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José María Lizundia

Errores y explicaciones del Emérito, faltos de tipificación

En medio del perdón (claudicación), de gravísimos delitos contra el Estado, a los golpistas catalanes y a los etarras (máximos criminales políticos ambos), al exjefe del Estado acusado, por los más comedidos, de errores, se le mantiene en el exilio que sostiene viva la persecución. Para los representantes actuales de la moral (la curia izquierdista) quedan errores y explicaciones que dar cuenta, ante difusos tribunales de antorchas y autos de fe. El último, Revilla, el falangista uniformado, bufón de Corte y anchoas, pedía la devolución «del dinero». Al Emérito se le imputan delitos en televisión, sabiendo que no ha comparecido ante ningún juez; que devuelva ¡todo! dicen quienes ansían ser simpáticos, jaleados por la masa justiciera y sudar con ella. Y los más humanistas, que «dé explicaciones», que no es el interrogatorio de las partes procesales, sino tipo causa general. ¿Si no se formulan interrogantes precisos, qué explicaciones han de darse? ¿Así lo absolverían porque bastaría humillarle? Pero ya le insultan de ladrón -sin tipificación penal- como el cortito Garzón. Esto solo suena a humillación medieval, de acto de contrición y penitencia en plaza pública, no les basta abdicación y exilio. Para poder saciar todo el odio, a la fuerza han de declararse imprescriptibles las explicaciones: abdicación y exilio de 2 años ni computa ni redime ¡que lacerantes y provocadoras las vulneraciones de legalidad con etarras y golpistas! Ahora desde Sangenjo se pretende que venga clandestino, cubierto, en mimesis con la noche. No existente. Explicaciones y transparencia las que hurta sistemáticamente el Doctor Sánchez, en su ebriedad presidencialista (y falta de escrúpulos), a la opinión pública, a la oposición, con todos sus alardes de gobernante caribeño con arrinconamiento del rey. El famoso medio izquierdista instaba a que dé explicaciones por defraudación, cuando regularizó conforme a ley su situación, a la que se han acogido tantísimos. Empezando por Monedero y banda, actores, profesionales, deportistas, y famosos, indiferente la sociedad a las deudas millonarias con Hacienda publicadas cada año. ¿O no habría de aplicársele los principios de igualdad y legalidad? Si en la sociedad española: calle, medios, políticos, no suscitan aquellos el más mínimo reproche -no ya alarma social- ¿se mantendría el odio con ilegalidad solo para el Emérito? ¿La igualdad ante la ley? Errores, explicaciones: y ejemplaridad ante súbditos parvularios. Quien tiene que dar ejemplo (decencia) es el gobierno menos transparente de la historia, el reincidente violador de la Constitución y leyes prostituidas.

Saldrán con más fuerza, porque ya se reconocen ¡y cuantifican!, los grandes negocios de las empresas españolas (Navantia, AVE) en adjudicaciones, inversiones (balanza exterior española), del que el Emérito fue estratégico artífice.

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