Apostado en la fachada de Tara, la Tienda de Aloe Vera, en la confluencia de la calle Alfaro con Imeldo Serís, Sebastián Plasencia Herrera, a quien todos conocen por Chano, el joyero se pregunta "quién fue el iluminado que se le ocurrió comenzar los trabajos a las puertas de la Navidad; me gustaría ver a Bermúdez porque se lo voy a decir".

Chano está considerado entre los comerciantes del lugar como la voz de la experiencia, no en balde es el más antiguo que está en ejercicio: el pasado 6 de octubre cumplió 46 años en la zona. Natural de Tecina, en Playa Santiago -sus apellidos lo delatan-, es una máquina registradora para las fechas: "en 1959 me trasladé a Puerta Canseco y fui monaguillo de la iglesia de La Concepción", explica. "Luego falleció mi madre; éramos tres hermanas y yo y... me puse a trabajar porque mi padre se marchó".

"El 6 de octubre de 1963 empecé a trabajar en el Taller Cíe y Gutiérrez, tendría unos doce o trece años", ahí aprendió el oficio. "Estaban los dos patrones entre los trece compañeros; yo era el pinche", dice con orgullo, con la solera que le ha valido la maestría en el ejercicio de la profesión.

"Recuerdo cuando esta calle era una zona frecuentada. Aquí más arriba estaban Repuestos Mineros y abajo (señala hacia Valentín Sanz) estaban Los Reunidos, o Deportes Lovero, Pinto o la Librería La Isla... Era una calle muy comercial", se lamenta.

Ahora tiene casi 70 años y durante el confinamiento enfermó y, además, la casera le ha dicho, según cuenta, que no le quiere renovar el alquiler. "No me dejan trabajar porque estoy malo, pero tengo que sacar la mercancía que tengo en el taller, y necesito que me dejen entrar aunque sea para sacarla y entregarla a los clientes", comenta.

De nuevo, la matraquilla. "Pero a mí lo que me gustaría saber es quién fue el iluminado que decidió comenzar ahora la obra", comentario que interrumpe su interlocutora, Ofelia, para precisarle: "Chano, desde que ví llegar las vallas pensé: pues va a ser verdad que esta vez van a comenzar las obras en serio".

En su conversación, Chano en dos minutos hace un repaso por la actualidad, capaz de desafiar a Ángel Martín Gómez, el humorista y guionista que triunfa en las redes sociales en las últimas semanas con sus informativos de casi 180 segundos. Chano tan pronto se lamenta de que haya tenido que pagar el seguro de autónomo a que ahora alguna entidad bancaria cobre 60 euros de comisión cada tres meses si no tiene una nómina superior a los 600 euros, un apunte que también le hace Ofelia, quien le apostilla: "Es la muerte de los pequeños ahorradores".

De nuevo rinde tributo a los comerciantes del ayer que hicieron de Imeldo Serís una vía comercial. "No tenía el movimiento de la calle del Castillo pero era todo un referente para los chicharreros que venían aquí para todo. Está Floresta, había una tienda de ropa de hombres (Norfolk) donde muchos se compraron su primer terno, La Isla, la Joyería Padrón -que arreglaba relojes de campana-, el Bar Los Lagos, la zapatería Chabalín, la Ferretería Rufino, la churrería, los Almacenes González Blanco, una ortopedia y hasta Los Reunidos, donde vendían las churrerías", cuenta.

Hoy, Chano mira desde arriba hasta donde llega su vista y se lamenta de que la calle tenga muchos negocios cerrados. En el primer tramo, entre Alfaro y Suárez Guerra -donde comenzaron las obras ayer- hay más locales cerrados que abiertos.

"Me da gana de ir al Parlamento y ponerlos firme", dice Chano, que en otro momento de la conversación reconoce que fue votante de ATI, "porque pensaba que eran de la tierra; se lo dije a Zerolo, que me había defraudado". De nuevo, un salto en la conversación para reprochar el supuesto trato de favor que a su juicio reciben personas que no tienen familias en Tenerife. "Yo pago 100 euros de autónomo y a ellos le dan una ayuda de cuatrocientos euros. Cuando cuento esto me dicen que soy racista. ¿Me llaman racista por pedir el mismo trato que le dan a ellos? Pues entonces que me llamen racista".

La cita de hoy suena casi a la despedida de la vida laboral de Chano, que no volverá a reabrir cuando, dentro de tres meses, esté la obra finalizada. Ojalá resurgir de Imeldo Serís, desea.