Las autoridades sanitarias de La Palma repiten estos días que los diferentes servicios del Hospital General trabajan coordinadamente, lo que está posibilitando alejar a la infraestructura palmera de cualquier tipo de colapso en la atención a los pacientes afectados por coronavirus o por otras dolencias. Pero lo que sí es cierto que desde hace semanas se ha organizado y puesto en funcionamiento un plan de contingencia para el caso en que el aumento de positivos en La Palma provoque cualquier tipo de saturación en los servicios sanitarios. Así, el Hospital General, que cuenta con diez camas UCI, ya ha preparado las instalaciones de la URPA y de Cirugía Mayor Ambulatoria para que puedan acoger otras trece camas.

De ese modo, y gracias también a la donación de respiradores como la realizada por la Universidad de La Laguna, La Palma está en disposición de doblar su número camas de cuidados intensivos, para lo que también está preparado al personal de esos servicios en la atención de pacientes.

También los ayuntamientos de La Palma, responsables de la gran mayoría de residencias sociosanitarias para mayores con los que cuenta la Isla, han denunciado y reclamado la imposibilidad de contar con espacios donde poder aislar a posibles contagiados con el COVID-19 en sus instalaciones, por lo que se han preparado dos centros comarcales para ser activados en caso de ser necesario. Se trata del Cetro de Día para enfermos de Alzheimer, ubicado en la antigua Clínica de Las Nieves de Santa Cruz de La Palma, y cuya inauguración estaba prevista para los próximos días, donde se dispone ya de catorce camas, y las instalaciones del Policlínico Brismédical en Los Llanos de Aridane, recientemente adquirido por el Gobierno de Canarias, donde se ya están disponibles otras doce plazas de aislamiento.

Estas dos instalaciones han sido preparadas en colaboración por el Cabildo palmero y la Consejería de Sanidad para acoger los posibles casos de COVID-19 que se registren en estos centros geriátricos, ya que las residencias palmeras son de pequeña capacidad residencial, y en su mayoría sólo disponen de espacio para uno o dos mayores en aislamiento. Estas medidas se toman en momento en el que todos los responsables políticos y sanitarios han querido alejar los bulos sobre la saturación de estos servicios.