La ciudad venezolana de Mérida amaneció ayer sin clases y con la fuerza pública en alerta en previsión de la repetición de protestas por el asesinato de dos líderes de un grupo radical afín al presidente Chávez, informó ayer su gobernador, Marcos Díaz.

Aunque existe "total normalidad" en la ciudad andina, situada a 882 kilómetros al suroeste de Caracas, se registra una "ola de rumores malsanos por diferentes medios, tanto radiales como de la red, especialmente a través de twitter, llamando a saqueos", reveló el gobernador, también partidario de Chávez. Además, dijo, esos rumores sostienen que las instancias encargadas del orden público "están sin capacidad de respuesta".

La autoridad regional reveló que el cementerio donde estaba previsto que fueran sepultados los dos dirigentes asesinados estaba "rodeado" por la fuerza pública y que los agentes "no permitirán" disparos de despedida, porque los miembros de la organización a la que pertenecían los asesinados "acostumbran a disparar armas", reveló.

Díaz no identificó al grupo al que pertenecían los fallecidos, de 33 y 39 años, que medios de Mérida sostienen que se trata del movimiento Tupamaro de la izquierda radical afín a Chávez.

El gobernador confirmó que suspendió las clases durante el día de ayer en la educación básica, media y universitaria, pública y privada.

También aclaró que "hace cinco años" ambos dejaron de ser alumnos de la Universidad de Los Andes (ULA), pero que el pasado viernes fueron asesinados en unas instalaciones de esa casa de estudios superiores.

Fueron asesinados "por razones desconocidas que se determinarán (una vez concluidas) con las investigaciones policiales", aunque "fueron alteradas las escenas del crimen y debe haber algún motivo" para ello, añadió Díaz.