encuentra con un medio de contención como son las mamparas... Ponerle un trabe a ese intento puede incluso provocar en algunas personas que se lleguen a replantear el hecho de hacerlo, sobretodo en aquellos que no lo tienen del todo claro sino que son más fruto de un arrebato de desesperación y alta intensidad emocional. En esos casos sí pueden ayudar para evitarlos», precisa Pablo Gutiérrez.

Respuestas inmediatas

El secretario de la asociación de vecinos La Alboreda recuerda que «en el puente Zurita se están produciendo sucesos lamentables como en los casos que datan del 27 de julio de 2018, el 11 de marzo de 2020 o data el 25 de enero de 2021, a los que suma los registrados en los últimos meses.

Jesús Triana hace suya la inquietud de los vecinos y comerciantes y solicita al Ayuntamiento capitalino «que se construya una valla de protección de estructura metálica con placas de metacrilato traslúcido, cimentado a la estructura del puente, con la altura para que sea totalmente segura» que permita evitar otro caso como el del lunes.

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