Johann Trollmann Rukeli nace en Hannover en 1907, en el seno de una familia gitana. Comienza a boxear desde muy joven y pronto se convierte en uno de los mejores boxeadores de Alemania. Fue seleccionado para representar a su país en los Juegos Olímpicos de 1928 pero, finalmente, le fue prohibido participar por ser gitano.

En 1933, el mismo año que Hitler alcanza el poder, Rukeli compite por el título alemán de semipesados. Rukeli gana los diez asaltos, pero el combate se declara nulo porque Rukeli "luchó como un gitano, y no como un hombre, y lloró al ganar como una mujer".

Se declara la Ley para la Lucha contra Gitanos y Maleantes y Rukeli es esterilizado, enviado al ejército y separado de su familia. En un último intento por encontrar en el boxeo su salvación, se presenta a un combate en Berlín, donde le prohíben mover los pies durante los diez asaltos, "por tener la piel manchada". En un acto de rebeldía, Rukeli aparece en el ring con todo su cuerpo cubierto de harina y el pelo teñido de rubio con yemas de huevo.

Rukeli, convertido en héroe y símbolo de la resistencia gitana, es enviado a diferentes campos de concentración. En 1943, es trasladado al campo de exterminio de Neuengamme, donde es obligado a boxear contra diferentes militares nazis que terminan asesinándolo.

En 2003, la Federación Alemana de Boxeo decide devolverle el título de campeón a Rukeli, haciendo justicia a su nombre sesenta años después.