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La casa de todos los taxistas

La Cooperativa del Taxista de la capital tinerfeña, constituida en 1978, renovó por tercera vez su confianza en Emilio Davó, quien fomenta los servicios para el colectivo

Emilio Davó, en las instalaciones de la Cooperativa del Taxista, en la calle Panamá de Santa Cruz. Andrés Gutiérrez

Emilio Davó se incorpora al sector del autotaxis en 1991, cuando la cooperativa acude a él para pedir su asesoramiento en el campo fiscal y laboral. El mundo del taxis no le era ajeno, por el vínculo que había tenído algún familiar, pero aún así se puso al frente del volante con la preceptiva licencia y se hizo uno más para tener una visión cercana y certera de la profesión. Desde enero de 2014 preside esta sociedad.

Cuarenta y cuatro años avalan la trayectoria de la Cooperativa del Taxista de Santa Cruz de Tenerife que tiene sede en la calle Panamá. Desde su creación en 1978, mucho ha cambiado en este sector, donde esta sociedad llegó a combinar el aparcado de apoyo a los profesionales del sector en la búsqueda de servicios para sus vehículos con una faceta más reivindicativa, como brazo laboral. Casi se puede decir que cuarenta años atrás la Cooperativa del Taxista de la capital chicharrera lo era todo.

Creada por unos trescientos profesionales del sector, Emilio Davó desembarca en el sector en 1991 en calidad de asesor fiscal y laboral, en una experiencia similar que la que distinguió también la entrega de Pedro Acosta, en la actualidad alcalde de Frontera, en el municipio de El Hierro.

Para Davó el mundo del servicio público no le era ajeno por la vinculación que tenía un familiar con el taxis, si bien el cumplimentó el requisito de tener licencia y ponerse al frente del vehículo para aprender y conocer de primera mano las necesidades y carencias de este sector; no solo se trataba de predicar con el ejemplo aún siendo graduado social, sino de conocer las carencias para emprender las mejores soluciones.

En sus inicios, la Cooperativa lo era todo en Santa Cruz, incluso en una etapa donde ya era una necesidad dar una respuesta a las 1.086 licencias de un sector que sufrió en 2008 el jaque que le dio la entrada en funcionamiento del tranvía. Desde la experiencia, Emilio Davó cree que la irrupción en el transporte municipal de las bicicletas eléctricas o incluso los patinetes no suponen una competencia para el taxis dado que esos usuarios no son clientes potenciales de taxis. Eso no quita para reconocer la necesidad de los rescates de licencias, una propuesta que ya desde los años noventa se defendió desde la Cooperativa.

Interventor también de cuentas, Emilio Davó, nacido en Santa Cruz de Tenerife en 1959, recuerda la entrega por la que se ha caracterizado su aportación, desde la etapa en la que la Cooperativa del Taxista obedecía más a la gestión de Tomás Guillén y Argeo, hasta que se hizo necesario no solo un cambio en la directiva sino también la adaptación del sector al nuevo entramado fiscal, con la puesta en marcha de los módulos, lo que obligó a adaptar una nueva configuración fiscal a los profesionales de este sector.

En su compromiso con esta sociedad, participó también como miembro de la Cooperativa y también tesorero y miembros de la directiva, hasta que se registra una decadencia en 2012 y decide asumir el reto de concurrir por primera vez a la presidencia de la institución, que se hizo efectiva desde enero de 2014 hasta, en un primer mandato, 2018. Luego, vendría una segunda reelección, y hasta una tercera, que tuvo lugar el pasado 29 de junio.

Con Emilio Davó, la cooperativa se ha adaptado a los nuevos tiempos, desde la bicefalia de la institución, hasta que desistieran demarcarse de la Unión de Trabajadores Autónomos del Taxis, que era el brazo más laboral y representativo en la defensa de los derechos del sector, mientras se combinaba con la gestión de recursos y servicios que beneficiara a todos los profesionales. Y esa es la línea en la que se avanza en la actualidad.

El renovado presidente –que recibió 78 respaldos, frente a 48 de otra candidatura– recuerda que la Cooperativa ha sido siempre pionera, como cuando se puso en marcha el radiotaxis San Marcos dentro de la propia sociedad.

A Davó no le pasa inadvertida la incertidumbre que vive esta entidad, que disfruta de unos espacios cedidos por Cepsa y que están afectados precisamente por el proyecto Santa Cruz Verde o también conocido como 2030.

En su conversación, no le pasada inadvertido como antes los taxistas, desde su cooperativa, se beneficiaban de la exclusividad en los premios del combustible. «Ahora todo es más competitivo», por lo que muestra su inquietud en garantizar que desde esta sociedad se consigan ventajas que justifiquen el por qué abonar 36 euros al año y ser socios. Antes disfrutaban de unos precios exclusivos en repuestos que han quedado en el olvido con la posibilidad que ahora permite al mayorista vender al detalle, lo que ha llevado a la cooperativa a perder mercado. Pero Davó lucha por reinventarse y garantizar para sus socios servicios exclusivos, como el mantenimiento de los taxímetros, y no solo limitarlos a los profesionales de Santa Cruz, sino de cualquier lugar de la geografía insular y de la provincia.

Sin renunciar a incentivos en el combustible, se oferta precios competitivos de parking en las instalaciones, o precios económicos para el lavado de coche... Con la pandemia hasta la directiva ha tomado la gestión del servicio de cafetería para ahorrar el duro en la prestación de los servicios, ofertando a sus socios desayunos o almuerzos a precios más económicos. Davó lucha por la Cooperativa del Taxista como la casa de todos que permita mantener la quincena de trabajadores y garantizar los servicios para los socios. Y es que las cosas han cambiado, admite, por lo que se hace preciso llevar los servicios de forma directa y mejorar la situación financiera para caminar a la par con el socio.

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