Entrevista | Francisco José Doblas González de Aledo Ex esclavo mayor de la Esclavitud del Cristo de La Laguna

«Estos años en la Esclavitud han sido muy duros, pero han valido la pena»

«En cuanto a infraestructuras, la Esclavitud se ha quedado muy consolidada», afirma

Francisco Doblas posa en el Real Santuario.

Francisco Doblas posa en el Real Santuario. / E. D.

D. R.

Francisco Doblas concluye casi siete años al frente de la Esclavitud del Cristo de La Laguna. Accedió al cargo a finales de 2016 y ha encadenado varios mandatos dirigiendo el colectivo. Se refiere a la acción caritativa y social y a la restauración del Santuario y sus edificios anexos como los principales proyectos que se han desarrollado por parte de esta cofradía lagunera durante el periodo en el que la ha presidido.

¿Qué balance hace de estos años al frente de la Esclavitud del Cristo de La Laguna?

Hago un balance muy positivo. Ha sido un trabajo muy duro, de estar día a día, puesto que hemos tenido que estar allí muchos miembros de la Esclavitud a pie de obra en la restauración del Santuario, en la del retablo de plata y en la de todos los inmuebles. La perspectiva después de tantos años es que ha sido muy duro, pero ha valido la pena.

¿Cómo está la hermandad en la actualidad?

Desde el punto de vista de las infraestructuras, yo creo que se ha quedado muy consolidada. En cuanto a la corporación y los miembros, hemos tenido un importante desgaste a nivel de comunicación, dado que nos hemos visto involucrados en una serie de comunicaciones que han deteriorado la imagen real de la Esclavitud. Tanto el pleito de Teresita Laborda contra la Esclavitud como el tema de la tramitación y ejecución de las obras del velatorio han sido dos cuestiones que, de alguna manera, han dañado la imagen de la institución injustamente, porque nosotros siempre hemos buscado lo mejor. Como no tenemos una maquinaria de comunicación para parar las redes sociales y todos los medios de comunicación, esto ha afectado a la imagen.

La incorporación de las mujeres ha sido uno de los asuntos destacados…

La cuestión de la incorporación de las mujeres a la Esclavitud nunca se había tocado. Yo, cuando tomé posesión, dije que le iba a meter mano a ese asunto, que se iba a crear una comisión y que esta iba a llevar una propuesta a la junta general. Y así fue que se llevó a la junta general de diciembre de 2019, justo antes de la pandemia, pero con tan mal resultado que nos puso una demanda civil esta señora y condicionó en gran medida la decisión de todos los que asistieron a esa junta. Es de justicia recordar que hemos sido los primeros en convocar en cuatro siglos y medio de historia una comisión para darle una salida definitiva al asunto, que estuvimos a punto y que una cuestión ajena y totalmente injusta, como fue esta demanda, fue la que determinó que los propios miembros de la Esclavitud, del enfado y de la sorpresa, determinaran que una mayoría no estaba de acuerdo en este momento. Sin embargo, yo, a título personal, creo que a este asunto habrá que darle salida y solución. Es un asunto que no queda resuelto y con el que, incluso ganando las sentencias del Supremo y lo que venga, si es que al final el Tribunal Constitucional lo admitiera a trámite, tenemos que ser magnánimos y buscar una salida a la reivindicación de personas que lo que quieren es estar más cerca del Cristo y de la vida que se hace alrededor del Santuario. Eso es una reivindicación muy legítima que debemos de volver a abordar; lo que pasa es que es obvio que ahora no es el momento. Estando el asunto sub iudice hace imposible tomar ninguna decisión en un sentido o en otro. Y es una pena, porque yo creo que, si no se nos llega a interponer esa demanda unas semanas antes de que la comisión fuera a proponer esa votación, el resultado hubiera sido muy distinto y hoy estaríamos hablando de otra cosa.

¿Qué destaca de la actividad realizada estos años?

Lo más importante que hemos hecho es reconvertir la Esclavitud. Una de las cosas relevantes, además de las obras, ha sido el impulso a la acción caritativa y social. Hemos quintuplicado los proyectos que hacíamos, hemos repartido casi nueve toneladas de gofio al Banco de Alimentos, vamos ayudando mensualmente al Asilo de la plaza del Cristo con los cumpleaños de los ancianos y les llevamos un grupo de música, y hemos colaborado en proyectos con la residencia de ancianas Virgen Poderosa, en la calle del Agua. Y un montón de actuaciones más que son más privadas, pero que pasan por la ayuda a la gente que la necesita puntualmente.

¿El resultado de las obras en el Santuario y sus alrededores ha sido el esperado?

Hemos dejado una infraestructura moderna tecnológicamente, con una instalación eléctrica de última generación, protección contra incendios, alarma, telecomunicaciones… Le tenemos que hacer un agradecimiento infinito de la Esclavitud, y mío en concreto, porque lo hicimos entre los cinco, a Ricardo Melchior, Fernando Clavijo, Carlos Alonso y José Alberto Díaz. Se logró después de machacarlos en la idea de que era hora de que a nuestra corporación, que tiene como fondos la cuota de 15 euros de cada esclavo y poco más de los donativos que puedan dar los fieles, la Administración nos echara una mano. Hay que añadir que la Esclavitud está igualmente agradecida a los directores generales de Patrimonio Cultural Miguel Ángel Clavijo y Nona Perera, que también se han portado magníficamente bien.

¿Qué otras actuaciones realizadas destacaría?

La regulación catastral y registral de todas nuestras edificaciones. También la protección que se le da a la imagen del Cristo al registrarla en el Registro Central de Patentes y Marcas, porque permite que no se pueda utilizar la imagen con fines diferentes a los religiosos. Hay que recalcar la magnífica labor del Ejército y su coordinación y colaboración con la Esclavitud. Nos ha dado la concesión de los jardines y de la Residencia de Oficiales y, además, tuvo a bien el formar una comisión hace dos años para celebrar y conmemorar un hecho histórico, como fueron los 100 años de la promesa de aquella batería de artilleros de montaña que fueron a la Guerra de África y cuyos miembros volvieron sanos y salvos.

¿El Obispado ha colaborado con ustedes?

Ha habido dos coordinaciones y colaboraciones magníficas: con el Obispado y con la Comisión de Esclavos Mayores, que es un órgano que no está instituido como tal, pero que siempre viene sirviendo de asesor a los diferentes esclavos mayores y que yo me he cuidado muy mucho de darle una cierta institucionalidad. En cuanto a la Junta de Gobierno, yo soy la cabeza del equipo, pero esto no funciona si los quince miembros no están bien articulados. He tenido un equipo magnífico, que ha aguantado hasta el final, que han sido casi siete años, que es mucho tiempo para liderar un equipo y para que esté cohesionado. Allí vamos todos gratis et amore y eso supone que tampoco puedas ser demasiado exigente con la gente cuando no cumplen como crees que deben cumplir. Especialmente mi agradecimiento al mayordomo, Domingo Ferrera, que se ha involucrado y ha estado casi todos los días del año con las obras.

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