eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ánxel Vence

Crónicas galantes

Ánxel Vence

Orgasmos contra la covid

Vuelve a circular por los conductos de internet una noticia ya algo antigua sobre los beneficios del orgasmo para el sistema inmunológico del ser humano. «Al que eyacula, Dios le ayuda», había hecho notar ya, adelantándose al dictamen de la ciencia, el grupo rockero Siniestro Total en una famosa canción de los años ochenta.

Se trata de una investigación publicada en el año 2004 por científicos alemanes de la que se deducía que la eyaculación –puesto que solo fue probada en varones– activa la inmunidad natural frente a los virus. Entre otros, aunque no se sospechase entonces, contra el SARS-Cov-2 que produce la covid-19.

No es la primera vez que la ciencia descubre las virtudes del orgasmo. También los investigadores de la Escuela de Salud de la Universidad de Boston, en Estados Unidos, demostraron en su día que la eyaculación es un muy eficiente método en la prevención de los tumores de próstata. Para ser exactos, cifraron en un mínimo de 21 poluciones al mes la cantidad necesaria desde un punto de vista profiláctico.

Los científicos bostonianos llegaron a esa conclusión después de seguir durante 18 años a 32.000 hombres que hicieron de conejillos de Indias al efecto.

Cierto es que aquella investigación, algo machista, afectaba tan solo a los varones; pero esa carencia ya había sido corregida por los científicos alemanes de la Clínica Universitaria de Essen y la Facultad de Medicina de la Universidad de Hannover, en el estudio sobre masturbación antes citado. Para ellos resulta indiferente que el benéfico orgasmo lo disfrute un hombre o una mujer.

Nada más natural. Ahí está, para probar la teoría, el éxito del Satisfyer, que tantas alegrías ha venido a darles a las señoras, automatizándoles el orgasmo sin necesidad de buscar pareja (ya sea masculina o femenina). Se trata, como la mayoría ya sabrá, de un succionador de clítoris que mejora muy sustancialmente las prestaciones de los consoladores de toda la vida.

Es así como la ciencia ha demostrado que el orgasmo, tan largamente denostado por los clérigos, constituye en realidad una efectiva protección frente a los virus y hasta las pandemias. No hará falta subrayar que se trata de una revolución en toda regla.

Décadas atrás, la jerarquía eclesiástica combatía el vicio solitario de los jóvenes e incluso las jóvenas bajo la advertencia de que la masturbación produce –entre otros aterradores efectos– el reblandecimiento del cerebro y la desecación de la médula espinal. Verdad es que los chavales de entonces siguieron aplicándose el docto consejo que Woody Allen dio en materia de sexo y póquer: «Si no tienes una pareja, lo mejor es que dispongas de una buena mano». O de un buen dedo.

Infelizmente, la pandemia en curso y anteriormente la gripe A llevaron a las autoridades a recomendar -con gran sensatez- que la gente abandonara la costumbre de besarse, estrecharse la mano o tocarse, sin más. Tales consejos favorecieron de modo notable la masturbación como única salida al peligroso contacto que siempre exigen las relaciones sexuales de pareja.

La vacuna ha venido a darnos algo de protección y tranquilidad para reanudar los olvidados contactos eróticos; pero, aun así, los más aprensivos seguían sin tenerlas todas consigo. Por fortuna, la ciencia demuestra que un buen orgasmo puede y debe mejorar nuestra inmunidad contra la covid. Aleluya.

Compartir el artículo

stats