El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) lidera una campaña de observación atmosférica, con la que se quiere saber cómo algunos gases presentes en cantidades muy pequeñas en la atmósfera afectan a la distribución de ozono troposférico y así, entre otras cuestiones, mejorar los modelos climáticos.

La investigadora del INTA Olga Puentedura dijo que se trata de una campaña "muy" ambiciosa, que durante este mes se lleva a cabo en Tenerife con instrumentación tanto a nivel del mar, como en montaña y desde el aire.

A nivel del mar los datos se obtienen en el faro de Punta del Hidalgo, mientras que en montaña se hace en las instalaciones del observatorio atmosférico y astrofísico en montaña de Izaña a 2.400 metros y en el teleférico del Teide a 3.500 metros de altitud, y además se utiliza un avión de investigación del INTA.

El objetivo principal de esta campaña es conocer cómo el yodo, el bromo y las intrusiones de polvo sahariano afectan al ozono en las capas bajas de la atmósfera.

También se cuenta con instrumentación para la medida simultánea de mercurio y halógenos en troposfera libre.

Olga Puentedura explicó que se trata de una campaña del proyecto Amisoc, financiado por el plan español de I?, en el que también participan en tierra CSIC, Aemet y la Universidad de Manitoba (Canadá), mientras que la campaña aérea se realiza de forma conjunta con la Universidad de Karlsruhe (Alemania).

Comentó Olga Puentedura que de la atmósfera aún quedan muchas cosas por investigar, y añadió que en los actuales modelos climáticos se observa que hay "descuadres" en la distribución de ozono entre lo que se espera, de acuerdo a la química conocida que utilizan los modelos, y lo que se mide realmente.

En esta campaña se trata de medir la concentración de las sustancias que están produciendo esta diferencia entre modelos y medidas.

En esta campaña también se estudiará la producción natural de nanopartículas a nivel del mar, en el faro de Punta del Hidalgo de Tenerife, para comprobar su relación con gases precursores como el monóxido de yodo, que tiene un papel climático relevante, importante para los modelos climáticos, tanto por la producción de aerosoles como por su efecto en la distribución del ozono troposférico.

La medición espectrométrica de halógenos y ozono, así como la medida de mercurio se llevará a cabo en instalaciones del Centro Atmosférico de Izaña, que depende de la Aemet, y en las inmediaciones del teleférico del Teide, a unos 3.500 metros de altitud, donde los investigadores del INTA y del CSIC han colocado espectógrafos para medir monóxido de yodo, monóxido de nitrógeno y ozono, además de monóxido de bromo y dióxido de azufre y otros compuestos de azufre que nunca se han medido con esta técnica.

Las medidas en el faro de Punta del Hidalgo, Izaña y Teide se realizan recogiendo radiación difusa del Sol mediante barridos desde el horizonte hasta el cenit (Maxdoas), lo que permite obtener información vertical de la distribución de estos gases y que en este momento constituye el "límite" de la técnica DOAS, comentó Olga Puentedura.

Además, en Izaña se ha colocado un espectrómetro activo (LP DOAS) en las instalaciones del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) que lanza un haz de luz hacia un reflector colocado en montaña Rajada, gracias a la colaboración de Telefónica, que permite registrar los componentes de la atmósfera citados, en el recorrido del haz de luz, es decir, se trata de una determinación local de la concentración de los mismos.

En el observatorio atmosférico de Izaña, situado en troposfera libre, se medirá la concentración local de mercurio, de forma simultánea a la de yodo y bromo.

Uno de los motivos por lo que es importante este estudio es que la unión de yodo o bromo con mercurio es la primera etapa de una serie de reacciones que hacen que el mercurio entre en los organismos vivos en las zonas costeras, mientras que en áreas continentales esta vía de entrada del mercurio en la biota es el bromo.

El mercurio está, por tanto, muy relacionado con la química de los halógenos y nunca se han medido en la troposfera libre de forma simultánea, indicó Puentedura.

En cuanto a la campaña desde el aire, se realiza con un avión C212 del INTA equipado con instrumentación atmosférica, y la previsión es que haga seis vuelos, compartidos con la universidad alemana de Karlsruhe, que está interesada en medir isótopos de agua, mientras que los investigadores españoles quieren hacer mediciones de ozono y aerosoles en condiciones de intrusiones de polvo sahariano.

Olga Puentedura cree que en el mundo no ha habido otra campaña como ésta para saber cuestiones como la distribución del monóxido de yodo en la troposfera libre y en la capa límite de la atmósfera, pues tiene una importante implicación en el equilibrio del ozono y en la elaboración de los modelos climáticos.

Lo mismo sucede con el bromo, aunque de su distribución se tienen más datos porque se han realizado más campañas de medida del mismo, pero hay medidas en regiones subtropicales.