eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Alfonso González Jerez

retiro lo escrito

Alfonso González Jerez

Aprobado y no sufras

La publicación del borrador del real decreto que ordenará la reorganización de las enseñanzas medias según la Lomloe ha alarmado a unos y satisfecho a otros en muchos puntos y disposiciones. Según la nueva normativa, los alumnos podrán presentarse a la EBAU (la antigua Selectividad) con una asignatura de bachillerato suspendida. En opinión del que suscribe esta columneja es un paso más de la degradación de la enseñanza pública en España, perfectamente coherente con la lógica normativa de los últimos años. Por supuesto, el borrador se apresura a afirmar que se trata de casos excepcionales en las que el alumno deberá reunir las siguientes condiciones: que sus profesores coincidan en que ha alcanzado los objetivos y competencias de la etapa (entonces, ¿por qué diablos lo han suspendido?), que asistió a las clases (muy amablemente), que cumplimentó todas las actividades exigidas de evaluación y se presentó a todas las pruebas. Imagino que en las últimas dos circunstancias se valora, sobre todo, su buena voluntad. Claro que si se puede pasar a la Universidad con un bachillerato al que le falta una asignatura, ¿por qué no dos o tres? Desde ningún punto de vista se justifica en el futuro real decreto la posibilidad de acceder a los estudios superiores y eventualmente obtener un título universitario sin haber superado el bachillerato.

La justificación real consiste en esconder el creciente y angustioso fracaso del sistema educativo, tratando a los padres como clientes hiperestésicos y a los niños como víctimas potenciales de profesores sádicos y de la vida terrible que nos espera en la calle y que no se merece nadie. El profesor Gregorio Luri (defensor de un conocimiento poderoso en las escuelas) ha propuesto que el Ministerio de Educación sea denominado desde ahora Ministerio de Bienestar Emocional y Autoestima de los Alumnos. La meritocracia es despreciada como basurienta ideología burguesa y pura credulidad de las clases medias. Más temprano que tarde siempre llega a estos debates un supuesto defensor de los alumnos de clases humildes cuyos padres no pueden pagarle clases particulares ni dispone de buenas bibliotecas. Supuestamente la mejor manera de ayudar a los alumnos más menesterosos consiste en permitir que se promocione a los cursos superiores suspendiendo asignaturas. Ocurre exactamente lo contrario: este desprecio hacia el mérito y el esfuerzo, esta insistencia oficinesca y democratista en que nadie repita curso, solo perjudica a aquellos que no tienen otro ascensor social utilizable que la educación (un ascensor que cada día funciona menos y peor). Los hijos de los ricos (sobre todo de los muy ricos) podrán sobrevivir y mantener o incrementar el patrimonio heredado gracias a las amistades y contactos de sus padres. Los hijos de los pobres y de las clases medias, si no aprenden de verdad en la escuela, tendrán muchos más problemas para sobrevivir y prosperar cuando lleguen a la edad adulta. Mejor exigir más horas y profesores de refuerzo, más educación especializada, más medios profesionales y humanos que abaratar hasta la náusea la adquisición de conocimiento y el conocimiento mismo. Sin formación no es accesible la complejidad del mundo. Sin formación no es posible responder a la competitividad de la sociedad.

Estupideces como este decreto de desarrollo de la Lomloe hace un daño más hiriente todavía en Canarias, donde el fracaso escolar y el abandono temprano del sistema educativo son superiores a la media española. El traspaso de competencias educativas a las Comunidades autónomas en un espacio estatal donde se han sucedido ocho leyes educativas en los últimos veinte años han llevado a una fragmentación de discursos y prácticas. Normativas que en todos los casos son propuestas de fe ideológica antes que repertorios de prácticas pedagógicas basadas en la experiencia y el debate de los profesionales. El fruto es una confusión metodológica y un fracaso muy extendido que intenta enmascararse con sentimentalismo y aprobados generales.

Compartir el artículo

stats