El ministro de Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo ayer que su Gobierno denunciará la "decadencia" de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que definió como un "poder inquisitorio", en la Asamblea de la OEA (Organización de Estados Americanos), aunque no dio detalles de la retirada de su país del mecanismo. "Nosotros vamos a entregar un documento y hacer una exposición central sobre la decadencia de esto que llaman sistema interamericano de derechos humanos, de sus instituciones, de cómo tanto la comisión como la corte están plegadas a los intereses de los gobiernos de los EEUU", dijo Maduro al canal interestatal Telesur.

Para el canciller venezolano, la discusión sobre el mecanismo de derechos humanos de la OEA y su "vulgar" burla a los principios de soberanía de sus países miembros va a ser "un tema central" en la reunión que tendrá lugar entre hoy y mañana en Cochabamba (Bolivia).

"Todo el mundo sabe que la OEA, como sistema interamericano, ha venido declinando en el contexto histórico y está en una fase ya de decadencia. Sus organismos son visiblemente molestos para los países de América Latina", señaló el ministro, de visita a Río de Janeiro, donde se reunió con su homólogo brasileño, Antonio Patriota.

Independencia regional

Maduro criticó que EEUU use tanto la CIDH como la Corte IDH "para tratar de cuestionar los procesos de nueva independencia" regionales y para pretender "modificar leyes" nacionales o "desconocer sentencias autónomas de los poderes judiciales de cada uno de nuestros países", lo que considera una clara intromisión en sus autonomías.

Consideró, además, que EEUU exige "de manera descarada y vergonzosa" a los países latinoamericanos que se acojan a los mecanismos de la OEA mientras Washington no reconoce la jurisdicción de los mecanismos ni firmó la Convención Americana de Derechos Humanos, el principal instrumento jurídico de la CIDH. A su juicio, se trata de un claro desequilibrio en favor de la gran potencia y que perjudica al resto de países americanos.

"Ellos pretenden ser una especie de poder inquisitorio general para decir qué es bueno y qué es malo y ésa no fue jamás la naturaleza para la cual se creó", dijo Maduro.

El canciller venezolano recordó, a su vez, que el presidente, Hugo Chávez, planteó el pasado 30 de marzo que su país se retire de la "tristemente célebre" CIDH pidiendo, para hacerlo efectivo, una evaluación del Consejo General de Estado.

Aunque Maduro no dio más detalles de la evolución del caso, apuntó que "los mecanismos que se crearon para dominarnos tienen que ser denunciados", al tiempo que abogó por un sistema de derechos humanos nuevo y "nuestro, suramericano, con nuevos principios".

El pasado enero, la OEA aprobó una serie de recomendaciones para reformar la CIDH, que algunas organizaciones civiles consideran un intento de limitar la autonomía del organismo por parte de gobiernos como los de Ecuador o Venezuela, sobre los que la Comisión ha emitido informes polémicos.

Los cancilleres o sus representantes deberán votar en cochabamba sobre el informe que el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, ha redactado acerca de esas recomendaciones, y decidir si las convierten en obligatorias para la CIDH.