El papa Francisco, recordó ayer durante el rezo del Ángelus, que "el Evangelio no autoriza de hecho el uso de la fuerza para difundir la fe" y advierte de que "fe y violencia son incompatibles". De hecho, señaló que "la verdadera fuerza del cristiano es la fuerza de la verdad y del amor, que comporta renunciar a toda violencia".

En este sentido, el Pontífice insistió en que "fe y fortaleza van juntas" y concluye que "el cristiano no es violento, pero es fuerte", gracias a la "mansedumbre" y al "amor". En la reflexión previa a la oración, el obispo de Roma se refirió al evangelio de Lucas, donde Jesús dice a sus discípulos: "¿Piensan que he venido a traer paz sobre la tierra?, les digo que no, sino división".

Francisco explicó que estas palabras quieren decir que la fe "no es algo decorativo, ornamental", sino que "significa elegir a Dios como criterio base de la vida". "Después que Jesús ha venido al mundo no podemos hacer como si no conociésemos a Dios y Dios no es neutro, Dios es amor", apostilló.

De esta forma, concluyó que "no es que Jesús quiera dividir entre ellos a los hombres", sino justo "lo contrario". Así, señaló que Jesús es paz y reconciliación, pero añadió que "esta paz no es neutralidad, no es acuerdo a cualquier precio", ya que "seguir a Jesús comporta renunciar al mal, al egoísmo y escoger el bien, la verdad, la justicia, también cuando ello requiere sacrificio y renuncia a los propios intereses". "Y esto divide, lo sabemos, divide también los lazos más estrechos. Pero atención: ¡no es Jesús el que divide!. Él pone el criterio, que es vivir para sí mismo o vivir para Dios y para los demás; hacerse servir o servir; obedecer al propio yo u obedecer a Dios", sentenció el papa.