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Grietas y puntos incandescentes hacen que sea peligroso acercarse al volcán

El grupo de científicos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) continúa registrando temperaturas cercanas a los mil grados y la presencia de fracturas en el edificio volcánico

Un científico realiza mediciones de temperaturas en una grieta. E. D.

Más de 10 meses después de que se diera por terminado el proceso eruptivo del volcán Tajogaite, las fisuras del terreno, la desgasificación del cono y las grietas, en las que aún se aprecia la incandescencia de la lava, hacen que sea muy peligroso acercarse a este coloso de más de 200 metros. Son los científicos los únicos que, provistos con equipamientos especiales, pueden acercarse al volcán para seguir cumplimentando sus estudios y también son ellos quienes facilitan información relevante del proceso de enfriamiento y desgasificación del volcán. Sin capacidad para establecer un marco temporal, lo cierto es que actualmente continúan registrándose temperaturas cercanas a los 1.000 grados, apreciándose desde la superficie la presencia de lava al rojo vivo en la parte sur del Tajogaite.

En concreto, el personal del Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha podido medir temperaturas de 922 grados en una de esas grietas, comprobando sobre el terreno la existencia de fracturas que «se han ido produciendo en el edificio volcánico, propias del comportamiento posteruptivo, debido a la inestabilidad del edificio que se formó en pocas semanas», explican. Es precisamente en una de esas fracturas donde se sigue monitorizando la temperatura.

Los científicos realizan mediciones de las emanaciones gaseosas de los cráteres. El pasado jueves, apunta el IGN, «las concentraciones gaseosas de compuestos del azufre habían descendido respecto a últimas incursiones», constatando depósitos de carbonatos y azufre en las inmediaciones del cráter más al sur del volcán.

Desaladoras

Los gases que siguen emanando desde el cono y que condicionan que cientos de vecinos no puedan regresar a sus casas en la costa del Valle de Aridane, también provocaron días atrás un grave incidente en la maquinaria que pone en marcha las desaladoras que abastecen de agua de riego a las plantaciones de la zona. Concretamente, y tras un informe remitido a la Dirección General de Aguas del Gobierno de Canarias por la propia empresa encargada de estas infraestructuras, se constató que la acumulación de CO2 en la zona donde están instaladas provocó una explosión y, en consecuencia, paralizaron su funcionamiento. Lo cierto es que el calentamiento intenso de este gas puede producir un aumento de la presión con riesgo de estallido, que es lo que probablemente ha ocurrido en estos casos, dejando inservibles estas infraestructuras durante varias jornadas y sin servicio de agua de riego para los agricultores.

Según recoge el informe que desde el Gobierno de Canarias se ha solicitado a la empresa encargada de la gestión de estas infraestructuras, este hecho se debió a la acumulación de gases presentes en el agua que las desaladoras recogen del mar y también de los pozos. Esta circunstancia no se había dado durante el tiempo que llevan en marcha estos equipos.

Una vez resuelto el problema, estas desaladoras ya se están poniendo en marcha de manera paulatina para así retomar los servicios que iniciaron hace un año.

La Guardia Civil mide gases nocivos

La Guardia Civil se ha sumado a las mediciones de CO2 en Puerto Naos y La Bombilla, a través de especialistas de la Unidad Central Operativa NRBQ (nuclear, radiológico, biológico y químico) y de la Unidad de Reconocimiento de Subsuelo, desplazadas desde Madrid. Están realizando las mediciones en las cercanías del cono volcánico del Tajogaite, destacando que los parámetros siguen siendo «muy elevados» y que «permanecer en estas zonas supone un alto riesgo para la salud». Estas evaluaciones se hacen de forma conjunta con Bomberos La Palma en algunas de las viviendas de Puerto Naos, señalando que esos niveles, en algunos puntos, «dan valores muy altos». La Guardia Civil aconseja a los residentes en las zonas afectadas por la erupción «seguir las recomendaciones que las autoridades competentes van estableciendo permanentemente para protegerlos ante los graves peligros que conllevan esos niveles de gases nocivos».

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