La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo autónomo dependiente de la Organización de Estados Americanos (OEA), expresó el viernes su preocupación por la muerte violenta de cinco presos en una cárcel de Venezuela y urgió nuevamente a las autoridades de ese país a tomar medidas para enfrentar los altos índices de violencia en sus prisiones.

Esos cinco presos murieron el pasado lunes en el Centro Penitenciario de Occidente, conocido también como Cárcel de Santa Ana y ubicado en el estado Táchira, en la frontera de Venezuela con Colombia, recordó la CIDH en un comunicado.

Los fallecidos estaban en la cárcel por violación y otros actos lesivos contra menores, y fueron asesinados en sus celdas por otros reclusos no identificados, según fuentes policiales. En ese centro penitenciario, que cuenta con una población de alrededor de 2.000 personas, son relativamente frecuentes las agresiones a los acusados de ataques sexuales.

La Comisión "urge al Estado venezolano a adoptar medidas a fin de investigar estas muertes y sancionar a los responsables, así como evitar la repetición de hechos similares", señaló el organismo autónomo dependiente de la Organización de Estados Americanos (OEA).

"Los Estados tienen la obligación de investigar de oficio y con la debida diligencia todas aquellas muertes de personas que se encuentran bajo su custodia", enfatizó la CIDH.

Además, indicó que ya en mayo de 2010, cuando se registraron hechos violentos en esa misma cárcel que dejaron varios muertos y heridos, hizo "un llamado urgente al Estado a adoptar las medidas necesarias para hacer frente a los altos índices de violencia en los centros penitenciarios venezolanos".

La CIDH "urge nuevamente a las autoridades venezolanas a adoptar las medidas idóneas destinadas a prevenir brotes de violencia en los centros penitenciarios", reiteró la Comisión.

La organización no gubernamental Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) reveló recientemente que desde el 1 de enero y hasta el 30 de octubre de 2011 contabilizó 487 presos muertos en la treintena de cárceles y centros de detención del país, por encima de los 476 fallecidos de todo 2010.

El sistema penitenciario venezolano está sumido en una grave crisis causada por el retraso procesal, el hacinamiento y la falta de control efectivo del Estado en las 34 cárceles del país, que albergan a 44.520 presos, aunque fueron construidas para no más de 14.500.