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Riamos mientras podamos

Ya está aquí, como tantos y tantos años; ya llegó el final de las vacaciones para los dichosos que las hemos disfrutado, mientras algunos no las han hecho ni las harán. Estos, sin embargo, están a salvo de padecer el síndrome posvacacional, una forma de depresión encubierta. Ahora, muchos afrontaréis con una enorme abulia la nueva temporada, que dicen que será de agárrate que vienen curvas.

Algunos políticos ya nos van preparando con puntuales declaraciones sobre que se acerca un invierno muy duro; los economistas, sobre todo el alegre y dicharachero Niño Becerra, que tiene nombre de protagonista de chiste, nos va dando a cuentagotas la peor de las predicciones. Y luego nos remata La Sexta con sus noticias siempre negativas, nunca positivas. Así que estamos apañados, tanto que me dan ganas de encadenarme a una tumbona frente al mar y dejar que la recesión, la depresión o la marea se me lleve mar adentro. Porque si no es la economía, será, según dicen, la explosión de la central nuclear de Zaporiyia allá en Ucrania, que en cualquier momento puede ser objeto de un intencionado o erróneo bombardeo que nos mande a todos al otro barrio. Así que demos las vacaciones por acabadas y encomendémonos a Santo Tomás de Aquino, patrón de los psicólogos, porque vamos a necesitar uno particular que nos ayude a soportar el apocalipsis que se avecina.

Mientras esto va llegando, propongo disfrutar y reír mientras podamos, leer pocas noticias de política y economía, buscar entradas de cines y teatros que llegan con una temporada llena de propuestas fantásticas, y volvamos a comer con moderación, pues seguramente más de uno habrá regresado con el botón de la cintura sin abrochar. Volvamos a recuperar la línea y consigamos ser, en caso de morir de frío, de pobreza o de explosión nuclear, el cadáver con mejor cuerpazo del tanatorio. Sé que no debería recomendarme a mí mismo, pero lo voy a hacer antes de sucumbir al desastre otoñal: les espero con ¡Por Fin Solo! en el Teatre Borràs a partir del 14 de septiembre. Venid antes de que Putin se cabree más y La Sexta nos dé la noticia.

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