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Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: Interesa el ruido, no la palabra ni la ternura

María Casado y Antonio Banderas (TVE-1).

Después de haber sido despedida de forma tan injusta, regresa María Casado a TVE-1. Regresa con Antonio Banderas, la persona que le abrió los brazos y le dio cabida en sus proyectos culturales malagueños. Regresa con el programa ‘Las tres puertas’, un lugar en el que quiere recuperar el valor de la palabra, el saber escuchar, el disfrutar de una mirada, o la importancia de un silencio. «Te quiero mucho», le dijo María a Antonio, al final de su entrevista. Y Antonio le contestó: «Yo también te quiero mucho, pero sobre todo ¡me importas!».

¡Ah! Ya sabíamos que esto no tendría ‘éxito’, tal y como entiende la tele el ‘éxito’ hoy en día. Apenas un 6,4% de cuota de pantalla. La gente ya no va a la tele en busca de ternura. Ni de palabras. Ni de la profundidad de un silencio. La tele nos ha acostumbrados a la gaseosa y al canibalismo. Y yo me pregunto otra vez si hay que seguir midiendo la tele pública con la misma vara de medir de las privadas. Si es así dedíquense a poner cada día un ‘reality show’ y una barbacoa en el jardín. Me ha gustado la entrevista con Banderas. Recordó sus principios en Hollywood. «Tienes el pelo oscuro y los ojos negros. O sea, eres latino. Por lo tanto siempre harás de ‘malo’ en las películas», le dijo uno de los que manejan el tinglado hollywoodiense. Y Banderas concluyó: "Al cabo de pocos años protagonicé una peli en la que salía con una capa y una espada (El Zorro) y era el bueno. El malo era rubio y con ojos azules". Quizá ha cambiado alguna cosa allí, pero a lo mejor su caso solo es la excepción. Contó también el golpe que supuso para él su infarto, su ataque al corazón. "Fue un bofetón que me hizo reaccionar. Yo estaba en un bucle, rodaba siete 'pelis' al año. Iba montado en un caballo llamado adrenalina". ¡Ah! La adrenalina es una hormona engañosa. No ayuda a ser feliz. Esa misma noche otro invitado, el doctor Mario Alonso Puig le habló de la oxitocina. Esa si es una hormona buena. Proporciona felicidad, cordialidad, armonía.

Banderas y el doctor Alonso han cumplido con lo que María pretendía. Las otras dos invitadas, Carmen Posadas y Nathy Peluso, no tanto. El interés de este programa residirá en encontrar personas –famosas o no– cuya palabra merezca ser escuchada. O sea, que tengan algo que decir. No se preocupe María por la medición de audiencia. No se atreverán a pasarla a La 2. Aunque no es un mal lugar: allí la palabra y el silencio también brillan.

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