Los neumólogos han pedido hoy "limpieza y mantenimiento" de las instalaciones para prevenir la legionelosis, una enfermedad pulmonar que resurge cada verano ante la proliferación de torres de refrigeración, las altas temperaturas y la humedad ambiental elevada.

Los pacientes con esta patología tienen normalmente fiebre, cefalea, astenia, dolores musculares y tos como paso previo a síntomas más concluyentes y graves, como esputos con sangre o dolor torácico fuerte que definen mejor la infección.

Los expertos de la Sociedad Española de Neumología Y Cirugía Torácica (Separ) consideran la legionelosis una enfermedad "emergente", cuya evolución va ligada al desarrollo de las instalaciones de refrigeración colectivas, y cuya medida de prevención más importante es su correcto mantenimiento y su revisión periódica.

En 2012, la Red de Vigilancia Epidemiológica registró 1.077 casos en España, lo que supone un ligero aumento respecto a los 938 casos de 2011. En términos de tasa prevalencia por 100.000 habitantes también se ha producido un aumento pasando del 2,14 en 2011 al 2,33 en 2012.

Por comunidades, la que registró más casos fue Cataluña con 245 (225 en 2011), seguida de la Comunidad Valenciana con 240 (230 en 2011), y en tercer lugar Madrid con 115 casos, mientras que el País Vasco, que el año anterior ocupaba el tercer lugar, ha reducido el número de casos de los 103 hasta los 79 siendo la quinta región por detrás de Andalucía con 82.

Si se tiene en cuenta la tasa de incidencia por cada 100.000 habitantes, las posiciones varían siendo Cantabria con un 5,36 la que ocupa el primer lugar, seguida de la Comunidad Valenciana con una tasa del 4,79 y de Navarra con 4,17, todas ellas muy por encima de la media española de 2,33.

"La bacteria de la legionelosis es peligrosa cuando coloniza torres de refrigeración u otras instalaciones con agua estancada a temperaturas templadas como las que se producen en verano en España", ha explicado José María García, coordinador del Área de Enfermedades Infecciosas de Separ.

El doctor ha precisado que si las bacterias se dispersan en el aire en forma de aerosoles -gotas minúsculas- pueden penetrar en las vías aéreas y causar neumonías, si bien ha apuntado que no se contagia de persona a persona.

La legionella es una bacteria ambiental que encuentra su hábitat ideal en los sistemas que requieren agua para su funcionamiento y generan aerosoles como son las torres de agua para refrigeración de aire acondicionado, fuentes, condensadores, aspersores de riego o sistemas de agua sanitaria tanto fría como caliente.

Los brotes de legionelosis aparecen cuando las personas inhalan aerosoles que contienen agua contaminada con concentraciones elevadas de legionella en lugares públicos, pero no hay pruebas de infección a través de los aires acondicionados de coche o domésticos, según los expertos de Separ.

Desde el punto de vista médico, los neumólogos explican que la dolencia adopta dos formas clínicas perfectamente diferenciadas: la infección pulmonar o "Enfermedad del Legionario" que se caracteriza por una neumonía con fiebre alta, y la forma más leve conocida como "Fiebre de Pontiac", que se manifiesta como un síndrome febril agudo y autolimitado.

Con frecuencia los pacientes requieren hospitalización y el periodo de incubación es normalmente de 2 a 10 días. "Si la enfermedad se trata a tiempo, el índice de mortalidad no supera el 6 %, pero si se inicia pasadas 48 horas del comienzo del cuadro el porcentaje puede aumentar al 25 %, de ahí la importancia de la detección precoz", ha concluido García.