Reconectar con lo natural, con la esencia. En esa reconexión con el origen se centra el concepto de Kar Bon, el nuevo espacio gastronómico abre sus puertas el 2 de diciembre e inaugura el 1 de Diciembre. Por eso, la brasa y el fuego son sus señas de identidad, elementos que remiten a la tradición y a la conexión con el pasado, a un espíritu primitivo quizá, pero ligado igualmente a una comida sabrosa, saludable y natural.

«Para nosotros, aquí en Canarias, la brasa es algo muy festivo. Nosotros hacemos un fuego cuando nos reunimos en familia, o cuando te reúnes con un grupo de amigos, o cuando vas al monte. Y queríamos dar a conocer nuestra gastronomía desde ese punto de vista», explica Juan Carlos Clemente, la persona que idea y planifica la línea gastronómica del mismo.

Kar Bon juega con las palabras carbón, pero escrito con k para darle un carácter más transgresor —tal y como explica Clemente—, y bon (bueno). La unión de ambos términos remite a una cocina rica y a la brasa, donde el calor y el fuego están muy presentes en la elaboración de los platos, incluidos los postres.

Con una estética y un espacio renovados, busca ofrecer a sus clientes, una experiencia culinaria a la brasa cuyo concepto representa un estilo de cocina de mercado, que usa productos de kilómetro 0 —sus proveedores son pequeños productores locales— y cuya intención es dar a conocer la gastronomía canaria.

A los mandos de los fogones está el chef Máximo Concepción. Hijo y nieto de cocineros, Concepción ha crecido «hundiendo las raíces en el respeto al oficio, pero también en la creatividad», explica. Llegar hasta donde está no ha sido fácil, pero reconoce que «cada obstáculo ha supuesto un aprendizaje, un peldaño aprendido para saber que el camino surge cada día y que no se puede uno dormir en los laureles del reconocimiento o de los premios». Para el chef de Kar Bon, «la cocina es el hogar, el fuego encendido, la mesa puesta, los calderos al fuego, la reunión familiar o amistosa, la sobremesa y el acogimiento», conceptos que encajan a la perfección con el concepto del nuevo restaurante de Baobab Suites. El chef descubrió pronto su vocación y la convirtió en un modo de vida donde cultiva «a pico y pala este oficio del buen comer». Su madre, explica, ha sido su gran inspiración y quien le ayudó a entrar «en esta patria chica de fogones y vapores». Hay en él, asegura, una innata voluntad de superación ante los problemas y las encrucijadas. Y aunque los platos, su elaboración y presentación se han ido complicando a lo largo de su carrera, no se olvida de dónde viene, «de los sabores de la cocina popular y cotidiana». Cocinar es, para él, «cuidar al otro». El encuentro alrededor de una mesa no deja de ser una experiencia humana y cotidiana más allá de todas las sofisticaciones, un espacio donde se fomentan los vínculos familiares y de amistad.

Elaboración de la berenjena asada con glaseado vegetal. El Día

«La cocina es equipo», afirma, y Máximo Concepción lo fomenta. «Cuando se aprende que la calidad de la experiencia de compartir mesa y mantel no solo depende del oficio sino también de poner el corazón en cada detalle, la nave no irá a la deriva. Voluntad, coraje, retos y valores ayudan a surcar cualquiera de los mares».

«Cuando intentamos darle forma a este proyecto, entendíamos que teníamos que dar una oferta diferente a nuestro público alojado en el hotel, y pensamos en un concepto natural», explica Juan Carlos Clemente. «Y natural, para mí, es cocinar de una manera primitiva —porque el fuego lo es— que te permite hoy en día hacer una comida muy saludable, muy natural».

«La experiencia en el sector, los hechos vividos, el feedback de nuestros clientes en el Hotel Baobab Suites, el destino y el alto nivel gastronómico de la zona nos han llevado a dibujar un restaurante con distinción, carácter, excelencia, sinergia y autenticidad», comentan desde Baobab Suites sobre su nuevo espacio gastronómico. Kar Bon, aclaran, nace con la intención y el propósito de ofrecer una carta que incluye elementos novedosos y primarios. «No queremos hacer una cocina rebuscada, pero será mucho más que una cocina simple», asegura Clemente.

Ese carácter gastronómico local, más que en platos y recetas, se centra en el producto canario pero preparado de una manera diferente. Al ser una isla rodeada de mar, el pescado tiene un papel destacado, desde los más sencillos, como la caballa o la sardina, hasta el amplio abanico de los túnidos. Pero también estarán presentes las verduras y hortalizas, que ofrecen unos matices y particularidades muy diferentes a las peninsulares por el suelo volcánico en el que se cultivan. «Hilamos pequeños matices de lo que es el recetario popular, pero actualizado», explica Clemente. «Hay recetas tradicionales como el mojo, que luego versionamos en diferentes formatos, como puede ser un mojo hervido; o diferentes productos que nosotros somos capaces de actualizar para que la gente lo coma en un contexto un poquito diferente».

Que en la carta de Kar Bon el espeto sea uno de los protagonistas tiene mucho que ver con que este restaurante está situado junto a la arena. «Si yo quería una comida informal y pensaba en arena, lo primero que se me venía a la cabeza eran los espetos», explica el ideólogo de la línea gastronómica del hotel. Esta forma de preparar y de comer el pescado y otros alimentos tan típica de Andalucía y del Mediterráneo es «muy respetuosa con el producto», algo que encaja perfectamente con el concepto de cocina natural sobre el que gira la propuesta gastronómica del nuevo restaurante de Baobab Suites.

Y, por supuesto, el vino canario también tendrá un lugar destacado entre los caldos que ofrece la vinoteca del complejo hotelero. La carta de vinos, aclaran desde Baobab Suites, es fiel a la filosofía del hotel y una extensión de su manifiesto y valores. «Nuestro compromiso es con vinos locales y un corte de vino fácil de beber», comentan. «De un portafolio de unas 80 o 100 referencias que va a tener la carta, el 40 o 50% será vino local o de Canarias, que también es un gran desconocido para el turista», corrobora Juan Carlos Clemente.

Kar Bon destaca sobre su competencia por ser un rincón de autenticidad desde el que se invita al comensal a ser parte de una experiencia que desafía lo convencional de la brasa. Y lo hace realzando los sabores naturales del producto fresco y local con la intención de enamorar al cliente y hacerle desear volver para comer bien y probar siempre algo distinto y original, auténtico. «Kar Bon tiene ese confort que no te intimida, no te incomoda», destaca Clemente. A esa sensación contribuyen las fotografías que adornan sus paredes. Island, que así se llama esta serie de fotos en blanco y negro, obra del artista Will Corvara, muestra a las islas Canarias en su contexto marinero, desde una óptica identitaria y de integración cultural. Esta es una de las exposiciones itinerantes que tendrán lugar en el hotel, como parte de la apuesta que hace Baobab Suites por el arte.

«Nosotros queremos un establecimiento donde cualquier persona se sienta cómoda. Y cómodo, para mí, es, evidentemente, que haya un servicio justo y medido, que tenga intimidad. Hay mucho aire libre, hay sol, hay muy buenas vistas a un lado y a otro… Ese confort me lo da el espacio, y por eso lo enlazamos también con la naturaleza del producto: queríamos que el carbón fuera protagonista». Porque, como dicen desde Baobab Suites, «la gastronomía hace destino, y nosotros somos parte del destino».