Santa Cruz de Tenerife celebra las primeras fiestas navideñas de la pandemia del coronavirus con corazones iluminados como principal reclamo. Este es uno de los motivos principales del alumbrado 2020 compuesto por un total de 3.000 bombillas LED distribuidas tanto por el centro como en los barrios. El alcalde, José Manuel Bermúdez, lo ha inaugurado, con la plaza del Príncipe como escenario, en un acto corto, comedido y adusto, propio de estos tiempos extraños de la Covid-19.

Esta vez el tiempo acompaña en una tarde fresquita tras la suspensión del jueves pasado por la climatología adversa. Mucho ambiente previo, con bastantes paseantes arriba y abajo, más de lo previsto, aunque algo menos de gente que otros años. Y todo el mundo tomando fotos con esos corazones de fondo.

La Rosa, protagonista.

Esta vez, el barrio de El Toscal se toma un poco la revancha y su arteria principal, la calle de La Rosa, se lleva los parabienes del alumbrado navideño. Sobre todo en la esquina del antiguo Chorro, en el cruce con Emilio Calzadilla y la plaza dedicada al Charlot de Tenerife. Camino de la plaza del Príncipe, marco de este recatado acto principal a consecuencia de las restricciones originadas por la pandemia de la Covid-19. Entrar desde El Toscal hacia la plaza ubicada junto al antiguo convento de la Orden Tercera es comprobar el bullicio de quienes pretenden, precisamente, superar las pandemias con confianza, sin que falte la seguridad, en la calle. La decoración toma los corazones como base, inmortalizados en sus selfies por los transeúntes, chicharreros y de fuera.

Por una vez, La Rosa luce sus mejores –y nuevas– galas. Con luz, algo bastante inusual. Es la más fotografiada. Está de moda esta Navidad porque parecía que nunca le iba a tocar la luz. Es su año. Curiosamente, como en la historia del Señor de las Tribulaciones –y de Santa Cruz–, en 1893, un año de pandemia. Entonces, del cólera morbo. Hoy, del coronavirus.

Justo en los cuatro caminos marcados por las calles La Luna y Puerto Escondido, la plaza del Patriotismo y el espacio del recordado y grande Pedro Gómez Cuenca comienza el camino del alumbrado de Navidad en el centro de la capital tinerfeña. Un enorme corazón de atrezzo –qué motivo podía ser si no este año– despierta la curiosidad de quien pasa delante de la puerta de la histórica Farmacia Évora. Unos metros más allá la reproducción de un enorme regalo, con lazo incluido, es la puerta navideña de Santa Cruz.

No faltará tampoco este año la imagen clásica de la calle de San José iluminada. Pero esta vez no es la postal chicharrera de esta época mágica. Aparece la imagen de Bethencourt Alfonso una vez superada Valentín Sanz y en sentido hacia el muelle. En el margen de la antigua calle del Norte que da a la plaza del Príncipe tiene lugar el acto inaugural. Corto y medido por la Covid-19. Con la pandemia muy presente. Entre mascarillas y distancia de seguridad y sin las aglomeraciones de otros años. Pero Navidad siempre es Navidad

Sorpresas y magia.

“Qué poca luz hay”, anuncia premonitorio Antonio, camarero de un bar de la zona minutos antes de las siete. Ya es noche cerrada. Su compañero le contesta desde el interior de la barra: “Seguro que ahora la encienden”. Y así fue. Se hizo la luz –de Navidad– en la ciudad o al menos en el centro. Había gente. Muchos no se enteraron y otros pasaban por allí. Pero algunos esperaban el momento tras la suspensión del jueves. Sabían que algo iba a pasar pese a las medidas sanitarias y las restricciones. Un pequeña y fugaz alegría, pero alegría a fin de cuentas. Una sorpresa anunciada, pero sorpresa al fin y al cabo. Como la Navidad también es magia, la palanca mágica se acciona desde la primera planta del cercano Hotel Príncipe Paz. Allí estaba el alcalde, José Manuel Bermúdez, y varios concejales desde bastante tiempo antes. Incluso con actuación musical para amenizar la espera.

“Ah qué bonito”, decía una señora de edad y eso que todavía no había encendido como tal. A ella con la media luz le basta. Otra le preguntaba a su pareja “¿Por qué hay tanta gente aquí”. “Son las luces” respondía él. En ambos lados de la calle los miembros del discreto operativo policial. De la Policía Local, eso sí, la entrañable guindilla. En la plaza la terraza llena y en su interior muchos niños jugando con sus patinetes ante l atenta mirada de sus padres.

A las siete y tres minutos se encienden repentinamente las luces de guirnaldas sobre Valentín Sanz y urge un aplauso espontáneo. De fondo se escucha de manera tenue porque no se puede ni se debe ser estridente con la música el Feliz Navidad, esa canción eterna de esta época del año que hizo famosa el grupo alemán Bonnie M, aunque no era suya propia como casi nada en su larga historia.

La luz llega desde arriba porque destaca de nuevo este año el túnel de 90 metros de largo formado con efecto cascadas por tecnología LED-flashing multicolor. Tiene aproximadamente unas 30.000 bombillas leds y recorre la parte frontal de la plaza del Príncipe a nueve metros de altura. Cuenta, además, con un elemento de suelo en el tramo final de ese túnel con tecnología Pixel. Todo esto impresiona y gusta a propios y extraños.

Más zonas decoradas.

También anuncia el Ayuntamiento de Santa Cruz que, pese a la pandemia o por ella, aumentan las zonas decoradas respecto a los últimos años. Así se pasa de 98 calles y plazas a las 140 de este 2020. Los elementos elegidos para esta Navidad se adaptan a la fisonomía de cada calle, plaza o espacio verde, aunque esos corazones que se ven durante toda la ruta sobresale del resto. La instalación global en la ciudad incluye 176 arcos compuestos; 686 motivos navideños en las farolas; 26.334 metros de guirnaldas luminosas y cinco decorativos de suelo. Parte de la instalación, como es tradicional, se legalizará como una ampliación provisional del alumbrado público, contando cada motivo con protección automática y diferencial para no afectar al normal desarrollo del alumbrado municipal. Vamos que el encendido extraordinario no implique el apagado de otras zonas. Por ejemplo, en la cercana calle San Lucas no se encendieron las luces de Navidad hasta las siete y media. Pero poco a poco la luz fue imponiéndose a la oscuridad en el centro.

Camino más oscuro.

El camino hacia el Mercado Nuestra Señora de África ya muestra menos luz. Es algo habitual cuando se recorre el puente Serrador y se accede al entorno de la Recova. Oscuridad. Casi toda la iluminación navideña se concentra este año, al menos de momento, de San José hacia Almeyda. Alguna vez tenía que cambiar el eje. Un acto simbólico que en otros lugares no se ha hecho por la pandemia pero en el que Santa Cruz insiste más por su fortaleza espiritual que otra cosa. Una manera de luchar también contra la pandemia en esta nueva normalidad de mascarillas, distancia de seguridad, lavado de manos y cuanto menos gente junta mejor. Aunque sea Navidad.

Este año esa Navidad trae apellido. Se la llama de la alegría, de la esperanza, contra el Covid-19... Y se anuncia. O no, como ha decidido La Laguna con sus razones. En Santa Cruz el añadido es de corazón. De corazón de Tenerife.

Apoyo al comercio de la capital

El alcalde Bermúdez aprovecha el encendido para desear a todos los vecinos felices fiestas y confirma la apuesta por el comercio en una campaña de Navidad, “que estará marcada por la crisis sanitaria que padecemos”. Anuncia “un bono para enero que beneficie a los comerciantes tanto de zonas abiertas como cerradas”. Valora este “acto tradicional que queríamos celebrar aunque fuera de una manera tan sencilla”. Recuerda los tres millones de bombillas LED o las 46.000 Flores de Pascua. Iniciativas “para desde el espíritu de la Navidad y la responsabilidad enfrentarnos también a la pandemia”. El Ayuntamiento ha puesto en marcha un programa de actos para que todos los chicharreros puedan disfrutar de estas fechas. El alcalde estuvo acompañado por el concejal de Servicios Públicos, Guillermo Díaz Guerra; la de Seguridad, Evelyn Alonso, y el de Fiestas, Alfonso Cabello. Díaz Guerra destaca que el objetivo es “que todos los distritos del municipio vivan la Navidad de la mejor manera posible”. Espera que “tanto el alumbrado, como la campaña de plantación de flor de pascua ayuden a sacar adelante una Navidad diferente, debido a las restricciones sanitarias por la pandemia”. | J.D.M.