El candidato opositor a la Presidencia de Venezuela, Henrique Capriles, dijo que no le sorprenden los insultos de su rival en las elecciones del 7 de octubre, el presidente Hugo Chávez, quien recientemente lo llamó "cochino".

"Yo me baño", respondió Capriles en una entrevista publicada ayer en el diario caraqueño El Universal, sobre ese calificativo que Chávez le endosó, entre otros.

Chávez también lo llamó candidato del imperialismo, del capitalismo, de los yanquis y apátrida; "majunche" (poca cosa) mentiroso y cochino, aunque no se refirió a él ni una sola vez por el nombre.

"Para nada sorprenden los insultos. Es el camino escogido por el jefe del Estado: la descalificación, la división (...); no me siento aludido ni incómodo. No pierdo energías en eso", agregó Capriles.

En las elecciones presidenciales del próximo 7 de octubre, el opositor, de 39 años y gobernador del estado central de Miranda, destacó que se medirá en las urnas con el gobernante, de 57 años, en un duelo como el de "David y Goliat".

"Hay 18 años de diferencia entre los dos. Toda una generación, así que le llegó el momento de dar el paso. Los insultos y descalificaciones son el recurso típico del boxeador agotado, grandote, peso pesado viendo de dónde saca un golpe, como sea, para tumbar a un contrario más delgado, ágil y enérgico", añade.

Un "corredor cansado"

A juicio de Capriles "esta es una carrera donde hay un corredor cansado y uno con energía. El cansado está tratando de ver cómo llega a la meta, así sea poniendo una zancadilla".

El candidato opositor, elegido hace una semana en unas primarias de la alianza Mesa de la Unidad Democrática (MUD), sostiene que "en los meses por venir los contrastes" entre él y Chávez "van a quedar clarísimos".

Al señalar que son "completamente distintos", agrega que mientras el gobernante "plantea un camino que es el socialismo; yo planteo el progreso".

Sin embargo, para Capriles el Gobierno de Chávez "no es socialista" sino que "utiliza el término socialista para transmitir una imagen de identificación con los pobres, pero hay en él conductas absolutamente fascistas".

Según argumenta el líder opositor, el chavismo "puede ser de izquierda, pero es de izquierda retrógrada, de atraso, de confiscaciones, de un Estado todopoderoso".

En cambio, su proyecto, asegura, propone "un camino de progreso en el cual el Estado es un orientador", y por ello la iniciativa privada "tiene su espacio y está llamada a contribuir al progreso".

Desde que Capriles fue elegido candidato, Chávez insistió en que "la burguesía es maestra en el arte del engaño" y que "ahora pretende vestirse de corderito" con su candidato "disfrazado de progresista".