Es sencillamente imposible llegar a comprender una isla como Lanzarote sin detenerse a repensar las miradas de un genio como el de César Manrique, una reflexión que en el caso de un municipio como Haría se hace aún más evidente, por la influencia que el artista ejerció sobre este lugar.

Es sencillamente imposible llegar a comprender Lanzarote sin detenerse a repensar las miradas de un genio como el de César Manrique, una reflexión que en el caso de un municipio como Haría se hace aún más evidente.

Con ocasión de la presentación del libro César Manrique y Haría, obra de Francisco Galante, catedrático de Historia del Arte en la Universidad de La Laguna, el también catedrático de Literatura Española de la Universidad de La Laguna, Nilo Palenzuela, destacaba que «el sueño y la utopía de Manrique se convierten en el reverso de la catástrofe medioambiental». señalando que «el artista proclama la belleza. Se revuelve contra la especulación y lo hace con su obra, con su sueño compartido».

El autor, Francisco Galante, subraya que este trabajo encierra «connotaciones históricas, sociales, culturales y medioambientales. Una obra guiada por los principios éticos y por el valor de la justicia», entendiendo que se trata de mostrar un trabajo «singular y universal debido a su carácter social, consagrada al destino de un nuevo modelo económico de la Isla, a la recuperación de paisajes denostados y a la sabia integración de las disciplinas artísticas», en las que un artista como César Manrique supo aunar con una exquisita sensibilidad los elementos de la cultura identitaria, a partir de los lenguajes artísticos de la contemporaneidad.

La tradición y el producto local se hacen protagonistas en el Centro Sociocultital

Manrique decidió en un momento de su existencia establecer su residencia en Haría –donde también se encuentra su sepultura–, al considerar que era el lugar ideal, el espacio donde podía desarrollar una vida más armónica y tranquila. Y no sólo creo belleza, evidente en obras como el Mirador del Río, la ermita de Máguez –su única creación religiosa–, el mirador de Malpaso o su juguete del Viento de Arrieta, sino que transmitió a los habitantes de este municipio el orgullo de pertenencia y, sobre todo, la conciencia de conservación del patrimonio natural e histórico.

Esa herencia se percibe y se hace visible en el carácter de los harianos, defensores de su singularidad, de la conservación de su patrimonio frente al modelo de desarrollo turístico –fieles herederos de la filosofía de Manrique–, orgullosos de su paisaje rural, del valor de su artesanía, hasta de la condición de un pueblo sufrido, capaz de mantener

Estos fundamentos también se trasladan a lo gastronómico. En el Centro Sociocultural de Haría, en un singular teleclub, la tradición y el producto local se convierten en principales protagonistas. El norte siempre ha sido tierra de buen producto, ayudado por algo más de lluvia que en el resto de la Isla y por la maresía, de ahí el Queso fresco con mermelada de higos; papas arrugadas y sus mojos; pata asada; atún con mojo rojo hervido; garbanzas y el estofado de cabra, finalizando con el condumio.

Un homenaje a la comida tradicional, la de toda la vida, y a los productos de cercanía. A proposito, Juan Santana, presidente de la Asociación de Amigos del Vino y el Queso de Lanzarote, destaca las nuevas variedades que se están rescatando del olvido y del riesgo de desaparición.

El perfil de la nueva gastronomía ha encontrado en el restaurante Tacande un nuevo espacio. Víctor Betancort, como propietario y promotor y repartiéndose las tareas con Daniel Jiménez, como director del restaurante, culminaron la Experiencia Tacande, con una cena que consistió en un menú degustación de 12 pases, donde destacó el producto de la Isla y especialmente el de Haría.

El restaurante Tacande abrió sus puertas de la mano de Víctor Betancort el 24 de mayo de 2019

El aperitivo estuvo maridado con el Vermut Primo de Lanzarote y el resto de los platos fue armonizado con tres vinos de Lanzarote, dos de La Palma y uno de Tenerife. Los enólogos y bodegueros presentes –unos jóvenes con ideas innovadoras– acercaron a los comensales las características de sus vinos, presentados por Vanessa Arrocha. Tacande, agradece especialmente la colaboración de Davide Musci (Vermut Primo); David Hidalgo (Puro Legado), David Fernández (Maho); Marta y Daniel (Bodegas Akaet); Jorge Menéndez Díaz, (Bodega Viñátigo); y Carlos Lozano (Bodega Teneguía, Llanos Negros y Mission´s Grapes). Destacar también la profesionalidad de un atento y eficaz servicio de sala.

Tacande abrió sus puertas de la mano de Víctor Betancort el 24 de mayo de 2019. Pasados tres años, Daniel Jiménez se unió al proyecto para asentarlo, darle consistencia y hacerlo grande. Desde entonces y hasta hoy, Víctor ha creído en la trayectoria culinaria y el tipo de cocina que Daniel ha marcado en el restaurante. Han obtenido el reconocimiento como recomendado por la guía Repsol y Michelin. En un corto espacio de tiempo han conseguido llamar la atención de mucho público y despertar interés por las guías y las voces más autorizadas del sector gastronómico de nuestro país.

La presencia de periodistas gastronómicos, enólogos y otras autoridades en el evento ha permitido difundir y dar voz y valor al encanto del municipio de Haría. Ha sido una ocasión única para que los participantes descubran y aprecien la diversidad culinaria y cultural que ofrece el norte de Lanzarote, así como de los indudables encantos de la tranquila localidad, en el centro del Valle de las Mil Palmeras, en la patria de Césat Manrique.