El escándalo vuelve a salpicar a la Familia Real española después de que un artículo en exclusiva de El Confidencial apunte a Froilán y Victoria Federica como dos de los beneficiarios de las tarjetas black del rey emérito Juan Carlos I. También las infantas Elena y Cristina habría utilizando los fondos no declarados del empresario Allen San Ginés Krause a través de tarjetas opacas.

La misma publicación apunta que entre los gastos que los nietos del Rey habrían pagado con estas tarjetas se encuentran recibos de El Corte Inglés, desplazamientos en Uber y clases de piano. La información ha surgido después de que Juan Carlos I haya presentado una declaración voluntaria ante la Agencia Tributaria para intentar regularizar una situación fiscal que le ha obligado a vivir temporalmente en el exilio.

El dinero que llegó a moverse por estas tarjetas supera en, como mínimo, 3 ejercicios, los 250.000 euros anuales, cuantía que también se investiga desde la Fiscalía del Tribunal Supremo por la utilización del monarca emérito de dinero no declarado y de las aportaciones económicas que Allen San Ginés Krause habría realizado al que un día fuese Rey; este empresario mexicano, según se ha llegado a saber, traspasaba dichos fondos a una cuenta bancaria que estaba administrada por el coronel del Ejército del Aire, Nicolás Murga Mendoza. Las tarjetas en cuestión estaban a su nombre, pero eran utilizadas por Juan Carlos y, según parece, algunos de los miembros de la Familia Real