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Isidoro Sánchez

El Sahara, amenaza existencial

Recientemente, el admirado escritor Julio Llamazares, al que conocí hace algunos años en su charla en el IEHC, cuando vino a hablar sobre la festividad del 12 de octubre, me sorprendió gratamente con su artículo Un canto a la vida. Escribió en su relato una referencia a un escritor griego afincado en Suecia desde hace décadas llamado Theodor Kallifatides que había venido a España hace unos días para presentar en sociedad su último libro, Timandra, traducido al castellano. Ello le sirvió para recordar otro libro del mismo autor griego que había podido leer al principio de la pandemia cuando tuvo que estar encerrado en su casa hace dos años. Era una novela que se titula El asedio de Troya. Contaba la historia de lo que estaba ocurriendo en el mundo en aquella época o lo que está sucediendo actualmente en Ucrania.

Como bien sabemos, hace más de cincuenta días se inició en Ucrania la invasión del territorio por parte de Rusia con Putin de líder político. Entonces surgieron opiniones para todos los gustos, políticos, militares e incluso religiosos, y entre ellos recibo opiniones. Primero de un amigo español conocedor de Rusia y de la historia de tres egregios españoles que modernizaron el imperio de Rusia a principios del siglo XIX. Más tarde de un profesional griego más joven que Kallifatides, inmerso en el mundo europeo, que combinaba la ingeniería con lo militar y con el que compartí algunos viajes por Grecia y Cuba, por Bélgica y Luxemburgo. Recientemente me envió una charla impartida en La Casa Encendida por parte del periodista español Rafael Poch de Feliu, que trabaja en el mundo del periodismo francés en países como Rusia y China. Ello me sirvió para extender el mundo de la real politic y evocar algunas guerras que uno ha vivido a lo largo de su vida. La que enfrentó a Corea del Norte con la del Sur por el paralelo 38; la Guerra Fría cuando se enfrentaron la URSS y los USA por culpa de los misiles de Cuba; la de Vietnam cuando trabajé en La Gomera y observé la llegada de los jóvenes desertores norteamericanos cansados de pelear en Asia y apostaron por el desnudismo en la playa de Valle Gran Rey.

La charla política de Rafael Poch me sirvió para conocer con cierta profundidad la realidad de las guerras y de manera particular la que comenzó el 24 de febrero pasado con el ataque de Rusia a Ucrania. Entonces acudí al pasado cercano, siglo XX, cuando la guerra del Sahara por las consecuencias de la invasión que Marruecos hizo sobre el territorio saharaui de la colonia española en noviembre de 1975, donde el ejército español fue expulsado al igual que gran parte del pueblo saharaui principalmente, que marchó a tierras del desierto argelino no sin antes pelear contra Marruecos.

Me llamó la atención de la charla de Rafael Poch señalando que esta guerra que estamos observando sobre la invasión de Ucrania es consecuencia de lo que se denomina Amenaza Existencial, que conlleva peligro, delirio y realidad. Y entonces me puse a pensar que este tipo de guerras puede alcanzar el ejemplo que siguen España y Marruecos en relación al caso del Sahara occidental aunque hemos notado un giro de la posición de España respecto al futuro del Sahara aceptando la propuesta autonómica que Marruecos quiere imponer obviando a la ONU y sus resoluciones desde 1975 cuando España, ignorando la legalidad internacional, dona al reino de Marruecos y a Mauritania en el Acuerdo Tripartito de Madrid, sin ser publicado en el BOE, el territorio de lo que fuera su provincia española.

Y como a muchos españoles, y canarios en particular, el Sahara es ahora lo que nos interesa además de las consecuencias nefastas de la guerra de Ucrania, tengo que confesar la importancia de lo que muchos estamos dando a lo que está sucediendo en estos días entre el presidente de España, Pedro Sánchez, y el rey de Marruecos, Mohamed VI, respecto a ese giro bilateral que se anunció por cartas entre ambos. Aprovecho también la oportunidad de la entrevista que le hicieron al exministro de Exteriores y exdiputado europeo José Manuel Margallo, quien le recordó al presidente Sánchez el artículo de la Constitución española en relación a la política exterior del país que corresponde al Gobierno y no al presidente. Sea usted claro señor presidente y no arregle de manera unilateral los problemas existentes entre España y Marruecos derivados del desaguisado político que se produjo en el Sahara en 1975, después de la imposición por parte de Marruecos con una rendición incondicional de España, que abandonó el territorio y el pueblo saharaui. Léase entre otros el reciente libro del profesor y magistrado español Pascual Ortuño, titulado Aquellos días del Sahara, 1973-1975. Vistas las incongruencias políticas cometidas por el PSOE con el Frente Polisario, por el Sahara, me permito recordarles a sus militantes que no extrañen la ruptura oficial de contactos por parte de estos saharauis con el gobierno de España el 10 de abril de 2022.

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