Las autoridades venezolanas detuvieron ayer a doce policías tras la muerte de la hija del cónsul chileno en Maracaibo, Fernando Berendique.

El Gobierno de Venezuela expresó ayer su pésame a la familia del cónsul chileno en Maracaibo, Fernando Berendique, por la muerte de su hija.

En un comunicado, el Ministerio del Interior promete sancionar con "firmeza" a los responsables e informa de las detenciones de esos "involucrados en esta práctica irregular", a quienes se les abrió un "procedimiento disciplinario de destitución", además de la investigación penal iniciada ya por la Fiscalía.

Karen Berendique, de 19 años, falleció tras recibir tres balazos, al parecer por no detenerse en un puesto de control de agentes del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), según denunció su padre en declaraciones a la prensa local.

Las autoridades venezolanas ordenaron la detención de los agentes que estaban en ese control y repudiaron el hecho, que calificaron de "aislado, personalista y que no tiene nada que ver con las directrices de la institución".

La Fiscalía venezolana ordenó ayer el inicio de una investigación para dilucidar las circunstancias de la muerte de la hija del cónsul chileno.

Karen Berendique iba en el vehículo junto a su hermano Fernando, de 28 años, quien, según el relato del padre publicado por el diario de Maracaibo Panorama, al recibir el alto "se puso nervioso porque era de noche y los sujetos armados no encendieron las luces policiales".

"Retrocedió y ahí fue cuando hicieron un primer disparo al parabrisas de la camioneta", agregó el cónsul.

No es el primer incidente contra la seguridad de miembros del cuerpo diplomático que se produce en Venezuela.

El pasado 11 de noviembre, el cónsul chileno en Caracas, Juan Carlos Fernández, fue víctima de un asalto cuando salía de un hotel y permaneció dos horas en poder de sus secuestradores, durante las cuales fue golpeado, amenazado y herido de bala.

El 30 de enero fue el embajador de México en Venezuela, Carlos Pujalte, quien sufrió un secuestro exprés junto a su esposa al salir de una recepción en una zona residencial del norte de Caracas.

Las autoridades mexicanas pidieron entonces una "investigación exhaustiva" que hasta el momento se ha traducido en la detención de cuatro personas como presuntas autoras del secuestro.

En cualquier caso, no se trata del único caso sospechoso por la actuación de la fuerza policial venezolana acusada de la muerte de la hija del cónsul.

El Universal, en su edición digital, publicó ayer el testimonio de una familia que presuntamente sufrió un suceso con los mismos protagonistas.

Una familia de Maracao atribuyó a Cicpc la muerte de uno de sus hijos. En este caso, los efectivos se llevaron a la víctima hasta el hospital Miguel Pérez Carreño y ahí lo encontró la familia. "Estaba desnudo y le quitaron todas sus pertenencias. De hecho querían ponerlo como indocumentado, pero por suerte yo tenía una cédula de él", contó Lisbeth Durán, hermana del fallecido.

Ella aseguró que su hermano no tenía armas. "Él trabajaba como obrero. No estaba estudiando", explicó.

Lisbeth se enteró porque un vecino de la zona la llamó para contarle. "Esta es la tercera vez que perdemos un familiar a tiros. Primero mataron a mi mamá y luego a mi papá... Eso fue hace 11 y 10 años respectivamente. La vida de mi familia parece una película", contó.

Su madre murió a tiros también en la misma zona. Una bala perdida la alcanzó cuando compraba algunas cosas en una bodega del lugar de los hechos.