Los profesionales del sector del taxi de Santa Cruz fueron protagonistas por partida doble de la mañana de ayer. Al mediodía estaban convocados a movilizarse en las calles de Santa Cruz para exigir una nueva convocatoria de ayudas que les permitan paliar las pérdidas ocasionadas por el Covid; a la una de la tarde, en medio de la protesta de dos horas, los representantes del sector estaban citados en la Mesa del Taxi para analizar la situación, en una convocatoria de trámite.

Nunca antes había existido tanta distancia entre el Ayuntamiento y las calles de Numancia y Costa y Grijalba, por donde discurrió la caravana de taxis. Mientras los claxon y el colapso se adueñaron desde los primeros minutos del circuito delimitado en el carril izquierdo de las ramblas de Santa Cruz, en la sala García Sanabria, junto al Salón de Plenos, parecía reinar la concordia en la mesa del sector, en la que el gran ausente fue Miguel Ojeda, que estuvo al frente del volante de la movilización que había promovido su colectivo.

Hasta las doce del mediodía, la presencia policial, con agentes motorizados apostados en las rotondas y glorietas comprendidas entre Numancia y Costa y Grijalba evidenciaba el dispositivo de seguridad para la protesta que finalmente se celebró conforme a la petición que realizó Élite Taxi, in extremis, después de que la Subdelegación del Gobierno intentara limitar el recorrido de la caravana a una vuelta por el circuito para luego pedir que se diluyera por la avenida Francisco La Roche. Los convocantes, no satisfechos con la resolución y con el aval de una protesta similar que se desarrolló hace tres años por el mismo recorrido, acudieron a la vía del contencioso al TSJC y ganaron la batalla, como dijo Ojeda.

200 taxis en cinco minutos

Cinco minutos bastaron para que los taxistas tomaran con sus vehículos el circuito desde las doce y hasta las dos de la tarde. Más allá de la guerra de cifras –175, según la Policía; 200 según Élite Taxi en la primera hora y 250 en el circuito y más de 500 durante las dos horas, en la actualización de los datos ofrecidos al término de la protesta por los convocantes–, lo cierto es que este servicio público colapsó Santa Cruz en cinco minutos.

Los vehículos coparon el carril de la izquierda hasta el punto de que el tráfico se paró en reiterados momentos que aprovecharon algunos para salir de su taxi y, en charla distendida y heridos en el orgullo, comentar a viva voz entre ellos: “Parece que hay aquí más de los veinte taxis de Patricia”, en referencia al comentario que había realizado algún miembro del equipo de gobierno en una emisora. No fue la única referencia a la anterior alcaldesa de la ciudad, que pasó por la zona para ver la incidencia de la protesta, lo que le valió el comentario de algunos profesionales participantes que la identificaron: “Esta es la alcaldesa de los taxistas de Santa Cruz”.

A la una, coincidiendo con el inicio de la Mesa del Taxi, Ojeda, el presidente del colectivo convocante de la protesta, continuaba al frente de su volante y delegó en Margarita Amador para que asistiera a la Mesa del Taxi.

Cuando se le consultó por el contraste entre la actitud entre la movilización en la calle y el consenso en la reunión, Miguel Ojeda avaló la actitud de su compañera, “que hizo lo que acordamos en la reunión en la que se preparó la Mesa del Taxi”. “Estamos de mandar correos porque no nos hacen caso; si quieren llegar a un acuerdo, que nos llamen, pero vamos a continuar hoy con las movilizaciones y en los próximos días”.

“No queremos mamparas”

De los 14 puntos que argumentan para la protesta no se hizo mención expresa en la reunión. Es más, cuando se le pregunta a Ojeda sobre la concesión de 200.000 euros para medidas de autoprotección del taxi –una de sus demandas–, resta importancia. “Se trata de un compromiso que ya existía; además, no queremos mamparas; ya estuvieron colocadas hace 25 años y no sirvieron para nada; queremos cámaras de seguridad en los coches”, precisó.

Aunque de forma expresa no lo reconoce Élite Taxi, las catorce demandas del colectivo promotor de la protesta se resumen en una: la convocatoria de la cuarta ayuda para los profesionales del sector que venga acompañada por un millón de euros, como ya ocurrió de forma excepcional en marzo, con el estado de emergencia, un planteamiento que el concejal de Servicios Públicos no descarta siempre que se adopten las mismas medidas excepcionales para todos los autónomos de la ciudad.