eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José María Lizundia

Fiestas vaciadas de Navidad

Resulta tan ridículo y revelador ver la felicitación de Pedro Sánchez a los musulmanes por el Ramadán, en la que hasta deslizaba expresiones en árabe clásico, y para felicitar la Navidad la sustituya por «felices fiestas», «estos días», «estas fechas», sin dar oportunidad siquiera al villancico «esta Navidad» ni a los centros comerciales que lo ponen. Que no se hagan ilusiones los musulmanes: no tiene el más mínimo apego ni simpatía por el islam religión, islam civilización, tampoco el islam sociedad contemporánea, según distingue el islamólogo Emilio González Ferrín.

Ese odio acerado de la izquierda es inversamente proporcional a sus ideas, medidas, políticas –en torno a lo real gobernable (cosas económicas, energéticas, de mera gestión)– ingrávidas, aerostáticas.

Gente tan inculta, sectaria e ineficiente nos obliga a recordar (ay, la memoria) que la mayor persecución religiosa de Europa occidental en el siglo XX la protagonizaron las izquierdas en España contra los católicos: 9.000 asesinados, con violaciones de novicias y otras iniquidades. Algo más que Pinochet. Entre Pinochet y Videla, vamos.

Un europeísta debería saber que la Unión Europea surgió de una cultura común cristiana y occidental, por abierto que se configure el futuro. No se puede despreciar, ignorar y ningunear a la mayoría de la población, sus tradiciones y costumbres, grandes celebraciones, además cuyo tono religioso es mínimo, fácticamente laicas, con iconografía religiosa, ni siquiera simbolizante. Que ni es suficiente para rebajar la fobia religiosa.

También deberían saber que el diálogo de civilizaciones o diálogo intercultural, se ha de fundar en civilizaciones surgidas en torno a religiones, y no se puede prescindir y eliminar uno de los polos porque así no hay diálogo posible. Es respetar, que este presidente inhábil como un festivo y psicópata de descripción clínica, promotor del odio y la exclusión, potencia sistemáticamente.

Realmente VOX es paciente obra artesanal de Zapatero y el falso doctor Sánchez. Ni conciben la lógica reacción a sus desafueros con la conculcación de símbolos y valores, empeñados en un hombre nuevo (literal y utópico doctrinal): con suerte saldría carnavalero. Como estos sectarios y guerracivilistas no respetan el distinto (fachas todos), tomado realmente como su gran enemigo secular. VOX no me da miedo, sí me dan estos socialcomunistas de pelaje venezolano; para que la emigración en España prospere y pueda desarrollarse, y tengamos sociedades híbridas y plurales es preciso que el emigrante, como ya lo hacen prácticamente todos, respete la cultura de acogida, tan solo que la respete, que este presidente mentiroso y ególatra tan bien contribuye a que no ocurra. No es VOX (obra de ellos) el iniciador, sino directamente los valores de ninguneo y falta de respeto promovidos.

Compartir el artículo

stats