El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y su rival en las elecciones presidenciales de octubre, Henrique Capriles, buscan el favor popular con planes de Gobierno que chocan de frente en el papel del Estado, pero coinciden en la parte social.

En los 96 días de campaña electoral, que irá desde este domingo al 4 de octubre, los venezolanos tendrán que optar entre las propuestas para profundizar el modelo socialista que defiende Chávez y el capitalismo social de estilo brasileño planteado por Capriles.

Chávez, en el poder desde febrero de 1999 y que arranca con una ventaja en las encuestas que oscila de 3,4 y 34,8 puntos, dependiendo de quien haga los sondeos, concibe un Estado dominado por un poder popular cívico-militar, acorde a su idea de socialismo.

Para ello propone la irreversibilidad de las abundantes nacionalizaciones de empresas y tierras que ha llevado a cabo en los trece años que leva en el poder y controles estatales de todo tipo que pretende aumentar.

Capriles, en tanto, propone un Estado que regule la iniciativa privada, a la usanza, según apunta, del capitalismo social que identifica en la gestión de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y de su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva.

"Brasil me parece el mejor ejemplo de la región. Los programas sociales han sido muy importantes, pero el Gobierno no se ha quedado ahí: el Estado ha cooperado con empresas privadas generando inversiones y creando empleo", afirmó Capriles esta semana.

El papel de la Fuerza Armada distancia con nitidez a ambas candidaturas, pues mientras Capriles plantea su despolitización, además de ponerle coto a la compra de armas, Chávez anuncia que ampliará su poderío así como el de milicias civiles que él creó.

En lo que sí coincide Capriles, de 39 años y Chávez, de 57, es en la continuidad de los programas sociales en marcha, "pero mejorados" para que librarlos, según la crítica reiterada del opositor, de la corrupción y la ineficacia y lleguen a todos y no solo a quienes dicen ser chavistas.

La propuesta de Chávez, quien ha pedido que sea debatida "hasta diciembre próximo" para que resulte en una "obra genuinamente colectiva", identifica a veces metas con excesivo detalle, como que se reducirá "en un 12 % la población de 7 a 14 años con sobrepeso" o se culminará la construcción una planta incubadora de huevos.

El objetivo fundamental del plan de Chávez es lograr "la hegemonía y el control de la orientación política, social, económica y cultural de la nación".

Uno de sus puntos más destacados y polémicos es la creación en los próximos seis años de "3.000 comunas socialistas", donde espera que vivan unos 21 millones de ciudadanos de los 30 millones de la población nacional.

"Alrededor del 68 % de los venezolanos del año 2019 vivirá en subsistemas de agregación de comunas", dice el plan de Chávez.

En economía prevé avances en la disminución de la dependencia del petróleo, explotado ahora por empresas mixtas en las cuales el Estado "garantiza su hegemonía".

Capriles propone, "la necesidad de abrir más espacio al capital privado".

"No es suficiente un crecimiento de la economía si no va con inclusión social y para eso debe haber un esfuerzo coordinado del sector público y privado", dijo el coordinador de su programa de Gobierno, José Guerra.

Explicó que no solo debe haber "una nueva política petrolera, sino también agroalimentaria, lo que implica trabajar en el tema de los derechos de propiedad".

"No más expropiaciones y sí promover la pequeña y mediana propiedad", añadió Guerra, quien apunto que contemplan reprivatizaciones.

También anunció el fin "gradual" de los controles estatales de divisas y de precios y tarifas, a los que atribuyó la escasez que intermitentemente se registra en algunos productos.

En materia cambiaria, Guerra dijo que con Capriles el país irá hacia "la unificación de los tipos de cambios de manera gradual, comenzando por la legalización del mercado paralelo".

En Venezuela está vigente desde 2003 un control de cambio que limita y regula el acceso a las divisas. El precio oficial del dólar es 4,30 bolívares, pero el ilegal mercado paralelo se duplica.

"Eso marca una diferencia abismal con lo que plantea Chávez, que no es otra cosa que el socialismo fracasado de las décadas de los años 60 y 70", añadió el portavoz opositor.

Para Chávez ha fracasado el sistema capitalista, como muestra la crisis mundial actual, y anuncia el "nacimiento de la nueva era multilateral" con el liderazgo regional de su propio modelo y de otros como el de Rusia y China.

Ambos prometen acabar con el déficit de 4 millones de viviendas, aumentar la producción petrolera de 3 a 6 millones de barriles diarios y frenar el delito que hace de Venezuela uno de los países más violentos del mundo, con 14.092 homicidios el año pasado.