Venezuela desarrollará entre hoy y el 30 de noviembre un censo, que tendrá entre sus novedades consultas sobre grupos indígenas y para conocer si el entrevistado es negro, blanco o moreno, pese a que la oposición considera "impertinente" preguntar sobre el trabajo o el vehículo que poseen.

Unos 18.000 encuestadores se desplazarán por los 23 estados, un distrito federal y las dependencias que integran el territorio venezolano, donde en 2001 se contaron 23,2 millones de personas y en este año se calculan al menos 29,3 millones de habitantes.

El cuestionario, conformado por 64 preguntas, se mantuvo sin modificaciones, pese a las críticas de la oposición, que consideró que algunas interrogantes invaden la privacidad de los ciudadanos.

"Hemos encontrado seis preguntas del censo que a nuestra manera de ver no se justifican (...) y resultan impertinentes", dijo el presidente del opositor partido Copei, Roberto Enríquez.

Entre las preguntas cuestionadas por los miembros de Copei destacan la que pide nombre y apellido de los miembros del hogar, la que indaga acerca del trabajo, los ingresos que perciben, el vehículo que poseen y el número de habitaciones ocupadas.

El presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE), Elías Eljuri, insistió en que las preguntas del cuestionario se mantienen y que la encuesta no tiene objetivos políticos. Eljuri aclaró hace unos días que los encuestados no están obligados a dar su nombre completo y que tampoco se exigirán documentos de identidad o de propiedad de la vivienda.

Señaló, además, que la consulta sobre el número de habitaciones ocupadas busca conocer los niveles de hacinamiento de los hogares y aclaró que no se pregunta el número de cuartos de la vivienda.

Enríquez indicó que su partido introdujo hace una semana ante el Tribunal Supremo un recurso de nulidad contra las preguntas que consideran "impertinentes", pero sin resultado. "No estamos haciendo un boicot al censo, lo que queremos es que los venezolanos sepan que no están obligados, según la Constitución, a responder a estas preguntas", afirmó.

También manifestó sus dudas respecto de la buena fe de la pregunta "¿Dónde residía en octubre de 2006?" y argumentó que existe "una coincidencia de años electorales", por lo que, a su juicio, el Gobierno quiere "hacer un cruce de datos para saber dónde van a votar las personas en 2012".

Eljuri advirtió de que esta es una pregunta que se ha hecho "siempre" y se diseña según los requerimientos de la ONU, que solicita que se realice este interrogante con base a cinco años previos al censo.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo dijo que el censo es "casi imprescindible" para el diseño de políticas, y lo consideró una oportunidad "de ser reconocido en la foto del país" y "una afirmación del derecho a la identidad".