Así se ha vivido en los hospitales un año de pandemia :: Prensa Ibérica

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Un año de pandemia: “No somos héroes, los héroes son los pacientes y sus familiares”

Desde los primeros contagios hasta la “nueva normalidad” y la vacunación, médicos y enfermeros de Urgencias, Cuidados Intensivos (UCI), internistas y Cuidados Intermedios Respiratorios (UCIR) de varios hospitales españoles nos cuentan en primera persona todo lo que han vivido y sentido a lo largo de este difícil año de pandemia.

Ha pasado un año pero parece que aún resuena el eco de los aplausos. Doce meses atrás, cada tarde, a las ocho en punto, miles de ciudadanos se asomaban a sus ventanas y balcones para aplaudir a los sanitarios. Era un gesto de aclamación, reconocimiento y gratitud hacia aquellos que luchaban cara a cara contra un virus que nos había encerrado a todos en casa, nos privaba de besos, abrazos y vidas.

Este símbolo del confinamiento arrancaba el 14 de marzo de 2020. Ese fue el día en que entraba en vigor en España el estado de alarma para hacer frente a la expansión de la Covid-19. En ese momento el trágico contador de infectados y fallecidos marcaba ya 5.773 casos y 136 muertes.

La cita de las ocho se convirtió en un emotivo evento diario, donde también se intercambiaban saludos con los vecinos, sonaba alguna cacerola y se bailaba al ritmo del tema “Resistiré”. Con el paso de las semanas y la relajación de las medidas los aplausos fueron cesando, pero lamentablemente el contador y el trabajo en primera línea de médicos, enfermeros, auxiliares, celadores… no se ha detenido ni un momento desde entonces. Tres olas más tarde, con mascarilla obligatoria, distancias de seguridad, limitaciones de movilidad, cierres y toques de queda, en España han muerto más de 72.000 personas y se han contagiado más de 3,2 millones. Y la cifra sigue aumentando.

De la “epidemia” a la “pandemia”

“Nunca imaginamos la magnitud del desastre que nos esperaba. Nunca pudimos pensar las bajas que íbamos a contabilizar, la saturación que íbamos a tener que afrontar en los hospitales, el sufrimiento de nuestros pacientes y sus familias, el miedo que iban a padecer, la soledad que iban a sufrir y el desconcierto de todos por algo desconocido que nos estaba golpeando de lleno”, explica echando la vista atrás la Dra. María de la Mota, Directora Territorial de Urgencias de los hospitales privados de Quirónsalud en Madrid.

Dra. María de la Mota Nicolás-Correa, médico de Urgencias, a las puertas de este servicio en el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.

Puede parecer que un médico de Urgencias ha visto de todo, pero sin duda la llegada de la Covid-19 ha marcado un antes y un después en la vida de esta profesional y de prácticamente todos sus compañeros. La doctora recuerda cómo “la incertidumbre, la presión asistencial y el miedo a lo desconocido” marcaban esos primeros días en su área. “Había temor por la dificultad de mantener el ánimo del equipo, alarma ante la falta de material de protección y las bajas entre el personal y, también, angustia en caso de tener que decidir qué pacientes se podían tratar y a cuáles no”, recuerda de la Mota.

Y continúa: “Hospitales llenos de casos sospechosos, cirugías que se cancelaban por falta de espacio, plantas para pacientes COVID que iban en aumento, listados de PCRs positivas en aumento… Hubo una buena coordinación entre todos los hospitales que tiene el grupo en Madrid, tuvimos que instaurar circuitos COVID para mantener seguros a pacientes oncológicos, partos, cirugías de urgencia… En urgencias, la zona que fuimos aislando para pacientes COVID fue en aumento hasta que llegó a abarcar casi todo el espacio disponible”.

Efectivamente, ante tal carga asistencial los hospitales tuvieron que “reorganizarse de arriba abajo”, como señala Ángel Charte González, Jefe del Departamento de Medicina Interna del Hospital Universitari Dexeus de Barcelona. En su servicio tuvieron que “crear nuevos equipos, reorganizar el sistema interno de boxes, triaje y aislamientos, y sobre todo hacer circuitos bien diferenciados. La coordinación entre urgencias, planta y UCI tenía que ser excelente. Se tuvo que contratar a personal extra, rehacer equipos y turnos diarios, administrar eficientemente material fundamental de protección (cuando estábamos desabastecidos a nivel estatal y mundial), se hacían reuniones prácticamente cada hora… En las consultas se pasó todo a telemático y se dio asistencia Covid y no Covid a todos los pacientes que lo necesitaban”

El doctor Ángel Charte, Jefe del Departamento de Medicina Interna del Hospital Universitari Dexeus en Barcelona, durante la primera ola de la pandemia del coronavirus.

Un reto en lo personal y lo laboral

Para todos los sanitarios, como la Dra. Sarah Heili, neumóloga responsable de la Unidad de Cuidados Intermedios Respiratorios -UCIR- de la Fundación Jiménez Díaz en Madrid, esto ha supuesto “un gran reto, apasionante también, a nivel de gestión, asistencial y analítico”. En una pandemia en la que el denominador común es la insuficiencia respiratoria aguda grave, las UCIR han sido clave para “contener ingresos en las UCI y evitar su colapso precoz y, además, liberar precozmente las UCI de pacientes de media larga estancia para separarles del respirador en un entorno seguro, con resultados excelentes”, aclara. Lo más difícil “ha sido mirar a la muerte tan de cerca”, apunta, pero también “la sensación de soledad, la de los pacientes, la de las familias y la nuestra propia”, subraya la especialista de este hospital madrileño, que recientemente se ha convertido en el primer centro hospitalario del mundo en recibir el EFQM Global Award, premio a la Excelencia en Gestión de mayor prestigio internacional.

Doctora Sarah Heili, neumóloga responsable de UCIR, en una de sus jornadas de trabajo en la Fundación Jiménez Díaz en Madrid.

A estos sentimientos añade Miguel Delgado Costa, Jefe de UCI del hospital Quirónsalud Torrevieja, la “frustración y la impotencia” al no disponer de armas con las que enfrentar la enfermedad, pero también “el orgullo y la satisfacción” ante el “trabajo codo con codo” y “el avance de la ciencia médica al punto de ofrecer una luz al final del tunel”.

Doctor Miguel Delgado Lacosta, Jefe de UCI de Quirónsalud Torrevieja, equipado con un EPI (equipo de protección individual).

“No somos héroes, los héroes son los pacientes y sus familiares. Ellos son los que sufren, los que han pasado la peor parte de todo esto”, indica la médico de Urgencias, María de la Mota, pero no cabe duda de que esta emergencia sanitaria ha supuesto un reto, tanto en lo personal como en lo laboral, para todos ellos. “Estamos cansados, física y mentalmente, necesitamos volver a nuestras vidas de antes, necesitamos volver a la tranquilidad y dejar de vivir con miedo y alejados del mundo. A nivel laboral ha sido todo un cambio organizativo y tecnológico, hemos tenido que adaptarnos a las consecuencias de la COVID y aplicarlo en todos los campos. Nos ha enseñado mucho, del carácter de la enfermedad, cómo afecta y cómo se trata, pero también nos ha enseñado mucho a valorar, a creer y tener fe, a esforzarse y a estar unidos”, señala al respecto el doctor Ángel Charte.

Medidas contra la soledad

“Esta batalla nos ha hecho más fuertes”, comenta Elisa Ramos, enfermera supervisora de Críticos y Urgencias en el Hospital Quirónsalud Málaga. “Una de las cosas que más resaltaría de nuestro equipo es la capacidad que tienen para adaptarse al cambio, enfrentar las situaciones de estrés y demostrar su fortaleza”, dice, al tiempo que acompaña estas palabras con un ejemplo: “He visto a compañeros intentar sacarle una sonrisa a un paciente, después de haberse secado las lágrimas por haber perdido a otro”.

Elisa Ramos, enfermera supervisora de Críticos y Urgencias en el Hospital Quirónsalud Málaga, posa junto a varios compañeros de su servicio.

Porque la Enfermería es precisamente eso, “ayudar, apoyar, tranquilizar y cuidar al paciente”, apunta Laura Gorris, enfermera supervisora de Urgencias y Críticos del Hospital Quirónsalud Valencia, algo muy difícil en una enfermedad marcada por la soledad y el aislamiento. Sin duda, todos los entrevistados cargan con los números de quienes no han superado la enfermedad y lo han hecho solos, pero la sanitaria señala también la parte positiva o gratificante de “aquellos pacientes que sí lo han logrado, aquellos que has visto salir del hospital tras días duros de ingreso” y que protagonizan el otro contador, el de los pacientes curados.

Responsabilidad y vacunas

En este momento en el que parece que la curva epidemiológica se está doblegando y la tercera ola empieza a remitir, todos los profesionales entrevistados piden responsabilidad, sensatez y seguridad. “La gente tiene que ser consciente de que es mejor seguir los protocolos dictados por los epidemiólogos sobre confinamiento que ver enfermar a tus padres y poner en riesgo sus vidas. Si no se cumplen las normas habrá cuarta ola y esto, quiero pensar, que solo lo parará la vacunación masiva”, subraya Miguel Delgado, médico intensivista.

Como indica la médico de Urgencias, María de la Mota, “es muy importante vacunarse por protección personal y por protección social, es una responsabilidad que tenemos hacia los demás. Los resultados no se van a ver a corto plazo, pero se verán. Estamos cerca de acabar con este infierno que ya lleva un año entre nosotros”.

Para conocer en detalle lo que este año de pandemia ha supuesto para estos seis profesionales y, por extensión, para los sanitarios que trabajan incansablemente en nuestros hospitales, compartimos sus entrevistas al completo.