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Maite Fernández Valderas

España en serio

¿Me acompañas en creer que España en serio podría ser ese slogan de éxito de las próximas elecciones? El mensaje de un proyecto político que sea capaz de trasladar a las personas que se toma en serio los valores reales de la ciudadanía, que no la confunde, que no la hace ver realidades, hoy, alejadas de los problemas principales.

Esa línea tan fácil de cruzar, de lo importante a lo urgente, de lo urgente a lo importante; de las calles a Moncloa, de Moncloa a la calle; de La Palma a Madrid, de Madrid a La Palma; de lo banal a lo importante, de lo importante a lo banal.

Nos encanta que nos cuenten cosas de liderazgo, secretos, tips, trucos, y que nos hablen de nosotros, de cómo nos ven y de cómo somos. A veces leemos sobre liderazgos triunfadores, políticos, hombres y mujeres que han dejado huella, marca personal, marca política; bien haya sido por sus hitos de gestión o por su carácter arrollador, empático o conciliador. Uno de sus secretos para triunfar, ha sido tener muy claro la diferencia entre lo prioritario y necesario frente a lo banal.

La representación de una minoría puede ser tu causa, pero no la representación o fotografía de tu proyecto político. Aburrirás a un amplio sector de la ciudadanía que, posiblemente ya, a dos años de las elecciones, esté actualmente mirando para otro lugar, otro líder y otro Plan que lo represente y con quien busque identificarse.

Identidad, respeto y futuro, valores primordiales que arrastrarán a una ciudadanía deseosa de ser liderada, deseosa de ser recuperada, de posarse en las manos de una persona que lidere su causa, su bienestar; que sea capaz de hacerla sentir segura y feliz en su metro cuadrado. Es banal dirigirnos a causas aisladas, cuando las esenciales se tambalean en ese juego de poder ficticio.

Me gustaba escuchar a mi abuelo por esas calles de Cádiz cuando era pequeña, y buscaba tiempo para ser él quién me esperaba a la salida del cole. Lleno de curiosidad, siempre leyendo, siempre documentándose, amante de la medicina y del poder de la química, de los buenos hábitos; ¡todo un ejemplo!, me eduqué entre sus consejos y sus tertulias. Recuerdo que siempre me decía que un médico que deja su profesión temporalmente para dedicarse a la política, puede que no llegue a ser un buen político pero seguro que la pérdida de la práctica hará que deje de ser un buen médico. ¡Qué valiosa es la práctica!, es lo que te permite ese gran cambio de perspectiva.

Hay una práctica muy valiosa que es la de gobernar. Esa que, en ocasiones, desde la ciudadanía no llegamos a percibir. Si has vivido en oposición una y otra vez, o eres un partido sin experiencia, tienes una visión de gobierno de poca acción, ejecución y de corta visión.

Para la ciudadanía lo serio es el problema de su metro cuadrado; serio es la economía, la vivienda, la seguridad, la sanidad, el precio de la luz; la educación de sus hijos; la indefensión jurídica; serio es la realidad a la que se enfrentan los jóvenes; serio es el control del gasto y de la ajustada dimensión organizativa de las instituciones; serio es que le hablen a la ciudadanía de sus problemas, y no de las ocurrencias de los líderes políticos vacíos que siguen pensando en esa ciudadanía como una masa y no como el agregado de miles y millones de individualidades. Serio es un periodismo serio, objetivo y conciliador.

La isla de La Palma ha generado una situación de crisis que se llevará por delante liderazgos y fortalecerá a aquellos que tengan capacidad para identificar su sitio, su lugar. La erupción todavía continúa causando mucho daño, y no parece próximo el momento de la reconstrucción, que llegará. Y nos llevará a examinar las promesas, las ocurrencias, las realidades y las fantasías, la empatía o el liderazgo compasivo.

Los grandes liderazgos tienen visión, tienen más ideas que ideologías, consideran que a las personas se les conquista por sus sentimientos, por su conexión hacia ellos. Esos liderazgos desmenuzan los problemas, para llegar a la esencia del problema de la ciudadanía. Tienen un Plan, escuchan más que hablan, y siempre diseñan un Plan B personal, para que sus objetivos políticos no se solapen con sus intereses personales. Libres para gestionar libremente ante la ciudadanía. Liderando valores de consenso y de convivencia ejemplar, frente a los populismos liderados por ambos extremos del péndulo.

“Todo aquel que no se toma en serio la verdad para las pequeñas cosas, no puede ser confiable para las cosas importantes”, decía Albert Einstein.

@EtikMaite www.etikpolitica.es @etikpolitica

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