La aragonesa Pilar Alegría ya es ministra de Educación y Formación Profesional, y en sus primeras palabras tras recoger la cartera de manos de su antecesora, Isabel Celaá, ha dejado claro que seguirá la estela marcada por ella, con una apuesta por la FP, la defensa de la equidad y la importancia de la escuela rural como vertebradora del territorio. 

En un sencillo pero emotivo acto en el hall del ministerio, ante la atenta mirada de los funcionarios de la casa, Pilar Alegría ha recogido la cartera de su antecesora en presencia del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, y de otros dos miembros del Ejecutivo de Sánchez, el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, y la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez. Un fuerte respaldo institucional y del partido que refrenda a la aragonesa como una de las apuestas de Pedro Sánchez en Aragón. 

La nueva ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, ha recibido su cartera de manos de Isabel Celaá a las 11.45 horas haciendo alarde de su condición de "aragonesa de pro" y de su origen, La Zaida, "un pequeño pueblo de 500 habitantes de Aragón". "Conozco bien el trabajo que realizan las escuelas rurales y sabemos que cuando una escuela se cierra el pueblo, en cierta manera, se muere". Por eso, ha dicho se centrará en "reforzar" el papel de los docentes en el medio rural "para no perder la importancia de la Educación como elemento vertebrador".

En sus primeras palabras, la ministra ha destacado la "emoción" y el "orgullo" que supone asumir las riendas de un ministerio que es "una de las paredes maestras del Estado de bienestar", clave para "la construcción del futuro del país". Alegría entiende la educación "inclusiva, no como una carrera de obstáculos sino como una avenida de oportunidad".

La nueva titular de Educación ha recordado que su labor no empieza de cero. "Mi trabajo no parte de cero, sino que se beneficiará de la formidable labor iniciada por ti, querida ministra", ha dicho, dejando clara su posición de continuidad con las políticas iniciadas por Isabel Celaá.

Ha asegurado que completará "el proceso iniciado por Celaá para convertir la FP en una opción preferente, no alternativa, a la hora de decidir los itinerarios formativos para el futuro laboral" de los jóvenes.

En sus manos está culminar la tramitación de la nueva ley de FP y la implementación de la nueva ley orgánica de Educación, como ha recordado. Así como el hacer frente al abandono escolar. Alegría ha destacado que trabajará para "convertir todo lo aprendido sobre educación no presencial durante la pandemia como uno de los mejores activos para el futuro".

Antes de cederle la palabra, la ministra Isabel Celaá había asegurado en su discurso que "el surco del arado está trazado, solo queda seguirlo, un trabajo duro que requiere una gran responsabilidad y una gran competencia de

La Educación, una palanca de transformación

La nueva ministra quiere trabajar para que la educación sea "una palanca de transformación y progreso, un instrumento eficaz de empoderamiento de la ciudadanía".

Pilar Alegría ha abogado por una educación más cercana a las necesidades y expectativas de esta sociedad, "una educación de excelencia" basada en el diálogo y el consenso.

Entre sus retos importantes, la ministra destacó la Agenda 2030, "que marcará la competencia educativa de calidad de todas las personas para toda la vida, sin exclusiones". Y entre las directrices que marcarán su gestión, ha avanzado "la condición de que la Educación sea pieza pilar para que España afronte sus principales retos, entre otros impulsar la transformación del sistema productivo".

En la recta final de su discurso de unos diez minutos de duración, Alegría ha hecho un guiño a quienes la han acompañado, hasta ahora, en su trayectoria política.

Lo ha hecho ante una nutrida representación aragonesa, con el expresidente Marcelino Iglesias a la cabeza, y otros destacados dirigentes socialistas, como la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, Mariví Broto; el presidente de las Cortes de Aragón, Javier Sada; el presidente de la DPH, Miguel Gracia, y los diputados y senadores del PSOE de las tres provincias aragonesas (como Begoña Nasarre, Ana Villar, Hermino Sancho, Alfredo Sanchi, Rosa Serrano, Víctor Ruiz o MIguel Dalmau), además del parlamentario de Teruel Existe, Tomás Guitarte, la concejala socialista en el Ayuntamiento de Zaragoza, Inés Ayala, y el subeldegado del Gobierno -que asume la delegación en funciones tras la marcha de Alegría-, Fernando Beltrán.

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También presentes en el acto el Secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, con quien compartió en Huesca uno de sus últimos eventos como delegada del Gobierno en Aragón, y los cargos de la Policía Nacional y la Guardia Civil en Aragón, con quienes ha trabajando en los últimos 18 meses.

Sus hermanos y su sobrino, también en la toma de posesión, han estado en las palabras emocionadas de la ministra al recordar sus "profundas raíces" y su origen zaidano.