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¡A por dopamina!

Todos queremos estabilidad emocional, pero a casi todos se nos olvida estimular ese órgano tan potente que tenemos entre oreja y oreja. Para que el cerebro pueda llevar a cabo todas sus actividades y controlar todas las funciones corporales, libera un gran número de sustancias químicas. Entre todas, hay cuatro químicos naturales responsables de nuestro estado de alegría, confianza, estabilidad y felicidad: la dopamina, la serotonina, la oxitocina, y la endorfina.

Está demostrado científicamente que la química cerebral determina nuestro estado emocional. Aunque hay casos en los que hay que recurrir a fármacos porque el desajuste químico es muy elevado, siempre podemos llevar a cabo pequeñas acciones que nos ayudan a estimular y fomentar la producción de determinadas hormonas que nos ayudan a sentirnos mejor, o incluso bien.

Hoy te hablo de la dopamina:

La dopamina es uno de los neurotransmisores más conocidos de nuestro sistema nervioso. Activa el placer y los circuitos de recompensa del cerebro, además de la sensación de calma y relajación entre otros sotisficados procesos. La dopamina es un neurotransmisor involucrado en la toma de decisiones y en muchas otras funciones cerebrales como la memoria, las sensaciones placenteras, el sueño, el estado de ánimo, la atención, la actividad motora, etc.

Un déficit de dopamina puede producir la sensación de debilidad, falta de ilusión, desinterés e, incluso, depresión. Prueba de esto es que la baja producción de dopamina ocasiona anhedonia (incapacidad para experimentar placer, la pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades), uno de los síntomas más característicos de la depresión. Las inseguridades y la falta de entusiasmo muchas veces están relacionados con bajos niveles de dopamina. Por el contrario, altos niveles de dopamina en la corteza prefrontal hacen que las personas estén más motivadas a cumplir con objetivos más exigentes.

¿Cómo generar más dopamina?

1. Cooperación: Estudios de imágenes cerebrales han comprobado que la cooperación, la reciprocidad y las recompensas sociales activan áreas donde se reciben grandes cantidades de dopamina.

2. ¡Música!: Escuchar tu canción favorita, aunque estés teniendo un día de perros, puede ayudarte. La música puede potenciar nuestras emociones. El placer que experimentamos al escuchar música provoca que nuestro cerebro potencie la secreción de dopamina. Algunos análisis han revelado que los niveles de dopamina se incrementaban al escuchar el momento cumbre de la canción. Ese momento en el que te vienes arriba. Seguro que me entiendes.

3. ¡Stop al estrés!: Unos niveles razonables de estrés pueden ser beneficiosos, pero nunca prolongado demasiado en el tiempo ya que el estrés crónico puede tener unas consecuencias devastadoras para el cerebro. El estrés prologando inhibe la liberación de dopamina.

4. Buen hábito de descanso: la dopamina juega un papel muy importante en la regulación del sueño. Trata de dormir un mínimo de 7 horas al día (8 sería lo ideal). La privación del sueño produce déficits cognoscitivos y nos afecta negativamente.

5. Establece rutinas: seguir una rutina es similar a crear una lista y cumplirlos. Cuando dominamos una rutina, la dopamina nos recompensa con sensaciones de placer. Establecer una meta y cumplirla nos ayuda a sentirnos bien y realizados, aunque no debes olvidar marcarte nuevos logros.

Tamaradelarosapsicologa.com

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