El escritor inglés Ian McEwan ha presentado este martes en Barcelona su última novela ''Operación Dulce'' (Anagrama)/ ''Operació Caramel'' (Empúries), protagonizada por una joven estudiante, Serena Frome, reclutada para ser espía en el cuerpo de espionaje MI5, donde subyace el gusto por la literatura y su interés por la Guerra Fría cultural: "Quería hacer una novela sobre lectura", ha resumido McEwan.

En rueda de prensa, el autor ha explicado que esta es la novela con la que mejor se lo ha pasado, pese a tratar temas muy serios como la Guerra Fría, ya que en el libro, Frome recibe la misión de crear una fundación para ayudar económicamente a novelistas prometedores, aunque la verdadera finalidad es generar propaganda anticomunista.

La novela habla sobre la lectura enfrentando los gustos de la compulsiva Serena, que lee guiada por la curiosidad esperando que las historias acaben con un ''cásate conmigo'', mientras que el joven del que acaba enamorada, Tom Haley, es un lector de gusto postmoderno fan de Jorge Luis Borges y Julio Cortázar, siendo al final el libro una "historia de amor entre dos tipos de lectores".

Sobre el segundo pilar del libro, la Guerra Fría cultural, el autor ha recordado que durante los años 40 y 50, la CIA gastó cantidades enormes de dinero promoviendo la cultura norteamericana y la occidental con el propósito de persuadir a los intelectuales europeos de que Occidente era la mejor opción, organizando giras e incentivando el desarrollo del expresionismo abstracto, por ejemplo.

La novela tiene un tercer enclave: los años 70 ingleses --en los que se ambienta--, que fueron una época de "crisis nerviosa colectiva" tanto cultural, política y económica y sobre todo identitaria, en un contraste con la situación personal de McEwan porque empezaba a experimentar como escritor, todo ello enmarcado en una revolución cultural artística, medioambiental y musical, con el ejemplo de Lou Reed, ha remarcado.

"A través de Tom he insertado parte de mi propio pasado", ha dicho el escritor, que ha inventado por completo los personajes de Serena --en parte inspirada en la primera directora general del MI5, Stella Rimington-- y Tom, ha subrayado, pese a que algún medio de comunicación inglés publicara que la protagonista fue una exnovia de McEwan, ha bromeado.

VIAJAR HACIA OTROS PUNTOS DE VISTA

Precisamente, sobre el protagonismo de una mujer, ha señalado que se pone en la piel de los personajes sin darse cuenta de su género, porque lo importante es la humanidad y sus almas: "El escritor siempre tiene que viajar hasta otros puntos de vista", ha explicado McEwan, que dice escribir novelas sobre la condición humana basadas especialmente en las relaciones entre personas.

De hecho, McEwan ha avanzado que trabaja en una novela corta protagonizada por una jueza del Tribunal Supremo que debe decidir sobre el caso de un adolescente Testigo de Jehová a punto de su mayoría de edad legal que se niega a recibir una transfusión de sangre, y versa sobre la colisión entre las convicciones de esta mujer y el chico dispuesto a morir por su fe.